La perversa de mi excuñada

Tema en 'Relatos Eróticos' iniciado por Darsant, 10 Ene 2024.

  1. Darsant

    Darsant Usuario Nuevo nvl. 1
    42/82

    Registrado:
    4 Abr 2020
    Mensajes:
    68
    Me Gusta recibidos:
    37
    El relato que les voy a contar fue una experiencia que tuve hace casi 10 años, estaba en una época difícil con las chicas, un tiempo que hoy día me imagino así, si yo tuviera esa edad y ese aguante de antes estaría comiéndome medio mundo, pero la verdad es que me tocó vivir mi momento con mis pasiones y desilusiones y recuerdo que luego de pasar un par de años en la Friend Zone con una flaca que vivía a 2km de la casa de mis padres por fin me decidí a salir adelante y a separarme de esa relación que no daba frutos y no lo iba a hacer nunca.

    Todos mis amigos me decían, déjala, rechazas a las chicas que te presento, siempre aparecerá alguien más, y mis amigas me decían, siempre he querido contigo pero estás tras ella, era impresionante la cantidad de propuestas que tenía, pero lo cierto es que luego de que me alejé la sequía estuvo presente por casi 1 año, conocía chicas pero no lograba concretar nada, hasta entré en un gimnasio y no daba resultados, llegué a pensar de que se trataba de dinero o de falta de habilidades para convencerlas, pero no, en ese lapso de tiempo nada pescaba.

    Y de pronto y sin hacer mucho esfuerzo llegó la que podría ser el amor de mi vida, se llama Francisca y la conocí de carrete, estaba con unos amigos y ella estaba ahí, compañera de estudio de una chica que me gustaba, pero luego de verla, mi mirada se enfocó totalmente en ella, tenía lindos ojos, eran verdes y un cabello castaño claro que se extendía hasta la altura y era delgada con una piel dulce que me conquistó, al verla mi corazón casi explota, era muy hermosa y no podía parar de mirarla y muy rápida hubo conexión entre ambos, pues ella mostró interés en conversar conmigo desde el primer momento.

    Esa noche bailamos, era muy sensual, usaba un perfume que me tenía excitado y sus manos me ponían a sudar, se sentía esa conexión y yo estaba nervioso porque quería quedar, era divino sentirla cerca, sus pechos tocaban los míos mientras bailábamos, el lado derecho de su cuello quedaba descubierto y podía sentir su olor cuando la abrazaba, esas bachata sonaba más divina a su lado pero al final fui descuidado en algo muy importante, no le pedí el número y como una cenicienta, llegó un momento en que no la vi más, pues justo cuando entré al baño la buscó el papá, así que no dio tiempo de despedirse.

    Le pregunté a mis amigos por ella y caí en el mundo de las promesas, tranquilo, yo hablo con ella, pero no quise ser muy insistente con ellos porque podía pasar de que en vez de ayudarme, termine alejándose o que las cosas se convierta en citas entre amigos como ocurrió en mi intento anterior en el que entré en la Friend Zone, así que me dediqué a vivir como un soltero resignado durante esos meses, cuando me preguntaba me decían lo mismo, viajó con sus padres, estaba estudiando y no quiso ir, entonces llegó un punto en que pensé que jamás sería posible.

    Viviendo la soltería

    Mi realidad sexual volvió a ser agría, pero aun así no lo pasé tan mal pues me dediqué a disfrutar lo que tenía en mis manos, al menos 2 o 3 días a la semana de carrete con los compas, siempre había chicas y disfrutaba bailar, pero me costaba hacer conexión, seguía pensando en ella, quizás era muy tonto por ello, pero en cierta forma y sin desearlo siempre terminaba auto saboteando cualquier cita que tenía.

    Mis compas me decían, oye estás webeando mucho, la mina que te presenté quería algo contigo, pero siempre terminaba encontrando una excusa de forma involuntaria, recuerdo que uno de ellos me coordinó una cita con una dama de compañía sin decirme que lo era, la chica tenía la misión de seducirme y en el mejor de los casos, tenía que llevarme a la cama.

    Ese día fuimos a una disco y fue Carlos quien hizo la oferta de contactar con unas amigas, éramos los 3 de siempre, Carlos, Ricardo y yo, siendo ellos los que conocían más chicas porque estaban todos los días pegados al Facebook, yo por mi lado no era tan amigo de las redes sociales y ni teléfono inteligente tenía, solo entraba en Hi5 en ocasiones para ver fotos de chicas, pero no lograba conectar con alguien, realmente esperaba encontrarla entre las coincidencias, pero eso no ocurrió.

    Fuimos al barrio Bella Vista en Recoleta, al norte de Santiago, esa noche Carlos llevó 3 mujeres, pero noté que una de ellas era diferente a las que acostumbraba a presentar, se veía mayor, por encima de los 30 años, su nombre era Diana y era muy sensual, me la recordó a ella, su pelo, su sonrisa, hasta sus curvas y forma de caminar, por un momento pensé me estaba dando copete porque había mucho parecido físico, esta chica tenía algunas pecas en sus hombros algo que no vi en Francisca y su aroma me la recordaba mucho, se metió por todos mis sentidos.

    Me miraba de forma penetrante en todo momento y era muy risueña con las cosas que yo decía, estaba destinado para ella esa noche, de hecho mis amigos ya habían mostrado sus intereses con otras chicas y se les veía muy traviesos cuando me miraban estando con Diana por lo que decidí que era mi noche para disfrutar y así estuve bailando con ella por unas horas, su sensualidad fue similar, sus manos me tocaban en todo momento y podía sentirla bien traviesa permitiendo que su cuerpo tenga roces con el mío.

    Ella me susurró al oído que se sentía caliente, por un momento pensé que estaba acalorada porque entrabamos al verano, así que la acompañé por unos tragos pero en el camino me dijo que si quería irme con ella a un lugar más privado, algo a lo que no me pude negar por lo que fuimos a un motel que queda a unas calles, le dije que quería ir por unos condones porque no tenía planes de acostarme esa noche con una chica pero ella sonrió y me dijo que ella tenía algo disponible en su cartera por lo que fuimos directo al lugar.

    Tenía tiempo sin probar esos placeres y con ella los disfruté al máximo, me sentía como nunca, súper emocionado y a la vez tenía timidez, no podía creerlo, todo conspiró esa noche para conocer a la mujer más divina luego de Francisca que había conocido, su piel era muy suave y sensual y sus músculos estaban firmes, me encantaba su poto y podía recorrerla con caricias, se sentía cálida, excitada y me tenía ardiendo con deseos de follar con ella, se notaba que tenía experiencia y yo aún no sabía cuanta experiencia tenía.

    Ella jugaba con mis sentidos, me recorría y estimulaba, jugaba llevándome al éxtasis y luego me frenaba cuando me estaba acelerando, sentía perversión en sus movimientos, excitación en sus gestos y mi erección estaba a reventar, de hecho el primer polvo no tardó mucho en aparecer y casi lo derramo en su boca, ella sonrió y me preguntó cuanto tiempo tenía sin estar con una chica, sentí que se me notaba en la cara como si tuviese un cartel, por un momento sentí pena pero ella supo devolverme al momento.

    Conversamos un poco y compartimos unos besos y caricias, en todo momento sentí que ella iba con paciencia conmigo, pensé que se marcharía luego de que me descargara así de rápido, pero luego de unos minutos se colocó un caramelo de menta en la boca y comenzó a succionarme, eso me puso duro bien rápido y tan pronto como volví a la acción ella me colocó el condón y se subió sobre mí para demostrarme lo rica que se mueve, al segundo intento duré más tiempo y pude disfrutarla más excitada.

    Sus pechos eran más grandes que los de Francisca, pero creo que usaba implantes, se sentía firme y permitía todo de forma abierta, que la chupara, que le diera caricias y que la recorriera completica, se sentía la complicidad, el deseo de compartir orgasmos, su trato fue caliente y luego de unos minutos la escuché gemir, ella me dijo que fue divino el momento, nos dimos unos besos y nos relajamos en la cama y estuvimos unas horas ahí conversando y disfrutando la noche y luego regresamos a la disco donde estaba Carlos y Francisco con las otras chicas.

    La noche se terminó y las pasamos a dejar en sus casas y luego entre juegos y sonrisas Carlos y Francisco me preguntaron porqué me había perdido tanto tiempo, decían que estaban preocupados de que me hubiesen robado, pero lo decían entre sonrisas por lo que les conté un poco de lo que había pasado con Diana, en esta ocasión si tomé su número de teléfono, pero para sorpresa no me atendió al día siguiente, de hecho, estuve un tiempo tratando de hacer conexión con ella.

    Los chicos me veían y estuvieron unos días pensando como decírmelo, pero al final se pusieron valientes y me contaron toda la historia, Diana no era una chica que conocieron por redes sociales a la que tenía que conquistar, era una chica que contactaron en una web de damas de compañía para que me conquistara ella a mí, al momento me sentí algo molesto, pero me fui a mi departamento y ahí me acosté a pensar en lo que pasó y en cierta forma lo disfruté, sentí cómo que rompí el hielo esa noche y que en cierta forma así debía llevar las cosas en adelante.

    La habían contactado en una web de anuncios de chicas en Santiago con un estilo similar al de https://www.santiagocitas.com/ y por eso fue tan directa la propuesta de ir a un hotel, ellos intentaron sacarme de esa mala racha con las chicas y ese mundo de masturbaciones en el que me había sumergido, salí sin una pareja esa noche, pero en cierta forma terminé rompiendo el hielo y los tabúes que me había metido en la cabeza de forma inconsciente.

    Por fin la conexión

    Luego de varias salidas ya estaba con mejor desempeño con las mujeres, de hecho, había logrado acostarme con otra chica y me la apañé bien esa noche, una rubia que tenía días peleada con su pololo, pero como solo tenía interés de cagarlo y de causarle celos no volvía a contactar con ella y luego de unos días el destino me volvió a conectar con Francisca.

    Fuimos al cumpleaños de una amiga, era una noche de tragos y unos snacks y ahí estaba ella, hermosa, sensual y muy atrevida conmigo, al verla mi corazón estuvo a punto de explotar, mis nervios llegaron al máximo nivel, me sentía como que había llegado a la meta y no quería dejar pasar esta oportunidad, la saludé con un beso en la mejilla, llevaba el mismo perfume y me daba esa sensación de frescura que tanto me excitaba, ella me dio un abrazo haciendo énfasis de que tenía tiempo sin verme y mencionó que lamentaba no haberse podido despedir, pero yo solo dije, tranquila ya había comprendido la situación.

    Nos sentamos todos frente a la mesa donde conversamos, había muchas miradas y tomamos, estuvimos así hasta cantar cumpleaños a mi amiga y cuando la noche iba más avanzada Carlos dice, que hacen viéndose tanto, vayan al living a conversar que se nota que están cruzando muchas miradas, luego los demás se unieron a la demanda y terminamos en el sofá donde conversamos un poco, compartimos números de teléfono y por arte de magia estábamos besándonos.

    Pasamos toda la noche entre besos y caricias, era excitante estar con ella, su aliento era fresco, ella era divina y me tenía muy excitado y los chicos nos invitaban a pasar a un dormitorio pero eso no ocurrió esa noche, no quería que todo fuese tan rápido, ella no era la chica con quien me acostaría solo una noche, quería conocerla más, estuvimos juntos como unos pololos, y luego la conexión se mantuvo por varios meses, era muy lindo el momento, ella era muy sensual y si, no tardó mucho en que pude disfrutar de su compañía en la cama algo que realmente me encantó y que espero relatarles de forma exclusiva, pero luego de unos meses ocurrió un evento que pondría fin a nuestra relación en corto tiempo.

    La tentación aparece

    Diana apareció y estaba más cerca de lo que yo pensé que podía estar, un día ella me invita a su casa a conocer a sus padres, era el cumpleaños de una tía y me dijo que podía ir en esa ocasión y que me presentaría y ahí estaba, la hermana de Francisca, la hermosa mujer de gran parecido físico cuya única diferencia era el tamaño de sus pechos, las pecas en sus hombros y pechos.

    Al verla mi corazón iba a explotar, me sentía extrañado, confundido, nervioso, ansioso, pensé que todo se iba a arruinar, ella al verme sonríe y me saluda con un beso en el cachete que llegó a hacer un pequeño roce en con mis labios, lo hizo de forma suave y lenta más de lo que representa un saludo normal y me dijo entre sonrisas, me es un placer conocerte.

    No cabe en dudas de que se veía muy traviesa, sonreía y hacía comentarios en un contexto muy sexualizado, el padre le preguntó como le iba en la pega y dijo que bien, que estaba en una empresa de cosméticos, que se mantenía muy ocupada y a veces trabajaba horas extra y así completaba sus costos, mientras contaba me miraba con picardía, mi polola ya estaba notando el exceso de conexión pues me tomó de la mano en ese momento entre risas y juegos me dio un beso, de esa forma la mesa puso su mirada en nosotros y entramos en la conversación inicial con los suegros, pregunta y más preguntas por el resto de la noche.

    Don Gerardo quien es el papá de Francisca y Diana me invitó el fin de semana a un asado, fuimos y ahí comenzó a calentarse las cosas pues Diana aprovechaba todo momento para intentar abordar, conversamos un poco y ella intentó generar esa conexión conmigo, pero de alguna forma me lograba escapar y así estuvimos en varias reuniones, ella tentando mis sentidos con ropa cada vez más chica y sugerente y con un juego de miradas que de continuar terminarían por quebrar mi voluntad.

    Un día me dice el papá que la acompañe a buscar carbón en la bodega de su casa pues él estaba picando la carne para montarla en el asador, ella me llevó al lugar y ahí pasó lo que sería el inicio del final, el lugar era pequeño y entrabamos muy pegados, ella tenía un short de tela blanca que mostraba parte de su culo, quedaba bien ajustado y se podía apreciar el color y la forma del bikini a través de él, la poca luz que entraba en la bodega daba para iluminarle a ella, que con el mismo perfume seductor que usa ella y mi polola caminó frente a mí, ella sonreía con picardía y yo estaba con los nervios a explotar, ella me pide que le sostenga la escalera mientras se subía y ahí hizo como que estaba a punto de caerse por lo que tuve que atraparla quedando su culo en mis manos.

    Ella sonrió y al bajarla me dijo, lo pasamos divino esa noche, yo siempre he tenido deseos de repetir contigo, de pronto, se pegó completamente a mí quedando sus pechos rozando con los míos, un poco más abajo, pero, aunque estábamos con ropa casi que podía sentir su piel con la mía y mi menté comenzó a recordar mientras mis manos sudaban y temblaban de excitación, ella me dio un beso, sabía que me tenía caliente y me colocó la mano sobre la nuca y me dijo, estás caliente, ¿acaso estás excitado? Porque a mí me pasa igual, siento que me pongo mojadita cuando estoy contigo, ojalá pudieras tocarme como aquel día, pero seguro que si lo hacemos aquí mis gemidos alertarán a todos, sus pezones se sentían a reventar, estaba usando brasier, pero aun así podía sentirse sus pezones.

    Le dije que no podía, que me gustaba su hermana y ella solo sonrió mientras su mano bajaba por mi espalda quedando estacionadas antes de llegar a mi trasero, me dejó la invitación de ir al hotel cuando quiera mientras me decía que no era la primera vez que compartía un pololo con su hermana, entonces mi mente casi explota al escuchar su comentario por lo que tomé la bolsa de carbón y salí con una tez pálida y sudorosa que mi suegro notó al instante por lo que me dijo que si había visto a Bucky una mascota grande que tenía en el patio de atrás.

    Todo Acabó

    Pero esa no sería la única vez, los contactos eran cada vez más frecuentes en cada reunión y la última cita que tuve con Francisca ocurrió lo que cerraría ese triángulo de pasión que me dejó completamente fuera de escena, fuimos al departamento de Diana y los suegros se fueron a penas cantaron cumpleaños pues a don Gerardo no le gustaba conducir muy tarde, nosotros nos quedamos más tiempo porque fuimos sin auto a su casa y ella tenía unas botellas descorchadas que alocarían nuestra velada.

    Yo quería irme, pero Francisca quería seguir tomando, estaba un poco alocada, me daba besos y se le sentía diferente, nos tomamos unas copas y pronto estaba con ambas bailando y cantando y sin notarlo mientras más se apagaba la luz Diana tenía menos ropa, pues comenzó con un Jeans y se fue quitando piezas quedando cada vez más expuesta, ya había entrado el otoño y el frío nos cargaba de ropa, pero el departamento se sentía cálido y entre bailes y juegos ambas iban quitándose prendas.

    Francisca había tomado mucho y hacía lo posible para excitarme, sentí en todo momento que quería llevarme a la cama, pero, aunque le decía que podíamos irnos ella solo decía que quería continuar, que la noche era joven, Diana aprovechaba, también me tocaba cada vez que podía y bailaba de forma insinuante, muy piel, conmigo, podía sentirla y me estaba acalorando también pero debajo de la parka no tenía tanta ropa, solo un jean y una polera me cubrían.

    De pronto Francisca se sentó en el sofá y terminó dormida quedando completamente solo con una Diana que estaba dispuesta a no terminar la noche con ropa, ella me dijo que no pasaba nada, vamos a bailar y así estuvimos al ritmo de la música que ella servía desde su televisor y entre roces y bailes pegaditos ella terminó por darme un beso y comenzó a meter su mano debajo de mi pantalón, algo que no pude resistir y pasó lo que terminó con mi relación con Francisca.

    Terminamos en la cama juntos disfrutando el uno del otro, tuvimos sexo por lo que quedaba de noche y en este caso ella no actuaba como una escort, actuaba como una hermana que sentía que estaba recuperando el pantalón que su hermana menor le había quitado, lo hacía con más énfasis, me dio sexo oral como nunca lo había hecho y sus movimientos fueron más sublimes esa noche hasta que ambos tuvimos orgasmos que nos dejaron exhaustos y sin darme cuenta me quedé dormido.

    Al despertar aún tenía el condón puesto, fue un descuido total de mi parte y me sentía arrepentido y al salir solo estaba Diana quien me dio la noticia de que Francisca nos había visto y que se fue en un taxi a penas se despertó, estaba furiosa, no atendía mis llamadas y solo me dejó un mensaje diciendo, quédate con ella, no pensé que fueras a hacer nada.

    Tal parece que ya sospechaba y me estaba poniendo a prueba, intenté contactar con ella pero me dejó claro que no quería nada conmigo, hasta había notificado en conserjería que no quería mi visita por lo que me tocó continuar solo, pues tampoco tenía interés de iniciar una relación con Diana, algo que no fue problema, pues creo que tampoco ella tenía interés de hacerlo conmigo, al final solo fue el resultado que uno espera lograr si se deja llevar con una cuñada perversa.
     
    #1 Darsant, 10 Ene 2024
    Última edición: 16 Ene 2024
    A alteregocitadino y bauza les gusta esto.
  2. alteregocitadino

    alteregocitadino Usuario Casual nvl. 2
    42/82

    Registrado:
    18 Ago 2009
    Mensajes:
    224
    Me Gusta recibidos:
    122
    Uta que son cuaticas esas situaciones que comentas en "La tentacion Aparece" entre incomodas, calenones pero urgido csm!!...

    Y la wea de despertar con el condon ...wena pal anecdotario!! jajaja

    Vale cumpa!! por el tiempo pa compartir detallado y entrete relato...:batear:
     
    A Darsant le gusta esto.