Yo creo que muchos sí, e incluso me atrevería a decir que muchos ancaps son más anarquistas que toda la tropa de anarco-rojos que la mayoría no son más que bolcheviques disfrazados, que dicen odiar el Estado pero muchas veces sonríen e incluso apoyan políticas intervencionistas, como mayor regulación del mercado laboral, más gasto social, etc. Aunque igual me da lo mismo esa pelea weona entre anarquistas, en donde unos dicen quién es y quien no es.
Dime el motivo por ql que transitar por una carretera deba estar reglamentado y no deba estarlo el mercado laboral.
No son tan anarquistas. ya que todos sabemos lo que sucedería si dejamos al capital como una fuerza dominante sin contrapeso.
Veo que habla desde la mas profunda ignorancia de lo que es el anarquismo. Mire, soy de familia anarquista aunque yo no lo sea, he conocido algunos lideres y conozco perfectamente la diferencia entre anarquismo y bolchevismo nada mas lejos una cosa de otra. Criticar que los anarquistas apoyen mas gasto social o la regulación del mercado laboral solo puede hacerlo quien es un egoista depredador o un total desconocedor. La Unión Europea ha llamado la atención al gobierno de España por tener fijado un salario mínimo demasiado bajo y le pide que lo aumente en unos doscientos euros mensuales para alcanzar el 80% de los salarios medios. El Salario Minimo y la legislación sobre el trabajo que no solo los anarquistas apoyan sino cualquier persona con sentido común -le recuerdo que Europa está gobernada mayoritariamente por gobiernos liberales- es algo conveniente para la paz social. El gasto social tiene otro objetivo y es corregir las grandes desigualdades creadas por el capitalismo y en el caso de la educación preparar a nuestros jóvenes para una mejor integración en la sociedad. Cada vez los requerimientos empresariales irán en la dirección de mano de obra cualificada. Si queremos que las fábricas se establezcan en nuestro pais y no en otro deberemos facilitarles gente preparada en cantidad y calidad. No hay grandes fábricas en un país de incapaces, necesitan que los trabajadores sepan leer e interpretar las órdenes que se les den, el gasto en Educación no es un gasto sino inversión en el futuro. Una medicina preventiva es tambien un ahorro futuro. Me temo que algunos foristas desconocen la realidad, viven en un mundo aparte. Los empresarios necesitan ademas interlocutores válidos o están expuestos a huelgas salvajes e imprevisibles. La OIT (Oficina Internacional de Trabajo) formada a partes iguales por empresarios gobiernos y sindicatos, recomendó que todos los gobiernos hicieran lo posible para que al menos un 20% de los trabajadores estuvieran sindicados en evitación de los problemas indicados. ¿Gasto social? SI, GRACIAS
Creo que esta es una discusión un poco vacía realmente; de manera doctrinaria es perfectamente posible el anarco-capitalismo, pero en la práctica es algo torpe e ilógico, ya que es una deformación de la base real, es algo así como un experimento social. Pero también ocurre con gran parte de las "banderas" anarquistas, en la teoría son todas válidas, pero en la práctica (esto lo hablo únicamente desde mi experiencia con anarquistas de distintas banderas) son todas deformaciones que contradicen las bases reales de la ideología que dicen llevar, no sabría explicarme correctamente con ejemplos claros y concretos, sin caer en mi propia experiencia solamente, pero creo que es lo mismo que ocurre con la masa de "feministas" que han ido deformando la idea, de "igualdad entre hombres y mujeres" a una especie de hembrismo. Lo mismo debe de ocurrir con estas banderas anarquistas, que si bien, son bonitas e interesantes para tenerlas en cuenta al momento de entablar conversación, se deforman hasta convertirse en sus mismas enemigas y recurren a la caricaturización de el resto de corrientes doctrinarias, algo así como la masa de anarco-sindicalistas, que más bien parecen el brazo "rudo" de la izquierda política, imagino que el anarco-capitalismo es lo mismo para la derecha. en fin, son deformaciones absurdas y poco prácticas.
El anarcocapitalismo se niega a si mismo, es, por principio, una contradicción, El anarquismo quiere la libertad del hombre. La igualdad, y eso es imposible en un sistema capitalista. El capitalismo se basa en la supeditación y obediencia del trabajador hacia el patrono. No hay igualdad posible y por lo tanto falta libertad. Dentro del anarquismo el trabajo se hace sin explotación, cabe el trabajo individual o el colectivo bajo libre asociación, pero nunca las relaciones jerarquizadas del capitalismo. El anarcocapitalismo es simplemente el aprovechamiento de una idea generosa para turbios fines de explotación. Me gustaria saber si alguno de sus supuestos adeptos tiene asalariados y cuales son sus relaciones laborales. ¿O son simplemente las suyas palabras sin compromiso?
Creo que igual estás haciendo una mirada muy por lo alto de lo que puede llegar a ser el anarcocapitalismo; porque claro, si separas ambas doctrinas clara y totalmente son contradictorias. Ahora, quizá no es "la gran fuente de saber" pero el articulo sobre anarcocapitalismo de Wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Anarcocapitalismo) igual deja un poco claro la mirada "capitalista" de esta corriente, no deja de sonar absurdo y una deformación, pero si mantiene un sustento lógico, aunque probablemente no merece ser llamado anarquismo y más bien podría ser una especie de sociedad libertarista y liberalizada.
No, en realidad mantienen el "capitalismo caiga quien caiga". Son ultracapitalistas, es como si el director de la prisión hablase a los presos de las bondades de la libertad mientras los tiene sujetos a argollas.
Disculpen por el retraso pero estaba en mi pagina web y debatiendo por twitter. Quien escribio el tema contra el anarcocapitalismo, se nota no lo conoce, se dice q nosotros actuamos igual q el estado en nuestra propiedad privada, pero ignora como una persona se apodera d algo y como el estado lo hace. Imagina q nadie pudiera tner propiedad privada seria realmente un infierno y no seria viable en el mundo real, por ej, acptarias no ser el dueño d tu casa? y q cualquiera pudiera entrar porq tu casa seria d la comunidad? Que tuvieras q pedir permiso para usar tu auto, tu tv, tu celular, tu computador, tu ropa, etc, porq todo seria comunitarios y nada propio, aguantarian una situacion asi? Etica Rothbardiana El problema del orden social. R obinson Crusoe, solo en su isla, puede hacer lo que le plazca. Para él, la cuestión concerniente a las reglas de la conducta humana ordenada cooperación social sencillamente no surge. Naturalmente, esta cuestión sólo puede surgir cuando una segunda persona, Viernes, llega a la isla. Incluso entonces, la cuestión sigue siendo largamente irrelevante hasta tanto no haya escasez. Supongamos que la isla es el Jardín del Edén. Todos los bienes materiales están al alcance con sobreabundancia. Son bienes gratuitos, como el aire que respiramos que, por lo general, es un bien gratuito. Sea lo que fuere que Crusoe haga con esos bienes, sus acciones no tienen repercusión con respecto a su propia provisión de esos bienes, ni con respecto a la provisión actual o futura de los mismos bienes de Viernes (y viceversa). Por lo tanto, es imposible que pudiese haber un conflicto entre Crusoe y Viernes en lo concerniente al uso de esos recursos. El conflicto se hace posible sólo si los bienes son escasos, y sólo entonces puede surgir un problema de formulación de reglas que hacen posible a una cooperación social ordenada libre de conflicto. E n el Jardín del Edén existen solamente dos bienes escasos: el cuerpo físico de una persona y el lugar que ocupa. Crusoe y Viernes tienen cada uno un solo cuerpo y pueden parase en el mismo lugar, sólo de a uno por vez. Entonces, incluso en el Jardín del Edén pueden surgir conflictos entre Crusoe y Viernes: Crusoe y Viernes no pueden 1 Originalmente publicado el 20 de mayo de 2002 en LewRockwell.com Hans- Hermann Hoppe es senior fellow del Ludwig von Mises Institute, profesor de Economía de la Universidad de Nevada, Las Vegas, y editor del The Journal of Libertarian Studies. Democracy: The God That Failed es su octavo libro. Este ensayo está basado en una conferencia del Profesor Hoppe en memoria de Murray N. Rothbard en el Mises Institutes Austrian Scholars Conference en 1999. Traducción con autorización de Hernán Alberro. ([email protected]) 17 Hans Hoppe Libertad o Socialismo querer ocupar simultáneamente el mismo lugar sin entrar en conflicto físico, entre sí. P or lo tanto, incluso en el Jardín del Edén deben existir reglas de conducta social ordenada reglas referentes a la ubicación y el movimiento apropiados de los cuerpos humanos. Y fuera del Jardín del Edén, en el reino de la escasez, debe haber reglas que regulen no sólo el uso de los cuerpos humanos, sino de todo lo escaso para que todo conflicto posible pueda ser eliminado. Este es el problema del orden social. La solución al problema: La idea de la apropiación originaria y la propiedad privada. E n la historia del pensamiento político y social se han realizado muchas propuestas como supuestas soluciones al problema del orden social, y esta variedad de propuestas alternativamente inconsistentes contribuyó al hecho de que hoy, la búsqueda por la única solución correcta a un problema, es frecuentemente vista como ilusoria. Sin embargo, tal como intentaré demostrar, existe una solución correcta; y por lo tanto no hay razón para sucumbir al relativismo moral. Y o no descubrí esta solución, ni tampoco lo hizo Murray Rothbard. En realidad, hace cientos de años, si no es que más aún, que la solución se conoce en esencia. El salto a la fama de Murray Rothbard fue simplemente por redescubrir esta solución tan antigua como sencilla y for mularla en forma más clara y convincente que nadie antes que él. P ermítaseme comenzar formulando la solución primero para el caso especial representado por el Jardín del Edén y luego para el caso general representado por el mundo real de escasez circundante y luego proceder a la explicación de por qué esta solución, y ninguna otra, es la correcta. E n el Jardín del Edén, la solución es provista por la sencilla regla que estipula que cada uno puede poner y mover su propio cuerpo donde lo desee, con la única condición de que nadie más ya esté parado allí y ocupando el mismo espacio. Y fuera del Jardín del Edén, en el reino de la escasez circundante, la solución es dada por esta regla: Cada uno es el dueño adecuado de su propio cuerpo físico como así también de todos los lugares y bienes 18 Hans Hoppe Libertad o Socialismo naturales que ocupe y ponga en uso mediante su cuerpo, con la única condición de que nadie más ya haya ocupado o utilizado los mismos lugares y bienes antes que él. E sta pertenencia de los lugares y los bienes apropiados originariamente por una persona implica su derecho a utilizar y transformar esos lugares y bienes de cualquier manera que considere posible, con la única condición de que no modifique sin permiso, la integridad física de lugares y bienes originariamente apropiados por otra persona. E n particular, una vez que un lugar o un bien fue apropiado por primera vez mediante, en palabras de John Locke, mezclar el propio trabajo con él, la propiedad sobre esos lugares y bienes sólo puede ser adquirida mediante una transferencia voluntaria contractual del título de propiedad del propietario originario al otro. A la luz del ampliamente difundido relativismo moral, vale la pena destacar que esta idea de apropiación originaria y propiedad privada como solución al problema del orden social concuerda completamente con nuestra intuición moral. ¿No es sencillamente absurdo sostener que una persona no debería ser el dueño indicado de su propio cuerpo y de los lugares y bienes que él originariamente, es decir, antes que nadie más, se apropió, utiliza y/o produce mediante su cuerpo? Dado que ¿quién más, si no él, debería ser el dueño? ¿Y no es también obvio que la abrumadora mayoría de las personas incluyendo a los niños y a los primitivos actúan de hecho según esta regla, y lo hacen sin cuestionamiento y en forma natural? S in embargo, una intuición moral, más allá de su importancia, no es una prueba. Pero también hay prueba de que nuestra intuición moral es correcta. L a prueba puede ser provista de dos maneras. Por un lado, describiendo las consecuencias de que uno niegue la validez de la institución de la apropiación originaria y la propiedad privada: si una persona A no fuera dueña de su propio cuerpo y de los lugares y bienes originariamente apropiados y/o producidos con su cuerpo, como así también de los bienes voluntariamente (contractualmente) adquiridos a otro propietario anterior, entonces existen dos alternativas. O tra persona B tiene que ser reconocida como dueña del cuerpo de A, como así también de los lugares y bienes apropiados, producidos y adquiridos por A. O sino todas las personas, A y B, deben ser 19 Hans Hoppe Libertad o Socialismo consideradas copropietarias iguales de todos los cuerpos, lugares y bienes. E n el primer caso, A quedaría reducido al nivel de esclavo de B y objeto de explotación. B es el dueño del cuerpo de A y de todos los lugares y bienes apropiados, producidos y adquiridos por A, pero A, por su parte, no es dueño del cuerpo de B y de los lugares y bienes apropiados, producidos y adquiridos por B. Entonces, bajo esta regla se constituyen dos clases de personas categóricamente distintas Untermenschen (Subhombres) como A y Übermenschen (Superhombres) como B a las cuales se aplican leyes diferentes. Por lo tanto, ese tipo de reglas debe ser descartado como ética humana igualmente aplicable a todos qua seres humanos (animal racional). Desde el mismísimo comienzo, cualquier reglamentación similar puede ser reconocida como no aplicable universalmente y por ende, no puede sostener representar al derecho. P orque para que una regla aspire al nivel de derecho una regla justa es necesario que dicha regla se aplique igual y universalmente a todos. E n forma alternativa, en el segundo caso de propiedad universal y copropietaria, se cumple el requisito de igual derecho para todos. Sin embargo, esta alternativa sufre de otra deficiencia, incluso más severa, porque de aplicarse toda la humanidad perecería instantáneamente. (Y dado que toda ética humana debe permitir la supervivencia de la humanidad, esta alternativa también debe ser rechazada.) Toda acción de una persona requiere la utilización de un medio escaso (al menos el cuerpo de la persona y el lugar en que está parada). Pero si todos los bienes fueran copropiedades de todos, entonces ninguno, en ningún momento y ningún lugar, tendría permiso para hacer nada salvo que haya asegurado previamente el consentimiento de todos los demás copropietarios; y aún así, ¿cómo podría alguien brindar dicho consentimiento si no fuera el dueño exclusivo de su propio cuerpo (incluyendo sus cuerdas vocales) mediante las cuales debe expresar su consentimiento? En realidad, primero necesitaría el consentimiento de otros para poder expresarse, pero estos otros no pueden dar su consentimiento sin antes tener el de él, etc. E sta mirada a la imposibilidad praxeológica del comunismo universal, tal como Rothbard se refirió a esta propuesta, me lleva de inmediato a una segunda forma alternativa de demostrar la idea de la apropiación originaria y la propiedad privada como la única solución 20 Hans Hoppe Libertad o Socialismo correcta al problema del orden social. Si una persona tiene o no algún derecho y, si los tiene, cuáles son, sólo puede ser decidido mediante la argumentación (intercambio lógico). La justificación prueba, conjetura, refutación es una justificación argumentativa. Q uien quisiera negar esta proposición quedaría envuelto en una contradicción en términos, porque su negación constituiría en sí misma un argumento. Incluso un relativista ético, por lo tanto, debe aceptar esta primera proposición, a la cual acordadamente se la denomina a priori de la argumentación. D e la innegable aceptación el nivel axiomático de este a priori de la argumentación, surgen, por lo tanto, dos conclusiones igualmente necesarias. Primero, se sigue del a priori de la argumentación cuando no hay solución racional al problema del conflicto que surge de la existencia de la escasez. En mi anterior escenario de Crusoe y Viernes, supongamos que Viernes no era el nombre de un hombre sino el de un gorila. O bviamente, de la misma forma en que Crusoe puede entrar en conflicto respecto de su cuerpo y el lugar que ocupa con Viernes, el hombre, también puede suceder con Viernes, el gorila. El gorila puede que quiera ocupar el mismo espacio que Crusoe está ocupando. En este caso, al menos si el gorila es la clase de entidad que conocemos como gorilas, no hay, de hecho una solución racional a su conflicto. O gana el gorila, y devora, destruye, o empuja a Crusoe a un lado esto es la solución del gorila al problema o Crusoe gana, y mata, golpea, ahuyenta o domestica al gorila esto es la solución de Crusoe. En esta situación, uno podría hablar, de hecho, de relativismo moral. Uno podría concordar con Alasdair MacIntyre, un prominente filósofo de la persuasión relativista, preguntando lo mismo que el título de uno de sus libros, ¿La justicia de quién? ¿Cuál racionalidad? (Whose Justice? Which Rationality?) la de Crusoe o la del gorila. Dependiendo del lado de cual uno elija estar, la respuesta será diferente. Sin embargo, es más apropiado referirse a esta situación como una en la cual la cuestión de la justicia y la racionalidad simplemente no surge: es decir, como una situación extra-moral. La existencia de Viernes, el gorila, le impone a Crusoe, sencillamente un problema técnico, no moral. Crusoe no tiene otra opción que aprender a manejar y controlar exitosamente los movimientos del gorila de la misma forma en que debe aprender a manejar y controlar a los objetos inanimados de su entorno. 21 Hans Hoppe Libertad o Socialismo P or implicancia, sólo si las dos partes del conflicto son capaces de presentarse argumentos mutuamente, se puede hablar de un problema moral y surge la cuestión de si existe o no una solución significativa. Sólo si Viernes, más allá de su apariencia física (es decir, sin importar si se ve como un hombre o como un gorila) es capaz de argumentar (aún si se ha mostrado capaz de hacerlo una sola vez) puede ser considerado racional y tiene sentido la cuestión de si existe una solución correcta al problema del orden social o no. No se puede esperar que nadie dé una respuesta realmente ninguna respuesta a alguien que nunca ha hecho una pregunta o, más puntualmente, que nunca ha declarado su propia postura relativista en forma de un argumento. En ese caso, este otro no puede ser visto y tratado como otra cosa que no sea un animal o una planta, es decir, como una entidad extra-moral. Sólo si esta otra entidad puede en principio detener su actividad, cualquiera que sea, pararse para hablar y decir sí o no a algo que uno ha dicho, le debemos a esta entidad una respuesta y por lo tanto, podemos sostener que nuestra respuesta es la correcta para las dos partes involucradas en el conflicto. M ás aún, en segundo lugar y positivamente se sigue del a priori de la argumentación que todo lo que debe ser presupuesto en el curso de una argumentación como precondición lógica o praxeológica de la argumentación no puede ser discutido argumentativamente respecto de su validez sin caer, así, en una contradicción interna (en términos). Ahora, los intercambios lógicos no están hechos de proposiciones aisladas, sino que constituyen una actividad humana específica. La argumentación entre Crusoe y Viernes requiere que ambos posean, y se reconozcan mutuamente como poseedores de, control exclusivo sobre sus respectivos cuerpos (sus cerebros, cuerdas vocales, etc.) como así también del lugar que ocupan sus cuerpos. Nadie podría proponer nada y esperar que la otra parte se convenza de la validez de esa proposición o la niegue y proponga algo diferente, a menos que se presupongan y asuman como válidos el control de uno y otro sobre sus respectivos cuerpos y lugares que ocupan. De hecho, es precisamente este reconocimiento mutuo de la propiedad del propio cuerpo y del lugar que ocupa, por parte del proponente al igual que del oponente, lo que constituye el characteristicum specificum de toda disputa proposicional: que mientras uno puede no estar de acuerdo respecto de la validez de alguna proposición, uno puede acordar de todas formas en el hecho de que uno está en desacuerdo.
A demás, este derecho a la propiedad del propio cuerpo y el lugar que ocupa debe ser considerado a priori (o indiscutible), justificado tanto por el proponente como por el oponente. Dado que quien quisiera sostener cualquier proposición como válida vis-à-vis con un oponente ya estaría presuponiendo el control exclusivo de él y el de su oponente sobre sus respectivos cuerpos y lugares que ocupan, simplemente para decir: C onsidero que tal y tal cosa son ciertas, y te desafío a que me demuestres lo contrario. [Suficiente para el reclamo de John Rawls, en su celebrada Una Teoría de la Justicia (Theory of Justice), respecto de que no podemos más que reconocer como primer principio de justicia el que requiere una distribución igualitaria (de todos los recursos), y de su comentario de que este principio es tan obvio que sería de esperar que se le ocurra a inmediatamente cualquiera. Acabo de demostrar aquí que cualquier ética igualitaria tal como esta propuesta por Rawls no sólo no es obvia sino que también debe ser vista como absurda, es decir, un sin sentido contradictorio. Dado que si Rawls estuviese en lo correcto y todos los recursos estuvieran realmente distribuidos en forma igualitaria, entonces él literalmente no tendría piernas sobre las cuáles pararse y sostenerse para proponer la mismísima sonsera que manifiesta.] E s más, sería igualmente imposible involucrarse en una argumentación y descansar en la fuerza de los propios argumentos, si uno no pudiese poseer (controlar en forma exclusiva) otros medios escasos (más allá del propio cuerpo y del lugar que ocupa). Ya que si uno no tuviese ese derecho, entonces todos pereceríamos inmediatamente y el problema de justificar reglas como así también cualquier otro problema humano sencillamente no existiría. Ergo, por virtud del hecho de vivir, se deben presuponer como válidos también, derechos de propiedad sobre otras cosas. Nadie que esté vivo podría argumentar lo contrario. Y si a una persona no se le permitiera adquirir propiedad sobre estos bienes y espacios mediante el acto de la apropiación originaria, es decir, estableciendo un vínculo objetivo (comprobable intersubjetivamente) entre él y un bien o espacio particular anterior a cualquier otro, pero si, en su lugar, la propiedad sobre esos bienes y espacio estuviera garantizada para quienes llegan más tarde, entonces nadie tendría el permiso jamás para comenzar a utilizar ningún bien 23 Hans Hoppe Libertad o Socialismo a menos que se asegure previamente el consentimiento de quienes llegan luego. ¿Pero cómo puede alguien que llegará más tarde, consentir las acciones de quien llegó antes? Más aún, todo el que llega más tarde necesitaría a su vez el consentimiento de otros que llegarán aún más tarde, y así sucesivamente. O sea que, ni nosotros, ni nuestros antepasados o nuestra descendencia seríamos, ni serían, capaces de sobrevivir si hubiese que seguir esta regla. Sin embargo, para que cualquier persona pasada, presente o futura argumente cualquier cosa debe serle obviamente posible sobrevivir, entonces y ahora; y para hacerlo simplemente estos derechos de propiedad no pueden concebirse como carentes de tiempo e inespecíficos respecto del número de personas involucradas. M ás bien, los derechos de propiedad necesariamente deben concebirse como originados mediante la actuación en puntos definidos en tiempo y espacio para individuos definidos. De otra forma, sería imposible para cualquiera decir algo en un determinado punto en el tiempo y el espacio y para que alguien más sea capaz de responder. En otras palabras, entonces, que la regla del primer-usuario-primer- dueño de la ética de la propiedad privada pueda ser ignorada o sea injustificada, implica una contradicción en términos, ya que al ser uno capaz de decirlo se debe presuponer la propia existencia como unidad independiente tomadora de decisiones en un punto dado en tiempo y espacio. Solución sencilla, conclusión radical: Anarquía y Estado. P or más sencilla que sea la solución al problema del orden social y por más gente que en su vida diaria reconoce intuitivamente y actúa según la ética de la propiedad privada tal como se la ha explicado antes, esta solución sencilla y poco exigente implica algunas conclusiones sorprendentemente radicales. Dado que, además de dejar afuera como injustificadas actividades como el asesinato, el homicidio, la violación, el ingreso ilegal, el robo, el asalto, el hurto, y el fraude, la ética de la propiedad privada también es incompatible con la existencia de un Estado definido como una agencia que posee el monopolio territorial compulsivo de la toma definitiva de decisiones (jurisdicción) y/o el derecho a cobrar impuestos. L a teoría política clásica, al menos desde Hobbes en adelante, ha visto al Estado como la institución responsable de la puesta en práctica de la ética de la propiedad privada. Al ver al Estado como injusto en 24 Hans Hoppe Libertad o Socialismo realidad, como una vasta organización criminal y entonces llegar a conclusiones anarquistas, Rothbard por supuesto que no negaba la necesidad de poner en vigencia la ética de la propiedad privada. No compartía la visión de esos anarquistas, ridiculizados por su maestro y mentor Mises, que creían que todas las personas, si simplemente se las dejara solas, serían criaturas buenas y amantes de la paz. A l contrario, Rothbard concordaba profundamente con Mises en que siempre habría asesinos, ladrones, alborotadores, falsificadores, etc., y que la vida en sociedad sería imposible si no fueran castigados por la fuerza física. Más bien, Rothbard negaba categóricamente la manifestación de que surgía del derecho y la necesidad de protección de la persona y la propiedad, que la protección debía legítimamente, o podía efectivamente, ser provista por un monopolio jurisdiccional e impositivo. La teoría política clásica, al sostener esto, tenía que presentar al Estado como el resultado de un acuerdo contractual entre propietarios. Sin embargo, Rothbard sostenía que esto era falso y un emprendimiento imposible. Ningún Estado puede levantarse contractualmente, y por consiguiente se puede demostrar que ningún Estado es compatible con la protección legítima y efectiva de la propiedad privada. L a posesión de la propiedad privada, como resultado de actos de apropiación originaria, producción o intercambio de dueños anteriores a posteriores, implica el derecho del dueño a la jurisdicción exclusiva sobre su propiedad; y ningún propietario puede renunciar a su derecho de jurisdicción definitiva sobre, y defensa física de, su propiedad a otro a menos que haya vendido o transferido su propiedad (en cuyo caso alguien más tendrá jurisdicción exclusiva sobre ella). Se puede estar seguro de que todo propietario puede compartir las ventajas de la división del trabajo y buscar mayor o mejor protección de su propiedad mediante la cooperación con otros propietarios y sus propiedades. Es decir, todo propietario puede comprar de, vender a, o acordar con, alguien más en lo que respecta a más o mejor protección de su propiedad. Pero todo propietario también puede, en cualquier momento, discontinuar unilateralmente cualquier cooperación semejante con otros o cambiar su filiaciones respectivas. Por tanto, para poder satisfacer la demanda de protección sería legítimamente posible y económicamente probable que surjan individuos especializados y agencias que provean servicios de protección, seguro, y arbitraje por un honorario pagado voluntariamente por los clientes. 25 Hans Hoppe Libertad o Socialismo S in embargo, si bien es fácil concebir el origen contractual de un sistema competitivo de proveedores de seguridad, es inconcebible cómo los propietarios entrarían en un contrato que le asignara a otro agente en forma irrevocable (una vez y para siempre) el poder definitivo de toma de decisiones respecto de su propia persona y propiedad y/o el poder de cobrar impuestos. O sea que es inconcebible cómo alguien podría estar de acuerdo con un contrato que le permitiera a otra persona determinar en forma permanente lo que podría o no hacer con su propiedad; dado que al hacerlo, esta persona estaría rindiéndose efectivamente indefenso de cara a semejante tomador definitivo de decisiones. Y asimismo es inconcebible cómo alguien podría estar de acuerdo con un contrato que permitiera que el propio protector determinara unilateralmente, sin consentimiento del protegido, la suma que debe pagar el protegido por su protección. O rtodoxos, es decir, estatistas, politólogos, desde John Locke hasta James Buchanan y John Rawls, han intentado resolver esta dificultad sacando partido de acuerdos, contratos, o constituciones estatales, tácitos, implícitos o conceptuales. Sin embargo, todos estos intentos característicamente tortuosos y confusos sólo se han sumado a la misma conclusión inevitable a la que llegó Rothbard: que es imposible extraer una justificación del gobierno de contratos explícitos entre propietarios, y por ende, que la institución del Estado debe ser considerada injusta, es decir, el resultado de un error moral