Había una vez un perro que se llamaba Calcetín... salió a la calle y se lo pusieron... Como al panadero homosexual que cuando está haciendo pan llega el haitiano y le baja el pantalón para chantarselo hasta desahogar su rabia y frustración de tener que aguantar todo para obtener su Visa.
Ya no es panadero, ahora vende carcazas de celulares americanas, no chinas... Y su nombre es Rodrigo...