Casi 2 millones de personas podrían perder la condición de vacunados en Israel al cambiar las normas

Un convoy de coches ralentiza el tráfico mientras se manifiesta contra las restricciones del “pase verde” del Ministerio de Sanidad, en la autopista Ayalon, en Tel Aviv, Israel. Foto / AP
​

En el transcurso de la pandemia de Covid-19, Israel ha sido anunciada como una de las naciones con mejores resultados en cuanto a la vacunación contra la enfermedad.

Poco después de que se completaran los ensayos de las vacunas, esta nación de 9,3 millones de habitantes se apresuró a poner en marcha el mayor número de vacunas lo antes posible, tras llegar a un acuerdo con Pfizer para intercambiar datos médicos a cambio de un suministro constante de dosis.

Una vez que la mayoría de la población adulta de la nación de Oriente Medio fue vacunada en su totalidad hace unos meses, Israel levantó prácticamente todas las restricciones de Covid-19 y se recuperó una sensación de normalidad.

Sin embargo, cualquiera que haya seguido el impacto de la cepa Delta en Israel sabe que no ha sido un camino de rosas desde entonces.

Cuando el número de casos diarios rondaba el cero al principio del verano, los negocios de Israel volvieron a abrir, se reanudaron las reuniones masivas y se tiraron las mascarillas mientras la gente acudía a las playas y los restaurantes.

El optimismo no duró mucho. A principios de septiembre, los casos habían subido a más de 20.000 al día, las hospitalizaciones aumentaban y se registraban más de 50 muertes diarias.

Las cosas empezaban a mejorar a principios de este mes -con un descenso de los casos y las muertes-, pero ahora que el invierno empieza a asomar la cabeza en el hemisferio norte, se está produciendo un intenso debate sobre cuáles son los próximos pasos a dar por Israel.

Esta semana todo está en su punto álgido, ya que los postes para los residentes vacunados están a punto de cambiar de forma importante.

A partir de ayer, las condiciones para el Pase Verde Covid del país -esencialmente un pasaporte de vacunas que permite a los residentes inoculados entrar en lugares cerrados- se han modificado radicalmente.

El cambio significa que Israel es ahora el primer país del mundo que ya no proporciona su certificado de vacunación a los ciudadanos que han recibido su segunda dosis de vacuna hace más de seis meses.

De acuerdo con las nuevas directrices, las personas deben haber recibido una tercera dosis, una vacuna de refuerzo, para tener derecho a un pase verde.

Las personas que hayan recibido dos dosis de vacunas, y las que se hayan recuperado del coronavirus, recibirán pases válidos durante los seis meses siguientes a la fecha de su tercera vacuna de refuerzo o de su recuperación.

Esto significa que cerca de 2 millones de personas perderán su pasaporte de vacunación en los próximos días, ya que el sacrificio comenzó ayer.

Profesionales médicos tratan a los pacientes en la sala de coronavirus del Centro Médico Barzilai el 26 de agosto en Ashkelon, Israel. Foto / AP
​

Es un gran golpe para los residentes que no cumplen los criterios, porque la pérdida de sus certificados de pase verde les impedirá entrar en espacios públicos, incluidos restaurantes, hoteles, clubes, lugares culturales y grandes reuniones privadas.

Sin embargo, sólo se les quitarán esos privilegios si cumplen los requisitos para recibir una tercera vacuna y no la han aceptado.

En respuesta a su brote de verano, Israel lanzó una agresiva campaña de refuerzo para reforzar la decreciente eficacia de la vacuna en su población.

Más del 60% de la población israelí ha recibido dos dosis de la vacuna de Pfizer y casi 3,5 millones de los 9,3 millones de ciudadanos de Israel han recibido una dosis de refuerzo de la vacuna.

Sin embargo, al menos 2 millones más han recibido sólo dos dosis, y muchos perderán los privilegios que otorga el pase verde que entra en vigor esta semana.

El nuevo sistema implica que las personas no vacunadas sólo pueden entrar con una prueba rápida negativa realizada en un centro de pruebas autorizado, que es válida durante 24 horas, o una prueba PCR negativa válida durante 72 horas.

Se ha producido una oleada de oposición al nuevo sistema, con cientos de israelíes organizando manifestaciones por todo el país para protestar contra él.

Las imágenes de las manifestaciones del domingo muestran convoyes de coches que atascan los desplazamientos matutinos de muchos israelíes que vuelven al trabajo tras las altas fiestas judías de septiembre. Quienes se oponen al sistema dicen que es una forma de vacunación forzada.

​

El cambio de política se produjo después de que las autoridades sanitarias israelíes y los expertos advirtieran de una disminución significativa de la inmunidad en las personas cinco o seis meses después de su segunda dosis de Pfizer.

Estudios realizados en el extranjero también han demostrado la necesidad de dosis de refuerzo de Pfizer después de varios meses.

Un amplio y reciente estudio de la Universidad de Oxford descubrió que la eficacia de la vacuna de Pfizer disminuía un 22% al mes, desde el 84% original para los adultos en general.

Según los datos publicados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) el mes pasado, la protección que ofrece la vacuna de Pfizer comienza a disminuir alrededor de cuatro meses después de la fecha de vacunación.

Estados Unidos, Reino Unido y otros países, incluido Israel, ya han aprobado dosis de refuerzo para las personas mayores que se vacunaron con Pfizer entre seis y ocho meses después de la primera dosis.

Un israelí de 14 años recibe una dosis de refuerzo de la vacuna contra el coronavirus en el centro del Servicio de Salud Clalit en el complejo Cinema City de Jerusalén. Foto / AP
​

Se espera que el organismo gubernamental asesor en materia de vacunas de Australia se pronuncie sobre si los australianos necesitan una dosis de refuerzo en las próximas semanas.

Israel, por su parte, sigue adelante con su plan de pase verde revisado.

“Ahora es el momento de ser estrictos con el pase verde, ser precavidos y no caer en la complacencia”, dijo el primer ministro israelí, Naftali Bennett, a última hora del sábado. Uno de los primeros defensores de la tercera dosis, Bennett dijo que salvaba vidas y permitía que la economía permaneciera abierta.

El profesor Nadav Davidovitch, jefe de la Asociación Israelí de Médicos de Salud Pública, dijo que exigir a los israelíes que reciban la dosis de refuerzo para que se les considere totalmente vacunados y puedan optar al Pase Verde era “la decisión correcta”.

Dijo a los medios de comunicación locales que el Pase Verde “no es un premio ni un castigo”, sino una medida de salud pública basada en la consideración de datos clínicos y epidemiológicos.

Israel cambió su política de vacunación antes que otros países, porque empezó a vacunar antes (en diciembre pasado), y ha pasado suficiente tiempo “para ver un aumento brusco de la transmisión en la comunidad”, dijo.

Añadió que los datos indicaban que el aumento de la protección tras una tercera inyección podría “ser de 10 veces o más, en comparación con las personas que recibieron la segunda dosis”.

Fuente: Covid 19 coronavirus: Nearly 2 million people could lose vaccine status in Israel as rules change

Relacionado: Israel se enfrenta a nuevo pico récord de coronavirus a pesar de la implantación del pasaporte de vacunas

 

HOLY COW! They’re Putting The Military In Charge!

Respaldo: Odysee​