Ciudad Z: El mito que llevó a la desaparición del explorador más famoso de los últimos siglos

Un misterio que sigue latente hasta hoy.
​

Abundan las historias de ciudades perdidas a lo largo del mundo, desde lugares tan fantásticos como Atlantis hasta tierras de grandes tesoros como El Dorado. No obstante, hay pocas que llamen tanto la atención como Z.

​

El misterio alrededor de esta ciudad perdida es tal que el famoso Coronel Percy Harrison Fawcett, uno de los exploradores más famosos de su tiempo, cuyas proezas han trascendido a través de los años, siendo inspiración para infinidades de libros y películas, decidió embarcarse en su búsqueda dentro de la selva del Amazonas. Un viaje del que jamás volvería.

​

Según consigna Ancient Origins, la selva del Amazonas tiene el mismo tamaño que los Estados Unidos continentales y para la época de Fawcett, seguía siendo un territorio inexplorado, por lo que se aventuró a recorrer esas atrapantes tierras, invitado por la Real Sociedad Geográfica en los albores del Siglo XX. Fue en este marco que comenzó la fijación del connotado explorador por las ciudades perdidas en dichas regiones, transformando a “Z” en su principal obsesión.

En base a la información recopilada por Ancient Origins, Fawcett planteó sus teorías respecto de una ciudad perdida a la que denominó “Z” en 1912, y su creencia se realzaba en cierta mesada por el redescubrimiento de otra ciudad perdida: Machu Pichu, encontrada en 1911.

Durante sus viajes, el famoso explorador escuchó rumores respecto de una ciudad subterránea secreta que se encontraría en las selvas chilenas, y que contaría con tejados de oro y calles pavimentadas de plata.

De hecho, las descripciones de Fawcett son bastante claras y elaboradas, lo que se evidencia en una carta que escribió a Brian, su hijo, en 1912, donde resalta el aspecto de las ruinas, el tipo de escritura que utilizaban, una noción de su entorno, la forma de sus casas, un templo, e incluso la presencia de otra ciudad en la que vivirían personas de un rango inferior a los ciudadanos de Z, además de otra que, en base a la carta de Fawcett exhibida por la web de Ancient Origins, estaría medio enterrada y totalmente destruida.

​

Pero el explorador no solamente describía las características de Z, sino que mostraba los antecedentes que lo llevaban a sostener dichas teorías, como inscripciones encontradas en distintos lugares de Brasil o el Manuscrito 512, que encontró por mera coincidencia en 1920, dentro de la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro.

En ella, otro explorador de origen portugués declaraba haber encontrado una ciudad amurallada que recordaba a la antigua Grecia al interior del Amazonas, describiendo a detalle varios aspectos de la misma. Y aunque para los arqueólogos resultaba imposible que la selva pudiera contener ciudades de un gran tamaño, Fawcett opinaba de manera diferente.

​

Así comenzaron las expediciones de Fawcett para perseguir la ciudad Z, pero todas ellas fracasaron.

Eventualmente, Fawcett y su equipo acabarían desapareciendo en una de las expediciones, y más allá de que se iniciaron múltiples cruzadas para intentar encontrarlo, nunca se pudo descubrir su paradero, pese a que sí se encontraron incluso huesos humanos, no se ha podido determinar si pertenecen o no al explorador, debido a que, según consigna Ancient Origins, los miembros de su familia rechazaron entregar muestras de ADN.

​

Existen múltiples teorías respecto de lo que sucedió con Fawcett y su equipo, sustentadas en diversos antecedentes, pero hasta el día de hoy, no existe certeza respecto del destino de Fawcett o la existencia de la misteriosa ciudad perdida de Z.

​