Completemos el Cuento [Entrenetido]

Tema en 'Cementerio De Temas' iniciado por JotaAndres, 13 Sep 2009.

Estado del Tema:
Cerrado para nuevas respuestas
  1. [M]auro.SS

    [M]auro.SS Usuario Habitual nvl.3 ★
    87/163

    Registrado:
    11 Ago 2008
    Mensajes:
    15.966
    Me Gusta recibidos:
    2
    Habia una vez un niño llamado Emanuel, el cual tenia un jardin hermoSo y lleno de cadáveres de niños enterrados bajo la tierra del patio de su casa. Para el los niños eran de carne y huesos, pero, para todos los demas eran de juguete. Él relataba todos sus pasos en un diaro que escondía, bajo llave, en una gaveta dentro de su armario. Describía los rostros y los ojos de cada uno de los niños que...Cuidadosamente cortaba trozo por trozo, mientras les cantaba una vieja y conocida cancion de cuna... "Duermete Niño Duermete ya...". Emanuel siempre fué visto en su familia y el barrio como "el raro", y con el correr de los años su madre dejó de prestarle atención a su extraño comportamiento... que dejaba de manifiesto su oligofrenia, desde que empezo a cambiar su actitud, fue un vuelco para todos los que lo conocian. Pero si no fuera por ese tragico día en que Emanuel se despellejó los brazos para cubrir el frio plástico de los juguetes enterrados, nadie habria notado el real estado de locura en que se encontraba nuestro Emanuel.

    El bailoteo de las hojas otoñales en el viento húmedo de julio, hojas que con sus últimas fuerzas aferraban sus dorados dedos a las ramas de sus madres árbol, desgastaba el color del cielo gris y ensombrecía la ventana del ático por la que Emanuel contemplaba la callejuela en la que se encontraba su casa, mientras cocía hilos con piel y plástico, iluminado sólo por la luz plateada que dejaban entrever las nubes y la pequeña ventana de la habitación. Fue precisamente en esta habitación, en la que un día, martes 23 de marzo el "Ema" aprendió lo entretenido que era masturbarse viendo los cadáveres que en algún momento le causaron pesadillas... y día tras día, sumido en enfermizos pensamientos, contemplaba obsesionado la abrumadora belleza de la pequeña Isabella con el deseoso afán de sepultarla junto a su curiosa colección. Fue así como... atónito ante Isabella, cayó en un profundo trance que lo obligó a escribir sobre el piso, con un cuchillo, unos textos en una lengua muerta, casi desconocida...Su madre incitada por las habladurías de sus amigas, llamó a su amigo el cura, que al ver las escrituras de Emanuel, vio como todos sus temores se hacían realidad, y no dudó en sentenciar al pobre muchacho a...
    recuperar la cordura, recuperar su sitio entre la multitud y dejar atrás todas sus extrañas costumbres, las mismas que lo separan del mundo y lo transportan constantemente hacia las más escandalosas visiones... impuras, despues de una converzacion con el cura, Emanuel decide emprender el viaje hacia la cordura, pero el camino a seguir no seria tan facil, estaría lleno de tropiezos y cansancios, seria extenuante, pero con la ayuda de su madre todo sería mas facil.
    La madre tomo el crucifijo regalado por el cura y lo apretó fuerte en la frente Emannuel, el poderío del amuleto irrigó en la sienes del muchacho quien daba espasmos de dolor, sus venas se hincharon exageradamente y en su abdomen se podía ver que algo prisionero de sus carnes, saldría en cualquier moento...Entonces sucedió. Al principio su piel fue tomando un color verduzco y una textura putrefactafacta. Ante los ojos atónitos de su madre, que presenciaba inmóvil la transformación... unas garras se asomaron despedazando el vientre de Emannuel, arremetió con fuerza, desencajando consigo huesos y vértebras. El nacimiento de esta bestia acabó con con la vida del pequeño, ahora que se nutrió lo suficiente, era hora de actuar...
    Pero a pesar de la naturaleza bestial del ser, en lo más recóndito de su mente brutal conservaba algunos de los recuerdos y los instintos más primitivos que de algún modo fueron la herencia del muchacho. Por esto, cuando pudo pararse sobre sus dos patas y lo primero que vió a la que fué su madre mirándolo estupefacta con el crucifijo aún inmóvil en la mano, su primer impulso de atacarla fué de alguna manera anulado por un extraño sentimiento evocado desde algún vago lugar de su cerebro, que ni el mismo sabría identificar.

    En su lugar, de sus labios nació una pregunta, ¿por qué estás tan seria, mamá? dijo, esbozando algo que sólo una mente enferma podría catalogar como una sonrisa.

    "Algo habremos de hacer con esa expresión tan opaca", dijo, y le abrió las mejillas de lado a lado con las garras que salían de lo que en algún momento fueron sus pulgares. Su madre se desplomó con el rostro despellejado, abierto de par en par, chorreando sangre por su cuello y hombros, y esparciendo un charco pegajoso por el suelo de la habitación. Una menos. Se acercó al cuerpo inerte de la madre y le arrancó de cuajo la tráquea
    - esto servirá, se dijo... (...) mientras golpeteaba el trozo de la mujer en su cabeza, pensando cuál sería su próxmo paso.

    Salió del lugar dando un gran salto por la ventana... y calló en un montón de hojas secas. De pronto su mano se topó con algo oculto entre las hojas que jamás imaginó que encontraría en el patio de su casa. Era un consolador de madera tallado en roble, el cuál tenía en un costado escrito “Rosalinda”, el nombre de su abuela muerta el año pasado. Pensó unos instantes y se dirigió corriendo a la estación de tren más cercana…

    la bestia se concentró en desvirtuar nuevamente su cuerpo y hacerlo aceptable para el ojo humano, volvio a ser un hombre... llevaba el trozo de madera entre sus manos, el tren avanzaba rumbo al sur... como un torrente de oscuros recuerdos llega hasta su mente el día aquel... es tarde cuando vio a su abuela Rosalinda extasiada introduciendo la pieza de madera en su interior, con la boca abierta y los ojos desorbitados

    Qué haces abuela?, gritó Emanuel. Pensé que alimentabas a los animales como dijiste!

    querido! tenía a un animal muy hambriento que alimentar, diez años de viudez no pasan en vano...

    El redescubrimiento de su abuela despertó en Emanuel un deseo indecente e irreprimible. Las ansias se le concentraron como fuego en las entrañas, y sin poder frenarla, la transformación se activó otra vez. La mayoría de los pasajeros dormitaba a esa hora, o estaban ensimismados en sus actividades, así que nadie se observó cómo la bestia se dirigía al últimos vagon; donde una ancianita minúscula se entretenía tejiendo unos calcetines de lana. Nadie escuchó tampoco el gemido de la anciana tuvo tiempo de gritar, cuando se sintío agarrada de las caderas, zamarreada brutalmete como un saco de harina y penetrada por una fuerza descomunal, en medio de una crujidera de huesos y articulaciones. Nadie se dió cuenta cómo su vientre reventó por la volumétrica descarga de la bestia. Nadie sintió tampoco a la bestia lanzando el malogrado cadáver por la ventana del tren. Sólo se despertaron cuando Emannuel volvía a su asiento, convertido en un niño otra vez, tarareando a viva voz una exasperante canción de Topo Gigio.

    Emanuel trataba de aquietar sus piernas temblorosas, pero el recuerdo de su abuela y de lo que acababa de hacer, lo llevaban de nuevo a su frenética danza mental, esa que se desplaza entre senos arrugados, vaginas flácidas y polvorientas por la dejación de los años... desde el día aquel, solo eso ocupaba su mente infantil... la anatomía senil de la mujer, deseaba los cuerpos atacados por los años, mientras más viejas mejor.
    Levanta la mirada entonces y advierte que la mujer del frente abre los ojos, una tierna viejita que se acomoda la protesis sin verguenza...

    emannuel: quieres un acomodo definitivo, vieja conxetumadre????
    no termina de decir aquellas palabras y le ensarta el consolador en la boca a la pobre abuelita.

    emanuel: a ver si con eso se te traba la quijada!!!-
    "No sabís con la chichita que te tai curando, aweonao"- se escuchó un grito a lo lejos. Un hombre se acercaba corriendo a Emannuel.
    - ¿Que wea tai haciendo sapo e mierda?, te gustan viejitas ctm?!!.- dijo el hombre en tono frenético.
    - Tranquilo amigo, la señora me lo pidió- Emannuel salió corriendo.
    "esto es demasiado para mí, se decía "Ema".
    y saltó del tren, pues le quedaba poco para llegar y podía hacerlo por su cuenta, necesitaba pensar.

    hay abuela! mi fogosa e insaciable querida abuela, por qué mi hiciste este daño tan tremendo!.
    Emannuel había avanzado bastante caminando, pero tuvo que deterne, al verse frente a un árbol gigante e imponente. El árbolr provocó al extraño en el interior de Emannuel, sintió como que algo lo llamaba a "examinarlo". Emannuel se acercó al árbol y comenzó a acariarle la corteza, empezó a dar vuelta y de lo miraba tiernamente. fue en una de estas miradas, cuando levantó la cabeza, y vió a unos 4 metros de alto, que al árbol le faltaba un pedazo, escaló hasta el lugar, y notó, para su total desconcierto, que el pedazo que faltaba tenía la forma del consolador de su abuela.

    trepó hasta el lugar y sin pensarlo hizo calzar la pieza en aquel recodo, extrañamente, a pesar del tallado del consolador, el espacio se acomodó para reibir el trozo parte de aquel arbol melenario. Canto de ánimas se escucharon por los alrededores, alaridos del climax de las constelaciones crepusculares, esas invisibles e indefinibles; que sin embargo alli estaban armonizando el mágico moemento. Las ramas del roble abrazaron el cuerpo de emannuel, nuevamente transfigurado y convertido en bestia. Se abró en medio de su corteza una gran galaxia húmeda y viscosa como la de su abuela y succionó el cuerpo de lafiera... Emannuel cayó durante 2 minutos en el vacío, hasta que tocó fondo contra una especie de líquido blanquesino y viscoso, Emannuel quedó empapado y ediondo.
    Vio de pronto a una ardilla acercarse a él.
    - ¿Quién eres puto humano?-dijo mirando a los ojos a Emannuel-
    - ¿Puees hablar?-
    - y además imbécil, obviamente.
    - Que belleza.
    - Y tú, que belleza de Gran Inútil. Ya, dime quién chucha eres.
    - Emannuel... animal culiao.
    - yo que tú, no le faltaría el respeto al dueño de casa.
    - Tranquilo papá.
     
  2. farrokha

    farrokha Usuario Casual nvl. 2
    87/163

    Registrado:
    1 Jun 2009
    Mensajes:
    7.063
    Me Gusta recibidos:
    4
    Habia una vez un niño llamado Emanuel, el cual tenia un jardin hermoSo y lleno de cadáveres de niños enterrados bajo la tierra del patio de su casa. Para el los niños eran de carne y huesos, pero, para todos los demas eran de juguete. Él relataba todos sus pasos en un diaro que escondía, bajo llave, en una gaveta dentro de su armario. Describía los rostros y los ojos de cada uno de los niños que...Cuidadosamente cortaba trozo por trozo, mientras les cantaba una vieja y conocida cancion de cuna... "Duermete Niño Duermete ya...". Emanuel siempre fué visto en su familia y el barrio como "el raro", y con el correr de los años su madre dejó de prestarle atención a su extraño comportamiento... que dejaba de manifiesto su oligofrenia, desde que empezo a cambiar su actitud, fue un vuelco para todos los que lo conocian. Pero si no fuera por ese tragico día en que Emanuel se despellejó los brazos para cubrir el frio plástico de los juguetes enterrados, nadie habria notado el real estado de locura en que se encontraba nuestro Emanuel.

    El bailoteo de las hojas otoñales en el viento húmedo de julio, hojas que con sus últimas fuerzas aferraban sus dorados dedos a las ramas de sus madres árbol, desgastaba el color del cielo gris y ensombrecía la ventana del ático por la que Emanuel contemplaba la callejuela en la que se encontraba su casa, mientras cocía hilos con piel y plástico, iluminado sólo por la luz plateada que dejaban entrever las nubes y la pequeña ventana de la habitación. Fue precisamente en esta habitación, en la que un día, martes 23 de marzo el "Ema" aprendió lo entretenido que era masturbarse viendo los cadáveres que en algún momento le causaron pesadillas... y día tras día, sumido en enfermizos pensamientos, contemplaba obsesionado la abrumadora belleza de la pequeña Isabella con el deseoso afán de sepultarla junto a su curiosa colección. Fue así como... atónito ante Isabella, cayó en un profundo trance que lo obligó a escribir sobre el piso, con un cuchillo, unos textos en una lengua muerta, casi desconocida...Su madre incitada por las habladurías de sus amigas, llamó a su amigo el cura, que al ver las escrituras de Emanuel, vio como todos sus temores se hacían realidad, y no dudó en sentenciar al pobre muchacho a...
    recuperar la cordura, recuperar su sitio entre la multitud y dejar atrás todas sus extrañas costumbres, las mismas que lo separan del mundo y lo transportan constantemente hacia las más escandalosas visiones... impuras, despues de una converzacion con el cura, Emanuel decide emprender el viaje hacia la cordura, pero el camino a seguir no seria tan facil, estaría lleno de tropiezos y cansancios, seria extenuante, pero con la ayuda de su madre todo sería mas facil.
    La madre tomo el crucifijo regalado por el cura y lo apretó fuerte en la frente Emannuel, el poderío del amuleto irrigó en la sienes del muchacho quien daba espasmos de dolor, sus venas se hincharon exageradamente y en su abdomen se podía ver que algo prisionero de sus carnes, saldría en cualquier moento...Entonces sucedió. Al principio su piel fue tomando un color verduzco y una textura putrefactafacta. Ante los ojos atónitos de su madre, que presenciaba inmóvil la transformación... unas garras se asomaron despedazando el vientre de Emannuel, arremetió con fuerza, desencajando consigo huesos y vértebras. El nacimiento de esta bestia acabó con con la vida del pequeño, ahora que se nutrió lo suficiente, era hora de actuar...
    Pero a pesar de la naturaleza bestial del ser, en lo más recóndito de su mente brutal conservaba algunos de los recuerdos y los instintos más primitivos que de algún modo fueron la herencia del muchacho. Por esto, cuando pudo pararse sobre sus dos patas y lo primero que vió a la que fué su madre mirándolo estupefacta con el crucifijo aún inmóvil en la mano, su primer impulso de atacarla fué de alguna manera anulado por un extraño sentimiento evocado desde algún vago lugar de su cerebro, que ni el mismo sabría identificar.

    En su lugar, de sus labios nació una pregunta, ¿por qué estás tan seria, mamá? dijo, esbozando algo que sólo una mente enferma podría catalogar como una sonrisa.

    "Algo habremos de hacer con esa expresión tan opaca", dijo, y le abrió las mejillas de lado a lado con las garras que salían de lo que en algún momento fueron sus pulgares. Su madre se desplomó con el rostro despellejado, abierto de par en par, chorreando sangre por su cuello y hombros, y esparciendo un charco pegajoso por el suelo de la habitación. Una menos. Se acercó al cuerpo inerte de la madre y le arrancó de cuajo la tráquea
    - esto servirá, se dijo... (...) mientras golpeteaba el trozo de la mujer en su cabeza, pensando cuál sería su próxmo paso.

    Salió del lugar dando un gran salto por la ventana... y calló en un montón de hojas secas. De pronto su mano se topó con algo oculto entre las hojas que jamás imaginó que encontraría en el patio de su casa. Era un consolador de madera tallado en roble, el cuál tenía en un costado escrito “Rosalinda”, el nombre de su abuela muerta el año pasado. Pensó unos instantes y se dirigió corriendo a la estación de tren más cercana…

    la bestia se concentró en desvirtuar nuevamente su cuerpo y hacerlo aceptable para el ojo humano, volvio a ser un hombre... llevaba el trozo de madera entre sus manos, el tren avanzaba rumbo al sur... como un torrente de oscuros recuerdos llega hasta su mente el día aquel... es tarde cuando vio a su abuela Rosalinda extasiada introduciendo la pieza de madera en su interior, con la boca abierta y los ojos desorbitados

    Qué haces abuela?, gritó Emanuel. Pensé que alimentabas a los animales como dijiste!

    querido! tenía a un animal muy hambriento que alimentar, diez años de viudez no pasan en vano...

    El redescubrimiento de su abuela despertó en Emanuel un deseo indecente e irreprimible. Las ansias se le concentraron como fuego en las entrañas, y sin poder frenarla, la transformación se activó otra vez. La mayoría de los pasajeros dormitaba a esa hora, o estaban ensimismados en sus actividades, así que nadie se observó cómo la bestia se dirigía al últimos vagon; donde una ancianita minúscula se entretenía tejiendo unos calcetines de lana. Nadie escuchó tampoco el gemido de la anciana tuvo tiempo de gritar, cuando se sintío agarrada de las caderas, zamarreada brutalmete como un saco de harina y penetrada por una fuerza descomunal, en medio de una crujidera de huesos y articulaciones. Nadie se dió cuenta cómo su vientre reventó por la volumétrica descarga de la bestia. Nadie sintió tampoco a la bestia lanzando el malogrado cadáver por la ventana del tren. Sólo se despertaron cuando Emannuel volvía a su asiento, convertido en un niño otra vez, tarareando a viva voz una exasperante canción de Topo Gigio.

    Emanuel trataba de aquietar sus piernas temblorosas, pero el recuerdo de su abuela y de lo que acababa de hacer, lo llevaban de nuevo a su frenética danza mental, esa que se desplaza entre senos arrugados, vaginas flácidas y polvorientas por la dejación de los años... desde el día aquel, solo eso ocupaba su mente infantil... la anatomía senil de la mujer, deseaba los cuerpos atacados por los años, mientras más viejas mejor.
    Levanta la mirada entonces y advierte que la mujer del frente abre los ojos, una tierna viejita que se acomoda la protesis sin verguenza...

    emannuel: quieres un acomodo definitivo, vieja conxetumadre????
    no termina de decir aquellas palabras y le ensarta el consolador en la boca a la pobre abuelita.

    emanuel: a ver si con eso se te traba la quijada!!!-
    "No sabís con la chichita que te tai curando, aweonao"- se escuchó un grito a lo lejos. Un hombre se acercaba corriendo a Emannuel.
    - ¿Que wea tai haciendo sapo e mierda?, te gustan viejitas ctm?!!.- dijo el hombre en tono frenético.
    - Tranquilo amigo, la señora me lo pidió- Emannuel salió corriendo.
    "esto es demasiado para mí, se decía "Ema".
    y saltó del tren, pues le quedaba poco para llegar y podía hacerlo por su cuenta, necesitaba pensar.

    hay abuela! mi fogosa e insaciable querida abuela, por qué mi hiciste este daño tan tremendo!.
    Emannuel había avanzado bastante caminando, pero tuvo que deterne, al verse frente a un árbol gigante e imponente. El árbolr provocó al extraño en el interior de Emannuel, sintió como que algo lo llamaba a "examinarlo". Emannuel se acercó al árbol y comenzó a acariarle la corteza, empezó a dar vuelta y de lo miraba tiernamente. fue en una de estas miradas, cuando levantó la cabeza, y vió a unos 4 metros de alto, que al árbol le faltaba un pedazo, escaló hasta el lugar, y notó, para su total desconcierto, que el pedazo que faltaba tenía la forma del consolador de su abuela.

    trepó hasta el lugar y sin pensarlo hizo calzar la pieza en aquel recodo, extrañamente, a pesar del tallado del consolador, el espacio se acomodó para reibir el trozo parte de aquel arbol melenario. Canto de ánimas se escucharon por los alrededores, alaridos del climax de las constelaciones crepusculares, esas invisibles e indefinibles; que sin embargo alli estaban armonizando el mágico moemento. Las ramas del roble abrazaron el cuerpo de emannuel, nuevamente transfigurado y convertido en bestia. Se abró en medio de su corteza una gran galaxia húmeda y viscosa como la de su abuela y succionó el cuerpo de lafiera... Emannuel cayó durante 2 minutos en el vacío, hasta que tocó fondo contra una especie de líquido blanquesino y viscoso, Emannuel quedó empapado y ediondo.
    Vio de pronto a una ardilla acercarse a él.
    - ¿Quién eres puto humano?-dijo mirando a los ojos a Emannuel-
    - ¿Puees hablar?-
    - y además imbécil, obviamente.
    - Que belleza.
    - Y tú, que belleza de Gran Inútil. Ya, dime quién chucha eres.
    - Emannuel... animal culiao.
    - yo que tú, no le faltaría el respeto al dueño de casa.
    - Tranquilo papá.

    ya me cansó esta estúpida conversación, dime quien eres!

    ten más cuidado conmigo muchacho, si estás aquí no es por coincidencia, sino por el bendito capricho de tu abuela Rosalinda. La muy desalmada me condenó a vivir entre sus espesuras convertido en este mariconazo animal, sólo porque no le daba como bombo en fiesta ada vez que la muy zorra andaba antojada. Ni te explico cómo tantos años de fricción hicieron de mi compañero una mierda, tanto me lo gastó esa perfida que entre los sueltos cueros de ella y los mios, te hicimos aquel charango en navidad que tanto te gustaba tocar!

    emanuel: viejo abuelo!!!!!! eres tú????
     
  3. [M]auro.SS

    [M]auro.SS Usuario Habitual nvl.3 ★
    187/244

    Registrado:
    11 Ago 2008
    Mensajes:
    15.966
    Me Gusta recibidos:
    2
    Habia una vez un niño llamado Emanuel, el cual tenia un jardin hermoSo y lleno de cadáveres de niños enterrados bajo la tierra del patio de su casa. Para el los niños eran de carne y huesos, pero, para todos los demas eran de juguete. Él relataba todos sus pasos en un diaro que escondía, bajo llave, en una gaveta dentro de su armario. Describía los rostros y los ojos de cada uno de los niños que...Cuidadosamente cortaba trozo por trozo, mientras les cantaba una vieja y conocida cancion de cuna... "Duermete Niño Duermete ya...". Emanuel siempre fué visto en su familia y el barrio como "el raro", y con el correr de los años su madre dejó de prestarle atención a su extraño comportamiento... que dejaba de manifiesto su oligofrenia, desde que empezo a cambiar su actitud, fue un vuelco para todos los que lo conocian. Pero si no fuera por ese tragico día en que Emanuel se despellejó los brazos para cubrir el frio plástico de los juguetes enterrados, nadie habria notado el real estado de locura en que se encontraba nuestro Emanuel.

    El bailoteo de las hojas otoñales en el viento húmedo de julio, hojas que con sus últimas fuerzas aferraban sus dorados dedos a las ramas de sus madres árbol, desgastaba el color del cielo gris y ensombrecía la ventana del ático por la que Emanuel contemplaba la callejuela en la que se encontraba su casa, mientras cocía hilos con piel y plástico, iluminado sólo por la luz plateada que dejaban entrever las nubes y la pequeña ventana de la habitación. Fue precisamente en esta habitación, en la que un día, martes 23 de marzo el "Ema" aprendió lo entretenido que era masturbarse viendo los cadáveres que en algún momento le causaron pesadillas... y día tras día, sumido en enfermizos pensamientos, contemplaba obsesionado la abrumadora belleza de la pequeña Isabella con el deseoso afán de sepultarla junto a su curiosa colección. Fue así como... atónito ante Isabella, cayó en un profundo trance que lo obligó a escribir sobre el piso, con un cuchillo, unos textos en una lengua muerta, casi desconocida...Su madre incitada por las habladurías de sus amigas, llamó a su amigo el cura, que al ver las escrituras de Emanuel, vio como todos sus temores se hacían realidad, y no dudó en sentenciar al pobre muchacho a...
    recuperar la cordura, recuperar su sitio entre la multitud y dejar atrás todas sus extrañas costumbres, las mismas que lo separan del mundo y lo transportan constantemente hacia las más escandalosas visiones... impuras, despues de una converzacion con el cura, Emanuel decide emprender el viaje hacia la cordura, pero el camino a seguir no seria tan facil, estaría lleno de tropiezos y cansancios, seria extenuante, pero con la ayuda de su madre todo sería mas facil.
    La madre tomo el crucifijo regalado por el cura y lo apretó fuerte en la frente Emannuel, el poderío del amuleto irrigó en la sienes del muchacho quien daba espasmos de dolor, sus venas se hincharon exageradamente y en su abdomen se podía ver que algo prisionero de sus carnes, saldría en cualquier moento...Entonces sucedió. Al principio su piel fue tomando un color verduzco y una textura putrefactafacta. Ante los ojos atónitos de su madre, que presenciaba inmóvil la transformación... unas garras se asomaron despedazando el vientre de Emannuel, arremetió con fuerza, desencajando consigo huesos y vértebras. El nacimiento de esta bestia acabó con con la vida del pequeño, ahora que se nutrió lo suficiente, era hora de actuar...
    Pero a pesar de la naturaleza bestial del ser, en lo más recóndito de su mente brutal conservaba algunos de los recuerdos y los instintos más primitivos que de algún modo fueron la herencia del muchacho. Por esto, cuando pudo pararse sobre sus dos patas y lo primero que vió a la que fué su madre mirándolo estupefacta con el crucifijo aún inmóvil en la mano, su primer impulso de atacarla fué de alguna manera anulado por un extraño sentimiento evocado desde algún vago lugar de su cerebro, que ni el mismo sabría identificar.

    En su lugar, de sus labios nació una pregunta, ¿por qué estás tan seria, mamá? dijo, esbozando algo que sólo una mente enferma podría catalogar como una sonrisa.

    "Algo habremos de hacer con esa expresión tan opaca", dijo, y le abrió las mejillas de lado a lado con las garras que salían de lo que en algún momento fueron sus pulgares. Su madre se desplomó con el rostro despellejado, abierto de par en par, chorreando sangre por su cuello y hombros, y esparciendo un charco pegajoso por el suelo de la habitación. Una menos. Se acercó al cuerpo inerte de la madre y le arrancó de cuajo la tráquea
    - esto servirá, se dijo... (...) mientras golpeteaba el trozo de la mujer en su cabeza, pensando cuál sería su próxmo paso.

    Salió del lugar dando un gran salto por la ventana... y calló en un montón de hojas secas. De pronto su mano se topó con algo oculto entre las hojas que jamás imaginó que encontraría en el patio de su casa. Era un consolador de madera tallado en roble, el cuál tenía en un costado escrito “Rosalinda”, el nombre de su abuela muerta el año pasado. Pensó unos instantes y se dirigió corriendo a la estación de tren más cercana…

    la bestia se concentró en desvirtuar nuevamente su cuerpo y hacerlo aceptable para el ojo humano, volvio a ser un hombre... llevaba el trozo de madera entre sus manos, el tren avanzaba rumbo al sur... como un torrente de oscuros recuerdos llega hasta su mente el día aquel... es tarde cuando vio a su abuela Rosalinda extasiada introduciendo la pieza de madera en su interior, con la boca abierta y los ojos desorbitados

    Qué haces abuela?, gritó Emanuel. Pensé que alimentabas a los animales como dijiste!

    querido! tenía a un animal muy hambriento que alimentar, diez años de viudez no pasan en vano...

    El redescubrimiento de su abuela despertó en Emanuel un deseo indecente e irreprimible. Las ansias se le concentraron como fuego en las entrañas, y sin poder frenarla, la transformación se activó otra vez. La mayoría de los pasajeros dormitaba a esa hora, o estaban ensimismados en sus actividades, así que nadie se observó cómo la bestia se dirigía al últimos vagon; donde una ancianita minúscula se entretenía tejiendo unos calcetines de lana. Nadie escuchó tampoco el gemido de la anciana tuvo tiempo de gritar, cuando se sintío agarrada de las caderas, zamarreada brutalmete como un saco de harina y penetrada por una fuerza descomunal, en medio de una crujidera de huesos y articulaciones. Nadie se dió cuenta cómo su vientre reventó por la volumétrica descarga de la bestia. Nadie sintió tampoco a la bestia lanzando el malogrado cadáver por la ventana del tren. Sólo se despertaron cuando Emannuel volvía a su asiento, convertido en un niño otra vez, tarareando a viva voz una exasperante canción de Topo Gigio.

    Emanuel trataba de aquietar sus piernas temblorosas, pero el recuerdo de su abuela y de lo que acababa de hacer, lo llevaban de nuevo a su frenética danza mental, esa que se desplaza entre senos arrugados, vaginas flácidas y polvorientas por la dejación de los años... desde el día aquel, solo eso ocupaba su mente infantil... la anatomía senil de la mujer, deseaba los cuerpos atacados por los años, mientras más viejas mejor.
    Levanta la mirada entonces y advierte que la mujer del frente abre los ojos, una tierna viejita que se acomoda la protesis sin verguenza...

    emannuel: quieres un acomodo definitivo, vieja conxetumadre????
    no termina de decir aquellas palabras y le ensarta el consolador en la boca a la pobre abuelita.

    emanuel: a ver si con eso se te traba la quijada!!!-
    "No sabís con la chichita que te tai curando, aweonao"- se escuchó un grito a lo lejos. Un hombre se acercaba corriendo a Emannuel.
    - ¿Que wea tai haciendo sapo e mierda?, te gustan viejitas ctm?!!.- dijo el hombre en tono frenético.
    - Tranquilo amigo, la señora me lo pidió- Emannuel salió corriendo.
    "esto es demasiado para mí, se decía "Ema".
    y saltó del tren, pues le quedaba poco para llegar y podía hacerlo por su cuenta, necesitaba pensar.

    hay abuela! mi fogosa e insaciable querida abuela, por qué mi hiciste este daño tan tremendo!.
    Emannuel había avanzado bastante caminando, pero tuvo que deterne, al verse frente a un árbol gigante e imponente. El árbolr provocó al extraño en el interior de Emannuel, sintió como que algo lo llamaba a "examinarlo". Emannuel se acercó al árbol y comenzó a acariarle la corteza, empezó a dar vuelta y de lo miraba tiernamente. fue en una de estas miradas, cuando levantó la cabeza, y vió a unos 4 metros de alto, que al árbol le faltaba un pedazo, escaló hasta el lugar, y notó, para su total desconcierto, que el pedazo que faltaba tenía la forma del consolador de su abuela.

    trepó hasta el lugar y sin pensarlo hizo calzar la pieza en aquel recodo, extrañamente, a pesar del tallado del consolador, el espacio se acomodó para reibir el trozo parte de aquel arbol melenario. Canto de ánimas se escucharon por los alrededores, alaridos del climax de las constelaciones crepusculares, esas invisibles e indefinibles; que sin embargo alli estaban armonizando el mágico moemento. Las ramas del roble abrazaron el cuerpo de emannuel, nuevamente transfigurado y convertido en bestia. Se abró en medio de su corteza una gran galaxia húmeda y viscosa como la de su abuela y succionó el cuerpo de lafiera... Emannuel cayó durante 2 minutos en el vacío, hasta que tocó fondo contra una especie de líquido blanquesino y viscoso, Emannuel quedó empapado y ediondo.
    Vio de pronto a una ardilla acercarse a él.
    - ¿Quién eres puto humano?-dijo mirando a los ojos a Emannuel-
    - ¿Puees hablar?-
    - y además imbécil, obviamente.
    - Que belleza.
    - Y tú, que belleza de Gran Inútil. Ya, dime quién chucha eres.
    - Emannuel... animal culiao.
    - yo que tú, no le faltaría el respeto al dueño de casa.
    - Tranquilo papá.

    ya me cansó esta estúpida conversación, dime quien eres!

    ten más cuidado conmigo muchacho, si estás aquí no es por coincidencia, sino por el bendito capricho de tu abuela Rosalinda. La muy desalmada me condenó a vivir entre sus espesuras convertido en este mariconazo animal, sólo porque no le daba como bombo en fiesta ada vez que la muy zorra andaba antojada. Ni te explico cómo tantos años de fricción hicieron de mi compañero una mierda, tanto me lo gastó esa perfida que entre los sueltos cueros de ella y los mios, te hicimos aquel charango en navidad que tanto te gustaba tocar!

    emanuel: viejo abuelo!!!!!! eres tú????
    - El mismo que canta y baila -contesta la ardilla- y no me webees.
    - ¡Abuelito! -lagrimas aparecieron en los ojos de Emannuel- estuve mucho tiempoe sperando este momento.
    - ya, paremos tanta mariconería, y ayudame, tenemos que buscar como salir de este árbil reculiao.
    - a sus órdenes Don Mario.
     
  4. farrokha

    farrokha Usuario Casual nvl. 2
    87/163

    Registrado:
    1 Jun 2009
    Mensajes:
    7.063
    Me Gusta recibidos:
    4
    Habia una vez un niño llamado Emanuel, el cual tenia un jardin hermoSo y lleno de cadáveres de niños enterrados bajo la tierra del patio de su casa. Para el los niños eran de carne y huesos, pero, para todos los demas eran de juguete. Él relataba todos sus pasos en un diaro que escondía, bajo llave, en una gaveta dentro de su armario. Describía los rostros y los ojos de cada uno de los niños que...Cuidadosamente cortaba trozo por trozo, mientras les cantaba una vieja y conocida cancion de cuna... "Duermete Niño Duermete ya...". Emanuel siempre fué visto en su familia y el barrio como "el raro", y con el correr de los años su madre dejó de prestarle atención a su extraño comportamiento... que dejaba de manifiesto su oligofrenia, desde que empezo a cambiar su actitud, fue un vuelco para todos los que lo conocian. Pero si no fuera por ese tragico día en que Emanuel se despellejó los brazos para cubrir el frio plástico de los juguetes enterrados, nadie habria notado el real estado de locura en que se encontraba nuestro Emanuel.

    El bailoteo de las hojas otoñales en el viento húmedo de julio, hojas que con sus últimas fuerzas aferraban sus dorados dedos a las ramas de sus madres árbol, desgastaba el color del cielo gris y ensombrecía la ventana del ático por la que Emanuel contemplaba la callejuela en la que se encontraba su casa, mientras cocía hilos con piel y plástico, iluminado sólo por la luz plateada que dejaban entrever las nubes y la pequeña ventana de la habitación. Fue precisamente en esta habitación, en la que un día, martes 23 de marzo el "Ema" aprendió lo entretenido que era masturbarse viendo los cadáveres que en algún momento le causaron pesadillas... y día tras día, sumido en enfermizos pensamientos, contemplaba obsesionado la abrumadora belleza de la pequeña Isabella con el deseoso afán de sepultarla junto a su curiosa colección. Fue así como... atónito ante Isabella, cayó en un profundo trance que lo obligó a escribir sobre el piso, con un cuchillo, unos textos en una lengua muerta, casi desconocida...Su madre incitada por las habladurías de sus amigas, llamó a su amigo el cura, que al ver las escrituras de Emanuel, vio como todos sus temores se hacían realidad, y no dudó en sentenciar al pobre muchacho a...
    recuperar la cordura, recuperar su sitio entre la multitud y dejar atrás todas sus extrañas costumbres, las mismas que lo separan del mundo y lo transportan constantemente hacia las más escandalosas visiones... impuras, despues de una converzacion con el cura, Emanuel decide emprender el viaje hacia la cordura, pero el camino a seguir no seria tan facil, estaría lleno de tropiezos y cansancios, seria extenuante, pero con la ayuda de su madre todo sería mas facil.
    La madre tomo el crucifijo regalado por el cura y lo apretó fuerte en la frente Emannuel, el poderío del amuleto irrigó en la sienes del muchacho quien daba espasmos de dolor, sus venas se hincharon exageradamente y en su abdomen se podía ver que algo prisionero de sus carnes, saldría en cualquier moento...Entonces sucedió. Al principio su piel fue tomando un color verduzco y una textura putrefactafacta. Ante los ojos atónitos de su madre, que presenciaba inmóvil la transformación... unas garras se asomaron despedazando el vientre de Emannuel, arremetió con fuerza, desencajando consigo huesos y vértebras. El nacimiento de esta bestia acabó con con la vida del pequeño, ahora que se nutrió lo suficiente, era hora de actuar...
    Pero a pesar de la naturaleza bestial del ser, en lo más recóndito de su mente brutal conservaba algunos de los recuerdos y los instintos más primitivos que de algún modo fueron la herencia del muchacho. Por esto, cuando pudo pararse sobre sus dos patas y lo primero que vió a la que fué su madre mirándolo estupefacta con el crucifijo aún inmóvil en la mano, su primer impulso de atacarla fué de alguna manera anulado por un extraño sentimiento evocado desde algún vago lugar de su cerebro, que ni el mismo sabría identificar.

    En su lugar, de sus labios nació una pregunta, ¿por qué estás tan seria, mamá? dijo, esbozando algo que sólo una mente enferma podría catalogar como una sonrisa.

    "Algo habremos de hacer con esa expresión tan opaca", dijo, y le abrió las mejillas de lado a lado con las garras que salían de lo que en algún momento fueron sus pulgares. Su madre se desplomó con el rostro despellejado, abierto de par en par, chorreando sangre por su cuello y hombros, y esparciendo un charco pegajoso por el suelo de la habitación. Una menos. Se acercó al cuerpo inerte de la madre y le arrancó de cuajo la tráquea
    - esto servirá, se dijo... (...) mientras golpeteaba el trozo de la mujer en su cabeza, pensando cuál sería su próxmo paso.

    Salió del lugar dando un gran salto por la ventana... y calló en un montón de hojas secas. De pronto su mano se topó con algo oculto entre las hojas que jamás imaginó que encontraría en el patio de su casa. Era un consolador de madera tallado en roble, el cuál tenía en un costado escrito “Rosalinda”, el nombre de su abuela muerta el año pasado. Pensó unos instantes y se dirigió corriendo a la estación de tren más cercana…

    la bestia se concentró en desvirtuar nuevamente su cuerpo y hacerlo aceptable para el ojo humano, volvio a ser un hombre... llevaba el trozo de madera entre sus manos, el tren avanzaba rumbo al sur... como un torrente de oscuros recuerdos llega hasta su mente el día aquel... es tarde cuando vio a su abuela Rosalinda extasiada introduciendo la pieza de madera en su interior, con la boca abierta y los ojos desorbitados

    Qué haces abuela?, gritó Emanuel. Pensé que alimentabas a los animales como dijiste!

    querido! tenía a un animal muy hambriento que alimentar, diez años de viudez no pasan en vano...

    El redescubrimiento de su abuela despertó en Emanuel un deseo indecente e irreprimible. Las ansias se le concentraron como fuego en las entrañas, y sin poder frenarla, la transformación se activó otra vez. La mayoría de los pasajeros dormitaba a esa hora, o estaban ensimismados en sus actividades, así que nadie se observó cómo la bestia se dirigía al últimos vagon; donde una ancianita minúscula se entretenía tejiendo unos calcetines de lana. Nadie escuchó tampoco el gemido de la anciana tuvo tiempo de gritar, cuando se sintío agarrada de las caderas, zamarreada brutalmete como un saco de harina y penetrada por una fuerza descomunal, en medio de una crujidera de huesos y articulaciones. Nadie se dió cuenta cómo su vientre reventó por la volumétrica descarga de la bestia. Nadie sintió tampoco a la bestia lanzando el malogrado cadáver por la ventana del tren. Sólo se despertaron cuando Emannuel volvía a su asiento, convertido en un niño otra vez, tarareando a viva voz una exasperante canción de Topo Gigio.

    Emanuel trataba de aquietar sus piernas temblorosas, pero el recuerdo de su abuela y de lo que acababa de hacer, lo llevaban de nuevo a su frenética danza mental, esa que se desplaza entre senos arrugados, vaginas flácidas y polvorientas por la dejación de los años... desde el día aquel, solo eso ocupaba su mente infantil... la anatomía senil de la mujer, deseaba los cuerpos atacados por los años, mientras más viejas mejor.
    Levanta la mirada entonces y advierte que la mujer del frente abre los ojos, una tierna viejita que se acomoda la protesis sin verguenza...

    emannuel: quieres un acomodo definitivo, vieja conxetumadre????
    no termina de decir aquellas palabras y le ensarta el consolador en la boca a la pobre abuelita.

    emanuel: a ver si con eso se te traba la quijada!!!-
    "No sabís con la chichita que te tai curando, aweonao"- se escuchó un grito a lo lejos. Un hombre se acercaba corriendo a Emannuel.
    - ¿Que wea tai haciendo sapo e mierda?, te gustan viejitas ctm?!!.- dijo el hombre en tono frenético.
    - Tranquilo amigo, la señora me lo pidió- Emannuel salió corriendo.
    "esto es demasiado para mí, se decía "Ema".
    y saltó del tren, pues le quedaba poco para llegar y podía hacerlo por su cuenta, necesitaba pensar.

    hay abuela! mi fogosa e insaciable querida abuela, por qué mi hiciste este daño tan tremendo!.
    Emannuel había avanzado bastante caminando, pero tuvo que deterne, al verse frente a un árbol gigante e imponente. El árbolr provocó al extraño en el interior de Emannuel, sintió como que algo lo llamaba a "examinarlo". Emannuel se acercó al árbol y comenzó a acariarle la corteza, empezó a dar vuelta y de lo miraba tiernamente. fue en una de estas miradas, cuando levantó la cabeza, y vió a unos 4 metros de alto, que al árbol le faltaba un pedazo, escaló hasta el lugar, y notó, para su total desconcierto, que el pedazo que faltaba tenía la forma del consolador de su abuela.

    trepó hasta el lugar y sin pensarlo hizo calzar la pieza en aquel recodo, extrañamente, a pesar del tallado del consolador, el espacio se acomodó para reibir el trozo parte de aquel arbol melenario. Canto de ánimas se escucharon por los alrededores, alaridos del climax de las constelaciones crepusculares, esas invisibles e indefinibles; que sin embargo alli estaban armonizando el mágico moemento. Las ramas del roble abrazaron el cuerpo de emannuel, nuevamente transfigurado y convertido en bestia. Se abró en medio de su corteza una gran galaxia húmeda y viscosa como la de su abuela y succionó el cuerpo de lafiera... Emannuel cayó durante 2 minutos en el vacío, hasta que tocó fondo contra una especie de líquido blanquesino y viscoso, Emannuel quedó empapado y ediondo.
    Vio de pronto a una ardilla acercarse a él.
    - ¿Quién eres puto humano?-dijo mirando a los ojos a Emannuel-
    - ¿Puees hablar?-
    - y además imbécil, obviamente.
    - Que belleza.
    - Y tú, que belleza de Gran Inútil. Ya, dime quién chucha eres.
    - Emannuel... animal culiao.
    - yo que tú, no le faltaría el respeto al dueño de casa.
    - Tranquilo papá.

    ya me cansó esta estúpida conversación, dime quien eres!

    ten más cuidado conmigo muchacho, si estás aquí no es por coincidencia, sino por el bendito capricho de tu abuela Rosalinda. La muy desalmada me condenó a vivir entre sus espesuras convertido en este mariconazo animal, sólo porque no le daba como bombo en fiesta ada vez que la muy zorra andaba antojada. Ni te explico cómo tantos años de fricción hicieron de mi compañero una mierda, tanto me lo gastó esa perfida que entre los sueltos cueros de ella y los mios, te hicimos aquel charango en navidad que tanto te gustaba tocar!

    emanuel: viejo abuelo!!!!!! eres tú????
    - El mismo que canta y baila -contesta la ardilla- y no me webees.
    - ¡Abuelito! -lagrimas aparecieron en los ojos de Emannuel- estuve mucho tiempoe sperando este momento.
    - ya, paremos tanta mariconería, y ayudame, tenemos que buscar como salir de este árbil reculiao.
    - a sus órdenes Don Mario.

    la ardilla trepó las cortezas infectas tratando de encontrar un orificio por donde escapar. AH! Emanuel, la puta de tu abuela sí que sabía hacerla. Maldijo este roble con todo el poder de su líbido, más inmenso que la negrura de todas las almas del pasado. Será este nuestro fin querido hijo? no podemos sentarnos a esperar, abuelo; arremetió Emanuel.

    MIra! ves lo que yo veo, abuelo?
    parece un mensaje cifrado Emanuel, tienes idea de lo que puede significar?

    en la pared solo se dibujaba el borde de una figura fálica sin mayor sentido...
    pero para estas dos criaturas habría de significar mucho...
     
  5. [M]auro.SS

    [M]auro.SS Usuario Habitual nvl.3 ★
    187/244

    Registrado:
    11 Ago 2008
    Mensajes:
    15.966
    Me Gusta recibidos:
    2
    Habia una vez un niño llamado Emanuel, el cual tenia un jardin hermoSo y lleno de cadáveres de niños enterrados bajo la tierra del patio de su casa. Para el los niños eran de carne y huesos, pero, para todos los demas eran de juguete. Él relataba todos sus pasos en un diaro que escondía, bajo llave, en una gaveta dentro de su armario. Describía los rostros y los ojos de cada uno de los niños que...Cuidadosamente cortaba trozo por trozo, mientras les cantaba una vieja y conocida cancion de cuna... "Duermete Niño Duermete ya...". Emanuel siempre fué visto en su familia y el barrio como "el raro", y con el correr de los años su madre dejó de prestarle atención a su extraño comportamiento... que dejaba de manifiesto su oligofrenia, desde que empezo a cambiar su actitud, fue un vuelco para todos los que lo conocian. Pero si no fuera por ese tragico día en que Emanuel se despellejó los brazos para cubrir el frio plástico de los juguetes enterrados, nadie habria notado el real estado de locura en que se encontraba nuestro Emanuel.

    El bailoteo de las hojas otoñales en el viento húmedo de julio, hojas que con sus últimas fuerzas aferraban sus dorados dedos a las ramas de sus madres árbol, desgastaba el color del cielo gris y ensombrecía la ventana del ático por la que Emanuel contemplaba la callejuela en la que se encontraba su casa, mientras cocía hilos con piel y plástico, iluminado sólo por la luz plateada que dejaban entrever las nubes y la pequeña ventana de la habitación. Fue precisamente en esta habitación, en la que un día, martes 23 de marzo el "Ema" aprendió lo entretenido que era masturbarse viendo los cadáveres que en algún momento le causaron pesadillas... y día tras día, sumido en enfermizos pensamientos, contemplaba obsesionado la abrumadora belleza de la pequeña Isabella con el deseoso afán de sepultarla junto a su curiosa colección. Fue así como... atónito ante Isabella, cayó en un profundo trance que lo obligó a escribir sobre el piso, con un cuchillo, unos textos en una lengua muerta, casi desconocida...Su madre incitada por las habladurías de sus amigas, llamó a su amigo el cura, que al ver las escrituras de Emanuel, vio como todos sus temores se hacían realidad, y no dudó en sentenciar al pobre muchacho a...
    recuperar la cordura, recuperar su sitio entre la multitud y dejar atrás todas sus extrañas costumbres, las mismas que lo separan del mundo y lo transportan constantemente hacia las más escandalosas visiones... impuras, despues de una converzacion con el cura, Emanuel decide emprender el viaje hacia la cordura, pero el camino a seguir no seria tan facil, estaría lleno de tropiezos y cansancios, seria extenuante, pero con la ayuda de su madre todo sería mas facil.
    La madre tomo el crucifijo regalado por el cura y lo apretó fuerte en la frente Emannuel, el poderío del amuleto irrigó en la sienes del muchacho quien daba espasmos de dolor, sus venas se hincharon exageradamente y en su abdomen se podía ver que algo prisionero de sus carnes, saldría en cualquier moento...Entonces sucedió. Al principio su piel fue tomando un color verduzco y una textura putrefactafacta. Ante los ojos atónitos de su madre, que presenciaba inmóvil la transformación... unas garras se asomaron despedazando el vientre de Emannuel, arremetió con fuerza, desencajando consigo huesos y vértebras. El nacimiento de esta bestia acabó con con la vida del pequeño, ahora que se nutrió lo suficiente, era hora de actuar...
    Pero a pesar de la naturaleza bestial del ser, en lo más recóndito de su mente brutal conservaba algunos de los recuerdos y los instintos más primitivos que de algún modo fueron la herencia del muchacho. Por esto, cuando pudo pararse sobre sus dos patas y lo primero que vió a la que fué su madre mirándolo estupefacta con el crucifijo aún inmóvil en la mano, su primer impulso de atacarla fué de alguna manera anulado por un extraño sentimiento evocado desde algún vago lugar de su cerebro, que ni el mismo sabría identificar.

    En su lugar, de sus labios nació una pregunta, ¿por qué estás tan seria, mamá? dijo, esbozando algo que sólo una mente enferma podría catalogar como una sonrisa.

    "Algo habremos de hacer con esa expresión tan opaca", dijo, y le abrió las mejillas de lado a lado con las garras que salían de lo que en algún momento fueron sus pulgares. Su madre se desplomó con el rostro despellejado, abierto de par en par, chorreando sangre por su cuello y hombros, y esparciendo un charco pegajoso por el suelo de la habitación. Una menos. Se acercó al cuerpo inerte de la madre y le arrancó de cuajo la tráquea
    - esto servirá, se dijo... (...) mientras golpeteaba el trozo de la mujer en su cabeza, pensando cuál sería su próxmo paso.

    Salió del lugar dando un gran salto por la ventana... y calló en un montón de hojas secas. De pronto su mano se topó con algo oculto entre las hojas que jamás imaginó que encontraría en el patio de su casa. Era un consolador de madera tallado en roble, el cuál tenía en un costado escrito “Rosalinda”, el nombre de su abuela muerta el año pasado. Pensó unos instantes y se dirigió corriendo a la estación de tren más cercana…

    la bestia se concentró en desvirtuar nuevamente su cuerpo y hacerlo aceptable para el ojo humano, volvio a ser un hombre... llevaba el trozo de madera entre sus manos, el tren avanzaba rumbo al sur... como un torrente de oscuros recuerdos llega hasta su mente el día aquel... es tarde cuando vio a su abuela Rosalinda extasiada introduciendo la pieza de madera en su interior, con la boca abierta y los ojos desorbitados

    Qué haces abuela?, gritó Emanuel. Pensé que alimentabas a los animales como dijiste!

    querido! tenía a un animal muy hambriento que alimentar, diez años de viudez no pasan en vano...

    El redescubrimiento de su abuela despertó en Emanuel un deseo indecente e irreprimible. Las ansias se le concentraron como fuego en las entrañas, y sin poder frenarla, la transformación se activó otra vez. La mayoría de los pasajeros dormitaba a esa hora, o estaban ensimismados en sus actividades, así que nadie se observó cómo la bestia se dirigía al últimos vagon; donde una ancianita minúscula se entretenía tejiendo unos calcetines de lana. Nadie escuchó tampoco el gemido de la anciana tuvo tiempo de gritar, cuando se sintío agarrada de las caderas, zamarreada brutalmete como un saco de harina y penetrada por una fuerza descomunal, en medio de una crujidera de huesos y articulaciones. Nadie se dió cuenta cómo su vientre reventó por la volumétrica descarga de la bestia. Nadie sintió tampoco a la bestia lanzando el malogrado cadáver por la ventana del tren. Sólo se despertaron cuando Emannuel volvía a su asiento, convertido en un niño otra vez, tarareando a viva voz una exasperante canción de Topo Gigio.

    Emanuel trataba de aquietar sus piernas temblorosas, pero el recuerdo de su abuela y de lo que acababa de hacer, lo llevaban de nuevo a su frenética danza mental, esa que se desplaza entre senos arrugados, vaginas flácidas y polvorientas por la dejación de los años... desde el día aquel, solo eso ocupaba su mente infantil... la anatomía senil de la mujer, deseaba los cuerpos atacados por los años, mientras más viejas mejor.
    Levanta la mirada entonces y advierte que la mujer del frente abre los ojos, una tierna viejita que se acomoda la protesis sin verguenza...

    emannuel: quieres un acomodo definitivo, vieja conxetumadre????
    no termina de decir aquellas palabras y le ensarta el consolador en la boca a la pobre abuelita.

    emanuel: a ver si con eso se te traba la quijada!!!-
    "No sabís con la chichita que te tai curando, aweonao"- se escuchó un grito a lo lejos. Un hombre se acercaba corriendo a Emannuel.
    - ¿Que wea tai haciendo sapo e mierda?, te gustan viejitas ctm?!!.- dijo el hombre en tono frenético.
    - Tranquilo amigo, la señora me lo pidió- Emannuel salió corriendo.
    "esto es demasiado para mí, se decía "Ema".
    y saltó del tren, pues le quedaba poco para llegar y podía hacerlo por su cuenta, necesitaba pensar.

    hay abuela! mi fogosa e insaciable querida abuela, por qué mi hiciste este daño tan tremendo!.
    Emannuel había avanzado bastante caminando, pero tuvo que deterne, al verse frente a un árbol gigante e imponente. El árbolr provocó al extraño en el interior de Emannuel, sintió como que algo lo llamaba a "examinarlo". Emannuel se acercó al árbol y comenzó a acariarle la corteza, empezó a dar vuelta y de lo miraba tiernamente. fue en una de estas miradas, cuando levantó la cabeza, y vió a unos 4 metros de alto, que al árbol le faltaba un pedazo, escaló hasta el lugar, y notó, para su total desconcierto, que el pedazo que faltaba tenía la forma del consolador de su abuela.

    trepó hasta el lugar y sin pensarlo hizo calzar la pieza en aquel recodo, extrañamente, a pesar del tallado del consolador, el espacio se acomodó para reibir el trozo parte de aquel arbol melenario. Canto de ánimas se escucharon por los alrededores, alaridos del climax de las constelaciones crepusculares, esas invisibles e indefinibles; que sin embargo alli estaban armonizando el mágico moemento. Las ramas del roble abrazaron el cuerpo de emannuel, nuevamente transfigurado y convertido en bestia. Se abró en medio de su corteza una gran galaxia húmeda y viscosa como la de su abuela y succionó el cuerpo de lafiera... Emannuel cayó durante 2 minutos en el vacío, hasta que tocó fondo contra una especie de líquido blanquesino y viscoso, Emannuel quedó empapado y ediondo.
    Vio de pronto a una ardilla acercarse a él.
    - ¿Quién eres puto humano?-dijo mirando a los ojos a Emannuel-
    - ¿Puees hablar?-
    - y además imbécil, obviamente.
    - Que belleza.
    - Y tú, que belleza de Gran Inútil. Ya, dime quién chucha eres.
    - Emannuel... animal culiao.
    - yo que tú, no le faltaría el respeto al dueño de casa.
    - Tranquilo papá.

    ya me cansó esta estúpida conversación, dime quien eres!

    ten más cuidado conmigo muchacho, si estás aquí no es por coincidencia, sino por el bendito capricho de tu abuela Rosalinda. La muy desalmada me condenó a vivir entre sus espesuras convertido en este mariconazo animal, sólo porque no le daba como bombo en fiesta ada vez que la muy zorra andaba antojada. Ni te explico cómo tantos años de fricción hicieron de mi compañero una mierda, tanto me lo gastó esa perfida que entre los sueltos cueros de ella y los mios, te hicimos aquel charango en navidad que tanto te gustaba tocar!

    emanuel: viejo abuelo!!!!!! eres tú????
    - El mismo que canta y baila -contesta la ardilla- y no me webees.
    - ¡Abuelito! -lagrimas aparecieron en los ojos de Emannuel- estuve mucho tiempoe sperando este momento.
    - ya, paremos tanta mariconería, y ayudame, tenemos que buscar como salir de este árbil reculiao.
    - a sus órdenes Don Mario.

    la ardilla trepó las cortezas infectas tratando de encontrar un orificio por donde escapar. AH! Emanuel, la puta de tu abuela sí que sabía hacerla. Maldijo este roble con todo el poder de su líbido, más inmenso que la negrura de todas las almas del pasado. Será este nuestro fin querido hijo? no podemos sentarnos a esperar, abuelo; arremetió Emanuel.

    MIra! ves lo que yo veo, abuelo?
    parece un mensaje cifrado Emanuel, tienes idea de lo que puede significar?

    en la pared solo se dibujaba el borde de una figura fálica sin mayor sentido...
    pero para estas dos criaturas habría de significar mucho...
    -Emannuelito -dijo el abuelo- disculpa lo que te voy a decir, pero ¿eso es un choro?, o me engañan mis ojos con cataratas?
    - no abuelo, estás en los cierto, y me huele conocido.
    - ¿un choro conocido?, debe ser amigo entonces, haber, deja olerlo -el abuelo olfateó unos instante- ¡POR LAS BOLAS DE KING KONG!, pero si es el olor del sexo de tu abuela ctm!!.
    - abuelo, tranquilo -dijo Emannuel secando el sudor de la frente de la ardilla.

    Comenzaron a mirar directamente la figura casi marciana que se formaba, hasta que no puedieron seguir manteniendo la vista en ella, debido a un extraño brillo que ésta expulsaba...
     
  6. farrokha

    farrokha Usuario Casual nvl. 2
    87/163

    Registrado:
    1 Jun 2009
    Mensajes:
    7.063
    Me Gusta recibidos:
    4
    Habia una vez un niño llamado Emanuel, el cual tenia un jardin hermoSo y lleno de cadáveres de niños enterrados bajo la tierra del patio de su casa. Para el los niños eran de carne y huesos, pero, para todos los demas eran de juguete. Él relataba todos sus pasos en un diaro que escondía, bajo llave, en una gaveta dentro de su armario. Describía los rostros y los ojos de cada uno de los niños que...Cuidadosamente cortaba trozo por trozo, mientras les cantaba una vieja y conocida cancion de cuna... "Duermete Niño Duermete ya...". Emanuel siempre fué visto en su familia y el barrio como "el raro", y con el correr de los años su madre dejó de prestarle atención a su extraño comportamiento... que dejaba de manifiesto su oligofrenia, desde que empezo a cambiar su actitud, fue un vuelco para todos los que lo conocian. Pero si no fuera por ese tragico día en que Emanuel se despellejó los brazos para cubrir el frio plástico de los juguetes enterrados, nadie habria notado el real estado de locura en que se encontraba nuestro Emanuel.

    El bailoteo de las hojas otoñales en el viento húmedo de julio, hojas que con sus últimas fuerzas aferraban sus dorados dedos a las ramas de sus madres árbol, desgastaba el color del cielo gris y ensombrecía la ventana del ático por la que Emanuel contemplaba la callejuela en la que se encontraba su casa, mientras cocía hilos con piel y plástico, iluminado sólo por la luz plateada que dejaban entrever las nubes y la pequeña ventana de la habitación. Fue precisamente en esta habitación, en la que un día, martes 23 de marzo el "Ema" aprendió lo entretenido que era masturbarse viendo los cadáveres que en algún momento le causaron pesadillas... y día tras día, sumido en enfermizos pensamientos, contemplaba obsesionado la abrumadora belleza de la pequeña Isabella con el deseoso afán de sepultarla junto a su curiosa colección. Fue así como... atónito ante Isabella, cayó en un profundo trance que lo obligó a escribir sobre el piso, con un cuchillo, unos textos en una lengua muerta, casi desconocida...Su madre incitada por las habladurías de sus amigas, llamó a su amigo el cura, que al ver las escrituras de Emanuel, vio como todos sus temores se hacían realidad, y no dudó en sentenciar al pobre muchacho a...
    recuperar la cordura, recuperar su sitio entre la multitud y dejar atrás todas sus extrañas costumbres, las mismas que lo separan del mundo y lo transportan constantemente hacia las más escandalosas visiones... impuras, despues de una converzacion con el cura, Emanuel decide emprender el viaje hacia la cordura, pero el camino a seguir no seria tan facil, estaría lleno de tropiezos y cansancios, seria extenuante, pero con la ayuda de su madre todo sería mas facil.
    La madre tomo el crucifijo regalado por el cura y lo apretó fuerte en la frente Emannuel, el poderío del amuleto irrigó en la sienes del muchacho quien daba espasmos de dolor, sus venas se hincharon exageradamente y en su abdomen se podía ver que algo prisionero de sus carnes, saldría en cualquier moento...Entonces sucedió. Al principio su piel fue tomando un color verduzco y una textura putrefactafacta. Ante los ojos atónitos de su madre, que presenciaba inmóvil la transformación... unas garras se asomaron despedazando el vientre de Emannuel, arremetió con fuerza, desencajando consigo huesos y vértebras. El nacimiento de esta bestia acabó con con la vida del pequeño, ahora que se nutrió lo suficiente, era hora de actuar...
    Pero a pesar de la naturalezabestial del ser, en lo más recóndito de su mente brutal conservaba algunos de los recuerdos y los instintos más primitivos que de algún modo fueron la herencia del muchacho. Por esto, cuando pudo pararse sobre sus dos patas y lo primero que vió a la que fué su madre mirándolo estupefacta con el crucifijo aún inmóvil en la mano, su primer impulso de atacarla fué de alguna manera anulado por un extraño sentimiento evocado desde algún vago lugar de su cerebro, que ni el mismo sabría identificar.

    En su lugar, de sus labios nació una pregunta, ¿por qué estás tan seria, mamá? dijo, esbozando algo que sólo una mente enferma podría catalogar como una sonrisa.

    "Algo habremos de hacer con esa expresión tan opaca", dijo, y le abrió las mejillas de lado a lado con las garras que salían de lo que en algún momento fueron sus pulgares. Su madre se desplomó con el rostro despellejado, abierto de par en par, chorreando sangre por su cuello y hombros, y esparciendo un charco pegajoso por el suelo de la habitación. Una menos. Se acercó al cuerpo inerte de la madre y le arrancó de cuajo la tráquea
    - esto servirá, se dijo... (...) mientras golpeteaba el trozo de la mujer en su cabeza, pensando cuál sería su próxmo paso.

    Salió del lugar dando un gran salto por la ventana... y calló en un montón de hojas secas. De pronto su mano se topó con algo oculto entre las hojas que jamás imaginó que encontraría en el patio de su casa. Era un consolador de madera tallado en roble, el cuál tenía en un costado escrito “Rosalinda”, el nombre de su abuela muerta el año pasado. Pensó unos instantes y se dirigió corriendo a la estación de tren más cercana…

    la bestia se concentró en desvirtuar nuevamente su cuerpo y hacerlo aceptable para el ojo humano, volvio a ser un hombre... llevaba el trozo de madera entre sus manos, el tren avanzaba rumbo al sur... como un torrente de oscuros recuerdos llega hasta su mente el día aquel... es tarde cuando vio a su abuela Rosalinda extasiada introduciendo la pieza de madera en su interior, con la boca abierta y los ojos desorbitados

    Qué haces abuela?, gritó Emanuel. Pensé que alimentabas a los animales como dijiste!

    querido! tenía a un animal muy hambriento que alimentar, diez años de viudez no pasan en vano...

    El redescubrimiento de su abuela despertó en Emanuel un deseo indecente e irreprimible. Las ansias se le concentraron como fuego en las entrañas, y sin poder frenarla, la transformación se activó otra vez. La mayoría de los pasajeros dormitaba a esa hora, o estaban ensimismados en sus actividades, así que nadie se observó cómo la bestia se dirigía al últimos vagon; donde una ancianita minúscula se entretenía tejiendo unos calcetines de lana. Nadie escuchó tampoco el gemido de la anciana tuvo tiempo de gritar, cuando se sintío agarrada de las caderas, zamarreada brutalmete como un saco de harina y penetrada por una fuerza descomunal, en medio de una crujidera de huesos y articulaciones. Nadie se dió cuenta cómo su vientre reventó por la volumétrica descarga de la bestia. Nadie sintió tampoco a la bestia lanzando el malogrado cadáver por la ventana del tren. Sólo se despertaron cuando Emannuel volvía a su asiento, convertido en un niño otra vez, tarareando a viva voz una exasperante canción de Topo Gigio.

    Emanuel trataba de aquietar sus piernas temblorosas, pero el recuerdo de su abuela y de lo que acababa de hacer, lo llevaban de nuevo a su frenética danza mental, esa que se desplaza entre senos arrugados, vaginas flácidas y polvorientas por la dejación de los años... desde el día aquel, solo eso ocupaba su mente infantil... la anatomía senil de la mujer, deseaba los cuerpos atacados por los años, mientras más viejas mejor.
    Levanta la mirada entonces y advierte que la mujer del frente abre los ojos, una tierna viejita que se acomoda la protesis sin verguenza...

    emannuel: quieres un acomodo definitivo, vieja conxetumadre????
    no termina de decir aquellas palabras y le ensarta el consolador en la boca a la pobre abuelita.

    emanuel: a ver si con eso se te traba la quijada!!!-
    "No sabís con la chichita que te tai curando, aweonao"- se escuchó un grito a lo lejos. Un hombre se acercaba corriendo a Emannuel.
    - ¿Que wea tai haciendo sapo e mierda?, te gustan viejitas ctm?!!.- dijo el hombre en tono frenético.
    - Tranquilo amigo, la señora me lo pidió- Emannuel salió corriendo.
    "esto es demasiado para mí, se decía "Ema".
    y saltó del tren, pues le quedaba poco para llegar y podía hacerlo por su cuenta, necesitaba pensar.

    hay abuela! mi fogosa e insaciable querida abuela, por qué mi hiciste este daño tan tremendo!.
    Emannuel había avanzado bastante caminando, pero tuvo que deterne, al verse frente a un árbol gigante e imponente. El árbolr provocó al extraño en el interior de Emannuel, sintió como que algo lo llamaba a "examinarlo". Emannuel se acercó al árbol y comenzó a acariarle la corteza, empezó a dar vuelta y de lo miraba tiernamente. fue en una de estas miradas, cuando levantó la cabeza, y vió a unos 4 metros de alto, que al árbol le faltaba un pedazo, escaló hasta el lugar, y notó, para su total desconcierto, que el pedazo que faltaba tenía la forma del consolador de su abuela.

    trepó hasta el lugar y sin pensarlo hizo calzar la pieza en aquel recodo, extrañamente, a pesar del tallado del consolador, el espacio se acomodó para reibir el trozo parte de aquel arbol melenario. Canto de ánimas se escucharon por los alrededores, alaridos del climax de las constelaciones crepusculares, esas invisibles e indefinibles; que sin embargo alli estaban armonizando el mágico moemento. Las ramas del roble abrazaron el cuerpo de emannuel, nuevamente transfigurado y convertido en bestia. Se abró en medio de su corteza una gran galaxia húmeda y viscosa como la de su abuela y succionó el cuerpo de lafiera... Emannuel cayó durante 2 minutos en el vacío, hasta que tocó fondo contra una especie de líquido blanquesino y viscoso, Emannuel quedó empapado y ediondo.
    Vio de pronto a una ardilla acercarse a él.
    - ¿Quién eres puto humano?-dijo mirando a los ojos a Emannuel-
    - ¿Puees hablar?-
    - y además imbécil, obviamente.
    - Que belleza.
    - Y tú, que belleza de Gran Inútil. Ya, dime quién chucha eres.
    - Emannuel... animal culiao.
    - yo que tú, no le faltaría el respeto al dueño de casa.
    - Tranquilo papá.

    ya me cansó esta estúpida conversación, dime quien eres!

    ten más cuidado conmigo muchacho, si estás aquí no es por coincidencia, sino por el bendito capricho de tu abuela Rosalinda. La muy desalmada me condenó a vivir entre sus espesuras convertido en este mariconazo animal, sólo porque no le daba como bombo en fiesta ada vez que la muy zorra andaba antojada. Ni te explico cómo tantos años de fricción hicieron de mi compañero una mierda, tanto me lo gastó esa perfida que entre los sueltos cueros de ella y los mios, te hicimos aquel charango en navidad que tanto te gustaba tocar!

    emanuel: viejo abuelo!!!!!! eres tú????
    - El mismo que canta y baila -contesta la ardilla- y no me webees.
    - ¡Abuelito! -lagrimas aparecieron en los ojos de Emannuel- estuve mucho tiempoe sperando este momento.
    - ya, paremos tanta mariconería, y ayudame, tenemos que buscar como salir de este árbil reculiao.
    - a sus órdenes Don Mario.

    la ardilla trepó las cortezas infectas tratando de encontrar un orificio por donde escapar. AH! Emanuel, la puta de tu abuela sí que sabía hacerla. Maldijo este roble con todo el poder de su líbido, más inmenso que la negrura de todas las almas del pasado. Será este nuestro fin querido hijo? no podemos sentarnos a esperar, abuelo; arremetió Emanuel.

    MIra! ves lo que yo veo, abuelo?
    parece un mensaje cifrado Emanuel, tienes idea de lo que puede significar?

    en la pared solo se dibujaba el borde de una figura fálica sin mayor sentido...
    pero para estas dos criaturas habría de significar mucho...
    -Emannuelito -dijo el abuelo- disculpa lo que te voy a decir, pero ¿eso es un choro?, o me engañan mis ojos con cataratas?
    - no abuelo, estás en los cierto, y me huele conocido.
    - ¿un choro conocido?, debe ser amigo entonces, haber, deja olerlo -el abuelo olfateó unos instante- ¡POR LAS BOLAS DE KING KONG!, pero si es el olor del sexo de tu abuela ctm!!.
    - abuelo, tranquilo -dijo Emannuel secando el sudor de la frente de la ardilla.

    Comenzaron a mirar directamente la figura casi marciana que se formaba, hasta que no puedieron seguir manteniendo la vista en ella, debido a un extraño brillo que ésta expulsaba...
    Habia una vez un niño llamado Emanuel, el cual tenia un jardin hermoSo y lleno de cadáveres de niños enterrados bajo la tierra del patio de su casa. Para el los niños eran de carne y huesos, pero, para todos los demas eran de juguete. Él relataba todos sus pasos en un diaro que escondía, bajo llave, en una gaveta dentro de su armario. Describía los rostros y los ojos de cada uno de los niños que...Cuidadosamente cortaba trozo por trozo, mientras les cantaba una vieja y conocida cancion de cuna... "Duermete Niño Duermete ya...". Emanuel siempre fué visto en su familia y el barrio como "el raro", y con el correr de los años su madre dejó de prestarle atención a su extraño comportamiento... que dejaba de manifiesto su oligofrenia, desde que empezo a cambiar su actitud, fue un vuelco para todos los que lo conocian. Pero si no fuera por ese tragico día en que Emanuel se despellejó los brazos para cubrir el frio plástico de los juguetes enterrados, nadie habria notado el real estado de locura en que se encontraba nuestro Emanuel.

    El bailoteo de las hojas otoñales en el viento húmedo de julio, hojas que con sus últimas fuerzas aferraban sus dorados dedos a las ramas de sus madres árbol, desgastaba el color del cielo gris y ensombrecía la ventana del ático por la que Emanuel contemplaba la callejuela en la que se encontraba su casa, mientras cocía hilos con piel y plástico, iluminado sólo por la luz plateada que dejaban entrever las nubes y la pequeña ventana de la habitación. Fue precisamente en esta habitación, en la que un día, martes 23 de marzo el "Ema" aprendió lo entretenido que era masturbarse viendo los cadáveres que en algún momento le causaron pesadillas... y día tras día, sumido en enfermizos pensamientos, contemplaba obsesionado la abrumadora belleza de la pequeña Isabella con el deseoso afán de sepultarla junto a su curiosa colección. Fue así como... atónito ante Isabella, cayó en un profundo trance que lo obligó a escribir sobre el piso, con un cuchillo, unos textos en una lengua muerta, casi desconocida...Su madre incitada por las habladurías de sus amigas, llamó a su amigo el cura, que al ver las escrituras de Emanuel, vio como todos sus temores se hacían realidad, y no dudó en sentenciar al pobre muchacho a...
    recuperar la cordura, recuperar su sitio entre la multitud y dejar atrás todas sus extrañas costumbres, las mismas que lo separan del mundo y lo transportan constantemente hacia las más escandalosas visiones... impuras, despues de una converzacion con el cura, Emanuel decide emprender el viaje hacia la cordura, pero el camino a seguir no seria tan facil, estaría lleno de tropiezos y cansancios, seria extenuante, pero con la ayuda de su madre todo sería mas facil.
    La madre tomo el crucifijo regalado por el cura y lo apretó fuerte en la frente Emannuel, el poderío del amuleto irrigó en la sienes del muchacho quien daba espasmos de dolor, sus venas se hincharon exageradamente y en su abdomen se podía ver que algo prisionero de sus carnes, saldría en cualquier moento...Entonces sucedió. Al principio su piel fue tomando un color verduzco y una textura putrefactafacta. Ante los ojos atónitos de su madre, que presenciaba inmóvil la transformación... unas garras se asomaron despedazando el vientre de Emannuel, arremetió con fuerza, desencajando consigo huesos y vértebras. El nacimiento de esta bestia acabó con con la vida del pequeño, ahora que se nutrió lo suficiente, era hora de actuar...
    Pero a pesar de la naturalezabestial del ser, en lo más recóndito de su mente brutal conservaba algunos de los recuerdos y los instintos más primitivos que de algún modo fueron la herencia del muchacho. Por esto, cuando pudo pararse sobre sus dos patas y lo primero que vió a la que fué su madre mirándolo estupefacta con el crucifijo aún inmóvil en la mano, su primer impulso de atacarla fué de alguna manera anulado por un extraño sentimiento evocado desde algún vago lugar de su cerebro, que ni el mismo sabría identificar.

    En su lugar, de sus labios nació una pregunta, ¿por qué estás tan seria, mamá? dijo, esbozando algo que sólo una mente enferma podría catalogar como una sonrisa.

    "Algo habremos de hacer con esa expresión tan opaca", dijo, y le abrió las mejillas de lado a lado con las garras que salían de lo que en algún momento fueron sus pulgares. Su madre se desplomó con el rostro despellejado, abierto de par en par, chorreando sangre por su cuello y hombros, y esparciendo un charco pegajoso por el suelo de la habitación. Una menos. Se acercó al cuerpo inerte de la madre y le arrancó de cuajo la tráquea
    - esto servirá, se dijo... (...) mientras golpeteaba el trozo de la mujer en su cabeza, pensando cuál sería su próxmo paso.

    Salió del lugar dando un gran salto por la ventana... y calló en un montón de hojas secas. De pronto su mano se topó con algo oculto entre las hojas que jamás imaginó que encontraría en el patio de su casa. Era un consolador de madera tallado en roble, el cuál tenía en un costado escrito “Rosalinda”, el nombre de su abuela muerta el año pasado. Pensó unos instantes y se dirigió corriendo a la estación de tren más cercana…

    la bestia se concentró en desvirtuar nuevamente su cuerpo y hacerlo aceptable para el ojo humano, volvio a ser un hombre... llevaba el trozo de madera entre sus manos, el tren avanzaba rumbo al sur... como un torrente de oscuros recuerdos llega hasta su mente el día aquel... es tarde cuando vio a su abuela Rosalinda extasiada introduciendo la pieza de madera en su interior, con la boca abierta y los ojos desorbitados

    Qué haces abuela?, gritó Emanuel. Pensé que alimentabas a los animales como dijiste!

    querido! tenía a un animal muy hambriento que alimentar, diez años de viudez no pasan en vano...

    El redescubrimiento de su abuela despertó en Emanuel un deseo indecente e irreprimible. Las ansias se le concentraron como fuego en las entrañas, y sin poder frenarla, la transformación se activó otra vez. La mayoría de los pasajeros dormitaba a esa hora, o estaban ensimismados en sus actividades, así que nadie se observó cómo la bestia se dirigía al últimos vagon; donde una ancianita minúscula se entretenía tejiendo unos calcetines de lana. Nadie escuchó tampoco el gemido de la anciana tuvo tiempo de gritar, cuando se sintío agarrada de las caderas, zamarreada brutalmete como un saco de harina y penetrada por una fuerza descomunal, en medio de una crujidera de huesos y articulaciones. Nadie se dió cuenta cómo su vientre reventó por la volumétrica descarga de la bestia. Nadie sintió tampoco a la bestia lanzando el malogrado cadáver por la ventana del tren. Sólo se despertaron cuando Emannuel volvía a su asiento, convertido en un niño otra vez, tarareando a viva voz una exasperante canción de Topo Gigio.

    Emanuel trataba de aquietar sus piernas temblorosas, pero el recuerdo de su abuela y de lo que acababa de hacer, lo llevaban de nuevo a su frenética danza mental, esa que se desplaza entre senos arrugados, vaginas flácidas y polvorientas por la dejación de los años... desde el día aquel, solo eso ocupaba su mente infantil... la anatomía senil de la mujer, deseaba los cuerpos atacados por los años, mientras más viejas mejor.
    Levanta la mirada entonces y advierte que la mujer del frente abre los ojos, una tierna viejita que se acomoda la protesis sin verguenza...

    emannuel: quieres un acomodo definitivo, vieja conxetumadre????
    no termina de decir aquellas palabras y le ensarta el consolador en la boca a la pobre abuelita.

    emanuel: a ver si con eso se te traba la quijada!!!-
    "No sabís con la chichita que te tai curando, aweonao"- se escuchó un grito a lo lejos. Un hombre se acercaba corriendo a Emannuel.
    - ¿Que wea tai haciendo sapo e mierda?, te gustan viejitas ctm?!!.- dijo el hombre en tono frenético.
    - Tranquilo amigo, la señora me lo pidió- Emannuel salió corriendo.
    "esto es demasiado para mí, se decía "Ema".
    y saltó del tren, pues le quedaba poco para llegar y podía hacerlo por su cuenta, necesitaba pensar.

    hay abuela! mi fogosa e insaciable querida abuela, por qué mi hiciste este daño tan tremendo!.
    Emannuel había avanzado bastante caminando, pero tuvo que deterne, al verse frente a un árbol gigante e imponente. El árbolr provocó al extraño en el interior de Emannuel, sintió como que algo lo llamaba a "examinarlo". Emannuel se acercó al árbol y comenzó a acariarle la corteza, empezó a dar vuelta y de lo miraba tiernamente. fue en una de estas miradas, cuando levantó la cabeza, y vió a unos 4 metros de alto, que al árbol le faltaba un pedazo, escaló hasta el lugar, y notó, para su total desconcierto, que el pedazo que faltaba tenía la forma del consolador de su abuela.

    trepó hasta el lugar y sin pensarlo hizo calzar la pieza en aquel recodo, extrañamente, a pesar del tallado del consolador, el espacio se acomodó para reibir el trozo parte de aquel arbol melenario. Canto de ánimas se escucharon por los alrededores, alaridos del climax de las constelaciones crepusculares, esas invisibles e indefinibles; que sin embargo alli estaban armonizando el mágico moemento. Las ramas del roble abrazaron el cuerpo de emannuel, nuevamente transfigurado y convertido en bestia. Se abró en medio de su corteza una gran galaxia húmeda y viscosa como la de su abuela y succionó el cuerpo de lafiera... Emannuel cayó durante 2 minutos en el vacío, hasta que tocó fondo contra una especie de líquido blanquesino y viscoso, Emannuel quedó empapado y ediondo.
    Vio de pronto a una ardilla acercarse a él.
    - ¿Quién eres puto humano?-dijo mirando a los ojos a Emannuel-
    - ¿Puees hablar?-
    - y además imbécil, obviamente.
    - Que belleza.
    - Y tú, que belleza de Gran Inútil. Ya, dime quién chucha eres.
    - Emannuel... animal culiao.
    - yo que tú, no le faltaría el respeto al dueño de casa.
    - Tranquilo papá.

    ya me cansó esta estúpida conversación, dime quien eres!

    ten más cuidado conmigo muchacho, si estás aquí no es por coincidencia, sino por el bendito capricho de tu abuela Rosalinda. La muy desalmada me condenó a vivir entre sus espesuras convertido en este mariconazo animal, sólo porque no le daba como bombo en fiesta ada vez que la muy zorra andaba antojada. Ni te explico cómo tantos años de fricción hicieron de mi compañero una mierda, tanto me lo gastó esa perfida que entre los sueltos cueros de ella y los mios, te hicimos aquel charango en navidad que tanto te gustaba tocar!

    emanuel: viejo abuelo!!!!!! eres tú????
    - El mismo que canta y baila -contesta la ardilla- y no me webees.
    - ¡Abuelito! -lagrimas aparecieron en los ojos de Emannuel- estuve mucho tiempoe sperando este momento.
    - ya, paremos tanta mariconería, y ayudame, tenemos que buscar como salir de este árbil reculiao.
    - a sus órdenes Don Mario.

    la ardilla trepó las cortezas infectas tratando de encontrar un orificio por donde escapar. AH! Emanuel, la puta de tu abuela sí que sabía hacerla. Maldijo este roble con todo el poder de su líbido, más inmenso que la negrura de todas las almas del pasado. Será este nuestro fin querido hijo? no podemos sentarnos a esperar, abuelo; arremetió Emanuel.

    MIra! ves lo que yo veo, abuelo?
    parece un mensaje cifrado Emanuel, tienes idea de lo que puede significar?

    en la pared solo se dibujaba el borde de una figura fálica sin mayor sentido...
    pero para estas dos criaturas habría de significar mucho...
    -Emannuelito -dijo el abuelo- disculpa lo que te voy a decir, pero ¿eso es un choro?, o me engañan mis ojos con cataratas?
    - no abuelo, estás en los cierto, y me huele conocido.
    - ¿un choro conocido?, debe ser amigo entonces, haber, deja olerlo -el abuelo olfateó unos instante- ¡POR LAS BOLAS DE KING KONG!, pero si es el olor del sexo de tu abuela ctm!!.
    - abuelo, tranquilo -dijo Emannuel secando el sudor de la frente de la ardilla.

    Comenzaron a mirar directamente la figura casi marciana que se formaba, hasta que no puedieron seguir manteniendo la vista en ella, debido a un extraño brillo que ésta expulsaba...

    el brillo del anciano sexo cegó los ojos expectantes y curiosos de esos dos hombres, quienes no daban crédito a lo que veían.

    abuelo! la cosa se está abriendo, palpita! tiembla! supura, es la misma que me transportó a este lugar ¡quizas sea la salida abuelo!

    no sé emanuelito, tantos años intentando satisfacer sin lograrlo aquella adiposa cavidad, me tiene la moral por losm suelos y no sé si quiera adentrarme en ella nuevamente.
    pero abuelo! es la única forma que tenemos de salir de aquí, tienes que superarlo..

    por la xuxa weón es una vagina gigante!!!!!!!!!
    en qué cabeza cabe que haga esa weá!

    cálmate tata, nada de lo que a pasado tiene sentido, cómo esperas que lo tenga ahora...
    simplemente hagámoslo...

    la bestia y la ardilla se adentraron a los pegajosos caminos vaginales...
     
  7. [M]auro.SS

    [M]auro.SS Usuario Habitual nvl.3 ★
    187/244

    Registrado:
    11 Ago 2008
    Mensajes:
    15.966
    Me Gusta recibidos:
    2
    Habia una vez un niño llamado Emanuel, el cual tenia un jardin hermoSo y lleno de cadáveres de niños enterrados bajo la tierra del patio de su casa. Para el los niños eran de carne y huesos, pero, para todos los demas eran de juguete. Él relataba todos sus pasos en un diaro que escondía, bajo llave, en una gaveta dentro de su armario. Describía los rostros y los ojos de cada uno de los niños que...Cuidadosamente cortaba trozo por trozo, mientras les cantaba una vieja y conocida cancion de cuna... "Duermete Niño Duermete ya...". Emanuel siempre fué visto en su familia y el barrio como "el raro", y con el correr de los años su madre dejó de prestarle atención a su extraño comportamiento... que dejaba de manifiesto su oligofrenia, desde que empezo a cambiar su actitud, fue un vuelco para todos los que lo conocian. Pero si no fuera por ese tragico día en que Emanuel se despellejó los brazos para cubrir el frio plástico de los juguetes enterrados, nadie habria notado el real estado de locura en que se encontraba nuestro Emanuel.

    El bailoteo de las hojas otoñales en el viento húmedo de julio, hojas que con sus últimas fuerzas aferraban sus dorados dedos a las ramas de sus madres árbol, desgastaba el color del cielo gris y ensombrecía la ventana del ático por la que Emanuel contemplaba la callejuela en la que se encontraba su casa, mientras cocía hilos con piel y plástico, iluminado sólo por la luz plateada que dejaban entrever las nubes y la pequeña ventana de la habitación. Fue precisamente en esta habitación, en la que un día, martes 23 de marzo el "Ema" aprendió lo entretenido que era masturbarse viendo los cadáveres que en algún momento le causaron pesadillas... y día tras día, sumido en enfermizos pensamientos, contemplaba obsesionado la abrumadora belleza de la pequeña Isabella con el deseoso afán de sepultarla junto a su curiosa colección. Fue así como... atónito ante Isabella, cayó en un profundo trance que lo obligó a escribir sobre el piso, con un cuchillo, unos textos en una lengua muerta, casi desconocida...Su madre incitada por las habladurías de sus amigas, llamó a su amigo el cura, que al ver las escrituras de Emanuel, vio como todos sus temores se hacían realidad, y no dudó en sentenciar al pobre muchacho a...
    recuperar la cordura, recuperar su sitio entre la multitud y dejar atrás todas sus extrañas costumbres, las mismas que lo separan del mundo y lo transportan constantemente hacia las más escandalosas visiones... impuras, despues de una converzacion con el cura, Emanuel decide emprender el viaje hacia la cordura, pero el camino a seguir no seria tan facil, estaría lleno de tropiezos y cansancios, seria extenuante, pero con la ayuda de su madre todo sería mas facil.
    La madre tomo el crucifijo regalado por el cura y lo apretó fuerte en la frente Emannuel, el poderío del amuleto irrigó en la sienes del muchacho quien daba espasmos de dolor, sus venas se hincharon exageradamente y en su abdomen se podía ver que algo prisionero de sus carnes, saldría en cualquier moento...Entonces sucedió. Al principio su piel fue tomando un color verduzco y una textura putrefactafacta. Ante los ojos atónitos de su madre, que presenciaba inmóvil la transformación... unas garras se asomaron despedazando el vientre de Emannuel, arremetió con fuerza, desencajando consigo huesos y vértebras. El nacimiento de esta bestia acabó con con la vida del pequeño, ahora que se nutrió lo suficiente, era hora de actuar...
    Pero a pesar de la naturalezabestial del ser, en lo más recóndito de su mente brutal conservaba algunos de los recuerdos y los instintos más primitivos que de algún modo fueron la herencia del muchacho. Por esto, cuando pudo pararse sobre sus dos patas y lo primero que vió a la que fué su madre mirándolo estupefacta con el crucifijo aún inmóvil en la mano, su primer impulso de atacarla fué de alguna manera anulado por un extraño sentimiento evocado desde algún vago lugar de su cerebro, que ni el mismo sabría identificar.

    En su lugar, de sus labios nació una pregunta, ¿por qué estás tan seria, mamá? dijo, esbozando algo que sólo una mente enferma podría catalogar como una sonrisa.

    "Algo habremos de hacer con esa expresión tan opaca", dijo, y le abrió las mejillas de lado a lado con las garras que salían de lo que en algún momento fueron sus pulgares. Su madre se desplomó con el rostro despellejado, abierto de par en par, chorreando sangre por su cuello y hombros, y esparciendo un charco pegajoso por el suelo de la habitación. Una menos. Se acercó al cuerpo inerte de la madre y le arrancó de cuajo la tráquea
    - esto servirá, se dijo... (...) mientras golpeteaba el trozo de la mujer en su cabeza, pensando cuál sería su próxmo paso.

    Salió del lugar dando un gran salto por la ventana... y calló en un montón de hojas secas. De pronto su mano se topó con algo oculto entre las hojas que jamás imaginó que encontraría en el patio de su casa.
    Era un consolador de madera tallado en roble, el cuál tenía en un costado escrito “Rosalinda”, el nombre de su abuela muerta el año pasado. Pensó unos instantes y se dirigió corriendo a la estación de tren más cercana…

    la bestia se concentró en desvirtuar nuevamente su cuerpo y hacerlo aceptable para el ojo humano, volvio a ser un hombre... llevaba el trozo de madera entre sus manos, el tren avanzaba rumbo al sur... como un torrente de oscuros recuerdos llega hasta su mente el día aquel... es tarde cuando vio a su abuela Rosalinda extasiada introduciendo la pieza de madera en su interior, con la boca abierta y los ojos desorbitados

    Qué haces abuela?, gritó Emanuel. Pensé que alimentabas a los animales como dijiste!

    querido! tenía a un animal muy hambriento que alimentar, diez años de viudez no pasan en vano...

    El redescubrimiento de su abuela despertó en Emanuel un deseo indecente e irreprimible. Las ansias se le concentraron como fuego en las entrañas, y sin poder frenarla, la transformación se activó otra vez. La mayoría de los pasajeros dormitaba a esa hora, o estaban ensimismados en sus actividades, así que nadie se observó cómo la bestia se dirigía al últimos vagon; donde una ancianita minúscula se entretenía tejiendo unos calcetines de lana. Nadie escuchó tampoco el gemido de la anciana tuvo tiempo de gritar, cuando se sintío agarrada de las caderas, zamarreada brutalmete como un saco de harina y penetrada por una fuerza descomunal, en medio de una crujidera de huesos y articulaciones. Nadie se dió cuenta cómo su vientre reventó por la volumétrica descarga de la bestia. Nadie sintió tampoco a la bestia lanzando el malogrado cadáver por la ventana del tren. Sólo se despertaron cuando Emannuel volvía a su asiento, convertido en un niño otra vez, tarareando a viva voz una exasperante canción de Topo Gigio.

    Emanuel trataba de aquietar sus piernas temblorosas, pero el recuerdo de su abuela y de lo que acababa de hacer, lo llevaban de nuevo a su frenética danza mental, esa que se desplaza entre senos arrugados, vaginas flácidas y polvorientas por la dejación de los años... desde el día aquel, solo eso ocupaba su mente infantil... la anatomía senil de la mujer, deseaba los cuerpos atacados por los años, mientras más viejas mejor.
    Levanta la mirada entonces y advierte que la mujer del frente abre los ojos, una tierna viejita que se acomoda la protesis sin verguenza...

    emannuel: quieres un acomodo definitivo, vieja conxetumadre????
    no termina de decir aquellas palabras y le ensarta el consolador en la boca a la pobre abuelita.

    emanuel: a ver si con eso se te traba la quijada!!!-
    "No sabís con la chichita que te tai curando, aweonao"- se escuchó un grito a lo lejos. Un hombre se acercaba corriendo a Emannuel.
    - ¿Que wea tai haciendo sapo e mierda?, te gustan viejitas ctm?!!.- dijo el hombre en tono frenético.
    - Tranquilo amigo, la señora me lo pidió- Emannuel salió corriendo.
    "esto es demasiado para mí, se decía "Ema".
    y saltó del tren, pues le quedaba poco para llegar y podía hacerlo por su cuenta, necesitaba pensar.

    hay abuela! mi fogosa e insaciable querida abuela, por qué mi hiciste este daño tan tremendo!.
    Emannuel había avanzado bastante caminando, pero tuvo que deterne, al verse frente a un árbol gigante e imponente. El árbolr provocó al extraño en el interior de Emannuel, sintió como que algo lo llamaba a "examinarlo". Emannuel se acercó al árbol y comenzó a acariarle la corteza, empezó a dar vuelta y de lo miraba tiernamente. fue en una de estas miradas, cuando levantó la cabeza, y vió a unos 4 metros de alto, que al árbol le faltaba un pedazo, escaló hasta el lugar, y notó, para su total desconcierto, que el pedazo que faltaba tenía la forma del consolador de su abuela.

    trepó hasta el lugar y sin pensarlo hizo calzar la pieza en aquel recodo, extrañamente, a pesar del tallado del consolador, el espacio se acomodó para reibir el trozo parte de aquel arbol melenario. Canto de ánimas se escucharon por los alrededores, alaridos del climax de las constelaciones crepusculares, esas invisibles e indefinibles; que sin embargo alli estaban armonizando el mágico moemento. Las ramas del roble abrazaron el cuerpo de emannuel, nuevamente transfigurado y convertido en bestia. Se abró en medio de su corteza una gran galaxia húmeda y viscosa como la de su abuela y succionó el cuerpo de lafiera... Emannuel cayó durante 2 minutos en el vacío, hasta que tocó fondo contra una especie de líquido blanquesino y viscoso, Emannuel quedó empapado y ediondo.
    Vio de pronto a una ardilla acercarse a él.
    - ¿Quién eres puto humano?-dijo mirando a los ojos a Emannuel-
    - ¿Puees hablar?-
    - y además imbécil, obviamente.
    - Que belleza.
    - Y tú, que belleza de Gran Inútil. Ya, dime quién chucha eres.
    - Emannuel... animal culiao.
    - yo que tú, no le faltaría el respeto al dueño de casa.
    - Tranquilo papá.

    ya me cansó esta estúpida conversación, dime quien eres!

    ten más cuidado conmigo muchacho, si estás aquí no es por coincidencia, sino por el bendito capricho de tu abuela Rosalinda. La muy desalmada me condenó a vivir entre sus espesuras convertido en este mariconazo animal, sólo porque no le daba como bombo en fiesta ada vez que la muy zorra andaba antojada. Ni te explico cómo tantos años de fricción hicieron de mi compañero una mierda, tanto me lo gastó esa perfida que entre los sueltos cueros de ella y los mios, te hicimos aquel charango en navidad que tanto te gustaba tocar!

    emanuel: viejo abuelo!!!!!! eres tú????
    - El mismo que canta y baila -contesta la ardilla- y no me webees.
    - ¡Abuelito! -lagrimas aparecieron en los ojos de Emannuel- estuve mucho tiempoe sperando este momento.
    - ya, paremos tanta mariconería, y ayudame, tenemos que buscar como salir de este árbil reculiao.
    - a sus órdenes Don Mario.

    la ardilla trepó las cortezas infectas tratando de encontrar un orificio por donde escapar. AH! Emanuel, la puta de tu abuela sí que sabía hacerla. Maldijo este roble con todo el poder de su líbido, más inmenso que la negrura de todas las almas del pasado. Será este nuestro fin querido hijo? no podemos sentarnos a esperar, abuelo; arremetió Emanuel.

    MIra! ves lo que yo veo, abuelo?
    parece un mensaje cifrado Emanuel, tienes idea de lo que puede significar?

    en la pared solo se dibujaba el borde de una figura fálica sin mayor sentido...
    pero para estas dos criaturas habría de significar mucho...
    -Emannuelito -dijo el abuelo- disculpa lo que te voy a decir, pero ¿eso es un choro?, o me engañan mis ojos con cataratas?
    - no abuelo, estás en los cierto, y me huele conocido.
    - ¿un choro conocido?, debe ser amigo entonces, haber, deja olerlo -el abuelo olfateó unos instante- ¡POR LAS BOLAS DE KING KONG!, pero si es el olor del sexo de tu abuela ctm!!.
    - abuelo, tranquilo -dijo Emannuel secando el sudor de la frente de la ardilla.

    Comenzaron a mirar directamente la figura casi marciana que se formaba, hasta que no puedieron seguir manteniendo la vista en ella, debido a un extraño brillo que ésta expulsaba...
    Habia una vez un niño llamado Emanuel, el cual tenia un jardin hermoSo y lleno de cadáveres de niños enterrados bajo la tierra del patio de su casa. Para el los niños eran de carne y huesos, pero, para todos los demas eran de juguete. Él relataba todos sus pasos en un diaro que escondía, bajo llave, en una gaveta dentro de su armario. Describía los rostros y los ojos de cada uno de los niños que...Cuidadosamente cortaba trozo por trozo, mientras les cantaba una vieja y conocida cancion de cuna... "Duermete Niño Duermete ya...". Emanuel siempre fué visto en su familia y el barrio como "el raro", y con el correr de los años su madre dejó de prestarle atención a su extraño comportamiento... que dejaba de manifiesto su oligofrenia, desde que empezo a cambiar su actitud, fue un vuelco para todos los que lo conocian. Pero si no fuera por ese tragico día en que Emanuel se despellejó los brazos para cubrir el frio plástico de los juguetes enterrados, nadie habria notado el real estado de locura en que se encontraba nuestro Emanuel.

    El bailoteo de las hojas otoñales en el viento húmedo de julio, hojas que con sus últimas fuerzas aferraban sus dorados dedos a las ramas de sus madres árbol, desgastaba el color del cielo gris y ensombrecía la ventana del ático por la que Emanuel contemplaba la callejuela en la que se encontraba su casa, mientras cocía hilos con piel y plástico, iluminado sólo por la luz plateada que dejaban entrever las nubes y la pequeña ventana de la habitación. Fue precisamente en esta habitación, en la que un día, martes 23 de marzo el "Ema" aprendió lo entretenido que era masturbarse viendo los cadáveres que en algún momento le causaron pesadillas... y día tras día, sumido en enfermizos pensamientos, contemplaba obsesionado la abrumadora belleza de la pequeña Isabella con el deseoso afán de sepultarla junto a su curiosa colección. Fue así como... atónito ante Isabella, cayó en un profundo trance que lo obligó a escribir sobre el piso, con un cuchillo, unos textos en una lengua muerta, casi desconocida...Su madre incitada por las habladurías de sus amigas, llamó a su amigo el cura, que al ver las escrituras de Emanuel, vio como todos sus temores se hacían realidad, y no dudó en sentenciar al pobre muchacho a...
    recuperar la cordura, recuperar su sitio entre la multitud y dejar atrás todas sus extrañas costumbres, las mismas que lo separan del mundo y lo transportan constantemente hacia las más escandalosas visiones... impuras, despues de una converzacion con el cura, Emanuel decide emprender el viaje hacia la cordura, pero el camino a seguir no seria tan facil, estaría lleno de tropiezos y cansancios, seria extenuante, pero con la ayuda de su madre todo sería mas facil.
    La madre tomo el crucifijo regalado por el cura y lo apretó fuerte en la frente Emannuel, el poderío del amuleto irrigó en la sienes del muchacho quien daba espasmos de dolor, sus venas se hincharon exageradamente y en su abdomen se podía ver que algo prisionero de sus carnes, saldría en cualquier moento...Entonces sucedió. Al principio su piel fue tomando un color verduzco y una textura putrefactafacta. Ante los ojos atónitos de su madre, que presenciaba inmóvil la transformación... unas garras se asomaron despedazando el vientre de Emannuel, arremetió con fuerza, desencajando consigo huesos y vértebras. El nacimiento de esta bestia acabó con con la vida del pequeño, ahora que se nutrió lo suficiente, era hora de actuar...
    Pero a pesar de la naturalezabestial del ser, en lo más recóndito de su mente brutal conservaba algunos de los recuerdos y los instintos más primitivos que de algún modo fueron la herencia del muchacho. Por esto, cuando pudo pararse sobre sus dos patas y lo primero que vió a la que fué su madre mirándolo estupefacta con el crucifijo aún inmóvil en la mano, su primer impulso de atacarla fué de alguna manera anulado por un extraño sentimiento evocado desde algún vago lugar de su cerebro, que ni el mismo sabría identificar.

    En su lugar, de sus labios nació una pregunta, ¿por qué estás tan seria, mamá? dijo, esbozando algo que sólo una mente enferma podría catalogar como una sonrisa.

    "Algo habremos de hacer con esa expresión tan opaca", dijo, y le abrió las mejillas de lado a lado con las garras que salían de lo que en algún momento fueron sus pulgares. Su madre se desplomó con el rostro despellejado, abierto de par en par, chorreando sangre por su cuello y hombros, y esparciendo un charco pegajoso por el suelo de la habitación. Una menos. Se acercó al cuerpo inerte de la madre y le arrancó de cuajo la tráquea
    - esto servirá, se dijo... (...) mientras golpeteaba el trozo de la mujer en su cabeza, pensando cuál sería su próxmo paso.

    Salió del lugar dando un gran salto por la ventana... y calló en un montón de hojas secas. De pronto su mano se topó con algo oculto entre las hojas que jamás imaginó que encontraría en el patio de su casa. Era un consolador de madera tallado en roble, el cuál tenía en un costado escrito “Rosalinda”, el nombre de su abuela muerta el año pasado. Pensó unos instantes y se dirigió corriendo a la estación de tren más cercana…

    la bestia se concentró en desvirtuar nuevamente su cuerpo y hacerlo aceptable para el ojo humano, volvio a ser un hombre... llevaba el trozo de madera entre sus manos, el tren avanzaba rumbo al sur... como un torrente de oscuros recuerdos llega hasta su mente el día aquel... es tarde cuando vio a su abuela Rosalinda extasiada introduciendo la pieza de madera en su interior, con la boca abierta y los ojos desorbitados

    Qué haces abuela?, gritó Emanuel. Pensé que alimentabas a los animales como dijiste!

    querido! tenía a un animal muy hambriento que alimentar, diez años de viudez no pasan en vano...

    El redescubrimiento de su abuela despertó en Emanuel un deseo indecente e irreprimible. Las ansias se le concentraron como fuego en las entrañas, y sin poder frenarla, la transformación se activó otra vez. La mayoría de los pasajeros dormitaba a esa hora, o estaban ensimismados en sus actividades, así que nadie se observó cómo la bestia se dirigía al últimos vagon; donde una ancianita minúscula se entretenía tejiendo unos calcetines de lana. Nadie escuchó tampoco el gemido de la anciana tuvo tiempo de gritar, cuando se sintío agarrada de las caderas, zamarreada brutalmete como un saco de harina y penetrada por una fuerza descomunal, en medio de una crujidera de huesos y articulaciones. Nadie se dió cuenta cómo su vientre reventó por la volumétrica descarga de la bestia. Nadie sintió tampoco a la bestia lanzando el malogrado cadáver por la ventana del tren. Sólo se despertaron cuando Emannuel volvía a su asiento, convertido en un niño otra vez, tarareando a viva voz una exasperante canción de Topo Gigio.

    Emanuel trataba de aquietar sus piernas temblorosas, pero el recuerdo de su abuela y de lo que acababa de hacer, lo llevaban de nuevo a su frenética danza mental, esa que se desplaza entre senos arrugados, vaginas flácidas y polvorientas por la dejación de los años... desde el día aquel, solo eso ocupaba su mente infantil... la anatomía senil de la mujer, deseaba los cuerpos atacados por los años, mientras más viejas mejor.
    Levanta la mirada entonces y advierte que la mujer del frente abre los ojos, una tierna viejita que se acomoda la protesis sin verguenza...

    emannuel: quieres un acomodo definitivo, vieja conxetumadre????
    no termina de decir aquellas palabras y le ensarta el consolador en la boca a la pobre abuelita.

    emanuel: a ver si con eso se te traba la quijada!!!-
    "No sabís con la chichita que te tai curando, aweonao"- se escuchó un grito a lo lejos. Un hombre se acercaba corriendo a Emannuel.
    - ¿Que wea tai haciendo sapo e mierda?, te gustan viejitas ctm?!!.- dijo el hombre en tono frenético.
    - Tranquilo amigo, la señora me lo pidió- Emannuel salió corriendo.
    "esto es demasiado para mí, se decía "Ema".
    y saltó del tren, pues le quedaba poco para llegar y podía hacerlo por su cuenta, necesitaba pensar.

    hay abuela! mi fogosa e insaciable querida abuela, por qué mi hiciste este daño tan tremendo!.
    Emannuel había avanzado bastante caminando, pero tuvo que deterne, al verse frente a un árbol gigante e imponente. El árbolr provocó al extraño en el interior de Emannuel, sintió como que algo lo llamaba a "examinarlo". Emannuel se acercó al árbol y comenzó a acariarle la corteza, empezó a dar vuelta y de lo miraba tiernamente. fue en una de estas miradas, cuando levantó la cabeza, y vió a unos 4 metros de alto, que al árbol le faltaba un pedazo, escaló hasta el lugar, y notó, para su total desconcierto, que el pedazo que faltaba tenía la forma del consolador de su abuela.

    trepó hasta el lugar y sin pensarlo hizo calzar la pieza en aquel recodo, extrañamente, a pesar del tallado del consolador, el espacio se acomodó para reibir el trozo parte de aquel arbol melenario. Canto de ánimas se escucharon por los alrededores, alaridos del climax de las constelaciones crepusculares, esas invisibles e indefinibles; que sin embargo alli estaban armonizando el mágico moemento. Las ramas del roble abrazaron el cuerpo de emannuel, nuevamente transfigurado y convertido en bestia. Se abró en medio de su corteza una gran galaxia húmeda y viscosa como la de su abuela y succionó el cuerpo de lafiera... Emannuel cayó durante 2 minutos en el vacío, hasta que tocó fondo contra una especie de líquido blanquesino y viscoso, Emannuel quedó empapado y ediondo.
    Vio de pronto a una ardilla acercarse a él.
    - ¿Quién eres puto humano?-dijo mirando a los ojos a Emannuel-
    - ¿Puees hablar?-
    - y además imbécil, obviamente.
    - Que belleza.
    - Y tú, que belleza de Gran Inútil. Ya, dime quién chucha eres.
    - Emannuel... animal culiao.
    - yo que tú, no le faltaría el respeto al dueño de casa.
    - Tranquilo papá.

    ya me cansó esta estúpida conversación, dime quien eres!

    ten más cuidado conmigo muchacho, si estás aquí no es por coincidencia, sino por el bendito capricho de tu abuela Rosalinda. La muy desalmada me condenó a vivir entre sus espesuras convertido en este mariconazo animal, sólo porque no le daba como bombo en fiesta ada vez que la muy zorra andaba antojada. Ni te explico cómo tantos años de fricción hicieron de mi compañero una mierda, tanto me lo gastó esa perfida que entre los sueltos cueros de ella y los mios, te hicimos aquel charango en navidad que tanto te gustaba tocar!

    emanuel: viejo abuelo!!!!!! eres tú????
    - El mismo que canta y baila -contesta la ardilla- y no me webees.
    - ¡Abuelito! -lagrimas aparecieron en los ojos de Emannuel- estuve mucho tiempoe sperando este momento.
    - ya, paremos tanta mariconería, y ayudame, tenemos que buscar como salir de este árbil reculiao.
    - a sus órdenes Don Mario.

    la ardilla trepó las cortezas infectas tratando de encontrar un orificio por donde escapar. AH! Emanuel, la puta de tu abuela sí que sabía hacerla. Maldijo este roble con todo el poder de su líbido, más inmenso que la negrura de todas las almas del pasado. Será este nuestro fin querido hijo? no podemos sentarnos a esperar, abuelo; arremetió Emanuel.

    MIra! ves lo que yo veo, abuelo?
    parece un mensaje cifrado Emanuel, tienes idea de lo que puede significar?

    en la pared solo se dibujaba el borde de una figura fálica sin mayor sentido...
    pero para estas dos criaturas habría de significar mucho...
    -Emannuelito -dijo el abuelo- disculpa lo que te voy a decir, pero ¿eso es un choro?, o me engañan mis ojos con cataratas?
    - no abuelo, estás en los cierto, y me huele conocido.
    - ¿un choro conocido?, debe ser amigo entonces, haber, deja olerlo -el abuelo olfateó unos instante- ¡POR LAS BOLAS DE KING KONG!, pero si es el olor del sexo de tu abuela ctm!!.
    - abuelo, tranquilo -dijo Emannuel secando el sudor de la frente de la ardilla.

    Comenzaron a mirar directamente la figura casi marciana que se formaba, hasta que no puedieron seguir manteniendo la vista en ella, debido a un extraño brillo que ésta expulsaba...

    el brillo del anciano sexo cegó los ojos expectantes y curiosos de esos dos hombres, quienes no daban crédito a lo que veían.

    abuelo! la cosa se está abriendo, palpita! tiembla! supura, es la misma que me transportó a este lugar ¡quizas sea la salida abuelo!

    no sé emanuelito, tantos años intentando satisfacer sin lograrlo aquella adiposa cavidad, me tiene la moral por losm suelos y no sé si quiera adentrarme en ella nuevamente.
    pero abuelo! es la única forma que tenemos de salir de aquí, tienes que superarlo..

    por la xuxa weón es una vagina gigante!!!!!!!!!
    en qué cabeza cabe que haga esa weá!

    cálmate tata, nada de lo que a pasado tiene sentido, cómo esperas que lo tenga ahora...
    simplemente hagámoslo...

    la bestia y la ardilla se adentraron a los pegajosos caminos vaginales...
    - Puta la cuestión pa edionda tata, es como que no la hubiesen lavado en años.
    - me temo que así debe ser, por que yo era el encargado de hacerle el aseo a tu abuela.
    - Creo que ver unas lianas que nos pueden ayudar.
    - No son lianas hijo, son vellos, pero son igual de firmes, no te preocupes, y valgamonos de ellos para avanzar más rápido, me subiré en tu hombro, vamos.
    - abuelo, sujetate bien, iremos rápido.
    Partieron los dos adentrándose en la extraña, lúgubre y anciana caverna de carne. Avanzaron unos minutos, ayudados por los fluidos y vellos interiores, hasta que se encontraropn con una roca.
    - Llegamos a los riñones parece.
    - ¿Significa que estamos cerca? -preguntó ingenuamente Emannuel.
    - nosé si tanto, debo decir que en vida, había llegado bien adentró de tu abuela, pero nunca tanto...
     
  8. farrokha

    farrokha Usuario Casual nvl. 2
    87/163

    Registrado:
    1 Jun 2009
    Mensajes:
    7.063
    Me Gusta recibidos:
    4
    Habia una vez un niño llamado Emanuel, el cual tenia un jardin hermoSo y lleno de cadáveres de niños enterrados bajo la tierra del patio de su casa. Para el los niños eran de carne y huesos, pero, para todos los demas eran de juguete. Él relataba todos sus pasos en un diaro que escondía, bajo llave, en una gaveta dentro de su armario. Describía los rostros y los ojos de cada uno de los niños que...Cuidadosamente cortaba trozo por trozo, mientras les cantaba una vieja y conocida cancion de cuna... "Duermete Niño Duermete ya...". Emanuel siempre fué visto en su familia y el barrio como "el raro", y con el correr de los años su madre dejó de prestarle atención a su extraño comportamiento... que dejaba de manifiesto su oligofrenia, desde que empezo a cambiar su actitud, fue un vuelco para todos los que lo conocian. Pero si no fuera por ese tragico día en que Emanuel se despellejó los brazos para cubrir el frio plástico de los juguetes enterrados, nadie habria notado el real estado de locura en que se encontraba nuestro Emanuel.

    El bailoteo de las hojas otoñales en el viento húmedo de julio, hojas que con sus últimas fuerzas aferraban sus dorados dedos a las ramas de sus madres árbol, desgastaba el color del cielo gris y ensombrecía la ventana del ático por la que Emanuel contemplaba la callejuela en la que se encontraba su casa, mientras cocía hilos con piel y plástico, iluminado sólo por la luz plateada que dejaban entrever las nubes y la pequeña ventana de la habitación. Fue precisamente en esta habitación, en la que un día, martes 23 de marzo el "Ema" aprendió lo entretenido que era masturbarse viendo los cadáveres que en algún momento le causaron pesadillas... y día tras día, sumido en enfermizos pensamientos, contemplaba obsesionado la abrumadora belleza de la pequeña Isabella con el deseoso afán de sepultarla junto a su curiosa colección. Fue así como... atónito ante Isabella, cayó en un profundo trance que lo obligó a escribir sobre el piso, con un cuchillo, unos textos en una lengua muerta, casi desconocida...Su madre incitada por las habladurías de sus amigas, llamó a su amigo el cura, que al ver las escrituras de Emanuel, vio como todos sus temores se hacían realidad, y no dudó en sentenciar al pobre muchacho a...
    recuperar la cordura, recuperar su sitio entre la multitud y dejar atrás todas sus extrañas costumbres, las mismas que lo separan del mundo y lo transportan constantemente hacia las más escandalosas visiones... impuras, despues de una converzacion con el cura, Emanuel decide emprender el viaje hacia la cordura, pero el camino a seguir no seria tan facil, estaría lleno de tropiezos y cansancios, seria extenuante, pero con la ayuda de su madre todo sería mas facil.
    La madre tomo el crucifijo regalado por el cura y lo apretó fuerte en la frente Emannuel, el poderío del amuleto irrigó en la sienes del muchacho quien daba espasmos de dolor, sus venas se hincharon exageradamente y en su abdomen se podía ver que algo prisionero de sus carnes, saldría en cualquier moento...Entonces sucedió. Al principio su piel fue tomando un color verduzco y una textura putrefactafacta. Ante los ojos atónitos de su madre, que presenciaba inmóvil la transformación... unas garras se asomaron despedazando el vientre de Emannuel, arremetió con fuerza, desencajando consigo huesos y vértebras. El nacimiento de esta bestia acabó con con la vida del pequeño, ahora que se nutrió lo suficiente, era hora de actuar...
    Pero a pesar de la naturalezabestial del ser, en lo más recóndito de su mente brutal conservaba algunos de los recuerdos y los instintos más primitivos que de algún modo fueron la herencia del muchacho. Por esto, cuando pudo pararse sobre sus dos patas y lo primero que vió a la que fué su madre mirándolo estupefacta con el crucifijo aún inmóvil en la mano, su primer impulso de atacarla fué de alguna manera anulado por un extraño sentimiento evocado desde algún vago lugar de su cerebro, que ni el mismo sabría identificar.

    En su lugar, de sus labios nació una pregunta, ¿por qué estás tan seria, mamá? dijo, esbozando algo que sólo una mente enferma podría catalogar como una sonrisa.

    "Algo habremos de hacer con esa expresión tan opaca", dijo, y le abrió las mejillas de lado a lado con las garras que salían de lo que en algún momento fueron sus pulgares. Su madre se desplomó con el rostro despellejado, abierto de par en par, chorreando sangre por su cuello y hombros, y esparciendo un charco pegajoso por el suelo de la habitación. Una menos. Se acercó al cuerpo inerte de la madre y le arrancó de cuajo la tráquea
    - esto servirá, se dijo... (...) mientras golpeteaba el trozo de la mujer en su cabeza, pensando cuál sería su próxmo paso.

    Salió del lugar dando un gran salto por la ventana... y calló en un montón de hojas secas. De pronto su mano se topó con algo oculto entre las hojas que jamás imaginó que encontraría en el patio de su casa.
    Era un consolador de madera tallado en roble, el cuál tenía en un costado escrito “Rosalinda”, el nombre de su abuela muerta el año pasado. Pensó unos instantes y se dirigió corriendo a la estación de tren más cercana…

    la bestia se concentró en desvirtuar nuevamente su cuerpo y hacerlo aceptable para el ojo humano, volvio a ser un hombre... llevaba el trozo de madera entre sus manos, el tren avanzaba rumbo al sur... como un torrente de oscuros recuerdos llega hasta su mente el día aquel... es tarde cuando vio a su abuela Rosalinda extasiada introduciendo la pieza de madera en su interior, con la boca abierta y los ojos desorbitados

    Qué haces abuela?, gritó Emanuel. Pensé que alimentabas a los animales como dijiste!

    querido! tenía a un animal muy hambriento que alimentar, diez años de viudez no pasan en vano...

    El redescubrimiento de su abuela despertó en Emanuel un deseo indecente e irreprimible. Las ansias se le concentraron como fuego en las entrañas, y sin poder frenarla, la transformación se activó otra vez. La mayoría de los pasajeros dormitaba a esa hora, o estaban ensimismados en sus actividades, así que nadie se observó cómo la bestia se dirigía al últimos vagon; donde una ancianita minúscula se entretenía tejiendo unos calcetines de lana. Nadie escuchó tampoco el gemido de la anciana tuvo tiempo de gritar, cuando se sintío agarrada de las caderas, zamarreada brutalmete como un saco de harina y penetrada por una fuerza descomunal, en medio de una crujidera de huesos y articulaciones. Nadie se dió cuenta cómo su vientre reventó por la volumétrica descarga de la bestia. Nadie sintió tampoco a la bestia lanzando el malogrado cadáver por la ventana del tren. Sólo se despertaron cuando Emannuel volvía a su asiento, convertido en un niño otra vez, tarareando a viva voz una exasperante canción de Topo Gigio.

    Emanuel trataba de aquietar sus piernas temblorosas, pero el recuerdo de su abuela y de lo que acababa de hacer, lo llevaban de nuevo a su frenética danza mental, esa que se desplaza entre senos arrugados, vaginas flácidas y polvorientas por la dejación de los años... desde el día aquel, solo eso ocupaba su mente infantil... la anatomía senil de la mujer, deseaba los cuerpos atacados por los años, mientras más viejas mejor.
    Levanta la mirada entonces y advierte que la mujer del frente abre los ojos, una tierna viejita que se acomoda la protesis sin verguenza...

    emannuel: quieres un acomodo definitivo, vieja conxetumadre????
    no termina de decir aquellas palabras y le ensarta el consolador en la boca a la pobre abuelita.

    emanuel: a ver si con eso se te traba la quijada!!!-
    "No sabís con la chichita que te tai curando, aweonao"- se escuchó un grito a lo lejos. Un hombre se acercaba corriendo a Emannuel.
    - ¿Que wea tai haciendo sapo e mierda?, te gustan viejitas ctm?!!.- dijo el hombre en tono frenético.
    - Tranquilo amigo, la señora me lo pidió- Emannuel salió corriendo.
    "esto es demasiado para mí, se decía "Ema".
    y saltó del tren, pues le quedaba poco para llegar y podía hacerlo por su cuenta, necesitaba pensar.

    hay abuela! mi fogosa e insaciable querida abuela, por qué mi hiciste este daño tan tremendo!.
    Emannuel había avanzado bastante caminando, pero tuvo que deterne, al verse frente a un árbol gigante e imponente. El árbolr provocó al extraño en el interior de Emannuel, sintió como que algo lo llamaba a "examinarlo". Emannuel se acercó al árbol y comenzó a acariarle la corteza, empezó a dar vuelta y de lo miraba tiernamente. fue en una de estas miradas, cuando levantó la cabeza, y vió a unos 4 metros de alto, que al árbol le faltaba un pedazo, escaló hasta el lugar, y notó, para su total desconcierto, que el pedazo que faltaba tenía la forma del consolador de su abuela.

    trepó hasta el lugar y sin pensarlo hizo calzar la pieza en aquel recodo, extrañamente, a pesar del tallado del consolador, el espacio se acomodó para reibir el trozo parte de aquel arbol melenario. Canto de ánimas se escucharon por los alrededores, alaridos del climax de las constelaciones crepusculares, esas invisibles e indefinibles; que sin embargo alli estaban armonizando el mágico moemento. Las ramas del roble abrazaron el cuerpo de emannuel, nuevamente transfigurado y convertido en bestia. Se abró en medio de su corteza una gran galaxia húmeda y viscosa como la de su abuela y succionó el cuerpo de lafiera...
    Emannuel cayó durante 2 minutos en el vacío, hasta que tocó fondo contra una especie de líquido blanquesino y viscoso, Emannuel quedó empapado y ediondo.
    Vio de pronto a una ardilla acercarse a él.
    - ¿Quién eres puto humano?-dijo mirando a los ojos a Emannuel-
    - ¿Puees hablar?-
    - y además imbécil, obviamente.
    - Que belleza.
    - Y tú, que belleza de Gran Inútil. Ya, dime quién chucha eres.
    - Emannuel... animal culiao.
    - yo que tú, no le faltaría el respeto al dueño de casa.
    - Tranquilo papá.

    ya me cansó esta estúpida conversación, dime quien eres!


    ten más cuidado conmigo muchacho, si estás aquí no es por coincidencia, sino por el bendito capricho de tu abuela Rosalinda. La muy desalmada me condenó a vivir entre sus espesuras convertido en este mariconazo animal, sólo porque no le daba como bombo en fiesta ada vez que la muy zorra andaba antojada. Ni te explico cómo tantos años de fricción hicieron de mi compañero una mierda, tanto me lo gastó esa perfida que entre los sueltos cueros de ella y los mios, te hicimos aquel charango en navidad que tanto te gustaba tocar!

    emanuel: viejo abuelo!!!!!! eres tú????
    - El mismo que canta y baila -contesta la ardilla- y no me webees.
    - ¡Abuelito! -lagrimas aparecieron en los ojos de Emannuel- estuve mucho tiempoe sperando este momento.
    - ya, paremos tanta mariconería, y ayudame, tenemos que buscar como salir de este árbil reculiao.
    - a sus órdenes Don Mario.

    la ardilla trepó las cortezas infectas tratando de encontrar un orificio por donde escapar. AH! Emanuel, la puta de tu abuela sí que sabía hacerla. Maldijo este roble con todo el poder de su líbido, más inmenso que la negrura de todas las almas del pasado. Será este nuestro fin querido hijo? no podemos sentarnos a esperar, abuelo; arremetió Emanuel.

    MIra! ves lo que yo veo, abuelo?
    parece un mensaje cifrado Emanuel, tienes idea de lo que puede significar?

    en la pared solo se dibujaba el borde de una figura fálica sin mayor sentido...
    pero para estas dos criaturas habría de significar mucho...
    -Emannuelito -dijo el abuelo- disculpa lo que te voy a decir, pero ¿eso es un choro?, o me engañan mis ojos con cataratas?
    - no abuelo, estás en los cierto, y me huele conocido.
    - ¿un choro conocido?, debe ser amigo entonces, haber, deja olerlo -el abuelo olfateó unos instante- ¡POR LAS BOLAS DE KING KONG!, pero si es el olor del sexo de tu abuela ctm!!.
    - abuelo, tranquilo -dijo Emannuel secando el sudor de la frente de la ardilla.

    Comenzaron a mirar directamente la figura casi marciana que se formaba, hasta que no puedieron seguir manteniendo la vista en ella, debido a un extraño brillo que ésta expulsaba...
    Habia una vez un niño llamado Emanuel, el cual tenia un jardin hermoSo y lleno de cadáveres de niños enterrados bajo la tierra del patio de su casa. Para el los niños eran de carne y huesos, pero, para todos los demas eran de juguete. Él relataba todos sus pasos en un diaro que escondía, bajo llave, en una gaveta dentro de su armario. Describía los rostros y los ojos de cada uno de los niños que...Cuidadosamente cortaba trozo por trozo, mientras les cantaba una vieja y conocida cancion de cuna... "Duermete Niño Duermete ya...". Emanuel siempre fué visto en su familia y el barrio como "el raro", y con el correr de los años su madre dejó de prestarle atención a su extraño comportamiento... que dejaba de manifiesto su oligofrenia, desde que empezo a cambiar su actitud, fue un vuelco para todos los que lo conocian. Pero si no fuera por ese tragico día en que Emanuel se despellejó los brazos para cubrir el frio plástico de los juguetes enterrados, nadie habria notado el real estado de locura en que se encontraba nuestro Emanuel.

    El bailoteo de las hojas otoñales en el viento húmedo de julio, hojas que con sus últimas fuerzas aferraban sus dorados dedos a las ramas de sus madres árbol, desgastaba el color del cielo gris y ensombrecía la ventana del ático por la que Emanuel contemplaba la callejuela en la que se encontraba su casa, mientras cocía hilos con piel y plástico, iluminado sólo por la luz plateada que dejaban entrever las nubes y la pequeña ventana de la habitación. Fue precisamente en esta habitación, en la que un día, martes 23 de marzo el "Ema" aprendió lo entretenido que era masturbarse viendo los cadáveres que en algún momento le causaron pesadillas... y día tras día, sumido en enfermizos pensamientos, contemplaba obsesionado la abrumadora belleza de la pequeña Isabella con el deseoso afán de sepultarla junto a su curiosa colección. Fue así como... atónito ante Isabella, cayó en un profundo trance que lo obligó a escribir sobre el piso, con un cuchillo, unos textos en una lengua muerta, casi desconocida...Su madre incitada por las habladurías de sus amigas, llamó a su amigo el cura, que al ver las escrituras de Emanuel, vio como todos sus temores se hacían realidad, y no dudó en sentenciar al pobre muchacho a...
    recuperar la cordura, recuperar su sitio entre la multitud y dejar atrás todas sus extrañas costumbres, las mismas que lo separan del mundo y lo transportan constantemente hacia las más escandalosas visiones... impuras, despues de una converzacion con el cura, Emanuel decide emprender el viaje hacia la cordura, pero el camino a seguir no seria tan facil, estaría lleno de tropiezos y cansancios, seria extenuante, pero con la ayuda de su madre todo sería mas facil.
    La madre tomo el crucifijo regalado por el cura y lo apretó fuerte en la frente Emannuel, el poderío del amuleto irrigó en la sienes del muchacho quien daba espasmos de dolor, sus venas se hincharon exageradamente y en su abdomen se podía ver que algo prisionero de sus carnes, saldría en cualquier moento...Entonces sucedió. Al principio su piel fue tomando un color verduzco y una textura putrefactafacta. Ante los ojos atónitos de su madre, que presenciaba inmóvil la transformación... unas garras se asomaron despedazando el vientre de Emannuel, arremetió con fuerza, desencajando consigo huesos y vértebras. El nacimiento de esta bestia acabó con con la vida del pequeño, ahora que se nutrió lo suficiente, era hora de actuar...
    Pero a pesar de la naturalezabestial del ser, en lo más recóndito de su mente brutal conservaba algunos de los recuerdos y los instintos más primitivos que de algún modo fueron la herencia del muchacho. Por esto, cuando pudo pararse sobre sus dos patas y lo primero que vió a la que fué su madre mirándolo estupefacta con el crucifijo aún inmóvil en la mano, su primer impulso de atacarla fué de alguna manera anulado por un extraño sentimiento evocado desde algún vago lugar de su cerebro, que ni el mismo sabría identificar.

    En su lugar, de sus labios nació una pregunta, ¿por qué estás tan seria, mamá? dijo, esbozando algo que sólo una mente enferma podría catalogar como una sonrisa.

    "Algo habremos de hacer con esa expresión tan opaca", dijo, y le abrió las mejillas de lado a lado con las garras que salían de lo que en algún momento fueron sus pulgares. Su madre se desplomó con el rostro despellejado, abierto de par en par, chorreando sangre por su cuello y hombros, y esparciendo un charco pegajoso por el suelo de la habitación. Una menos. Se acercó al cuerpo inerte de la madre y le arrancó de cuajo la tráquea
    - esto servirá, se dijo... (...) mientras golpeteaba el trozo de la mujer en su cabeza, pensando cuál sería su próxmo paso.

    Salió del lugar dando un gran salto por la ventana... y calló en un montón de hojas secas. De pronto su mano se topó con algo oculto entre las hojas que jamás imaginó que encontraría en el patio de su casa. Era un consolador de madera tallado en roble, el cuál tenía en un costado escrito “Rosalinda”, el nombre de su abuela muerta el año pasado. Pensó unos instantes y se dirigió corriendo a la estación de tren más cercana…

    la bestia se concentró en desvirtuar nuevamente su cuerpo y hacerlo aceptable para el ojo humano, volvio a ser un hombre... llevaba el trozo de madera entre sus manos, el tren avanzaba rumbo al sur... como un torrente de oscuros recuerdos llega hasta su mente el día aquel... es tarde cuando vio a su abuela Rosalinda extasiada introduciendo la pieza de madera en su interior, con la boca abierta y los ojos desorbitados

    Qué haces abuela?, gritó Emanuel. Pensé que alimentabas a los animales como dijiste!

    querido! tenía a un animal muy hambriento que alimentar, diez años de viudez no pasan en vano...

    El redescubrimiento de su abuela despertó en Emanuel un deseo indecente e irreprimible. Las ansias se le concentraron como fuego en las entrañas, y sin poder frenarla, la transformación se activó otra vez. La mayoría de los pasajeros dormitaba a esa hora, o estaban ensimismados en sus actividades, así que nadie se observó cómo la bestia se dirigía al últimos vagon; donde una ancianita minúscula se entretenía tejiendo unos calcetines de lana. Nadie escuchó tampoco el gemido de la anciana tuvo tiempo de gritar, cuando se sintío agarrada de las caderas, zamarreada brutalmete como un saco de harina y penetrada por una fuerza descomunal, en medio de una crujidera de huesos y articulaciones. Nadie se dió cuenta cómo su vientre reventó por la volumétrica descarga de la bestia. Nadie sintió tampoco a la bestia lanzando el malogrado cadáver por la ventana del tren. Sólo se despertaron cuando Emannuel volvía a su asiento, convertido en un niño otra vez, tarareando a viva voz una exasperante canción de Topo Gigio.

    Emanuel trataba de aquietar sus piernas temblorosas, pero el recuerdo de su abuela y de lo que acababa de hacer, lo llevaban de nuevo a su frenética danza mental, esa que se desplaza entre senos arrugados, vaginas flácidas y polvorientas por la dejación de los años... desde el día aquel, solo eso ocupaba su mente infantil... la anatomía senil de la mujer, deseaba los cuerpos atacados por los años, mientras más viejas mejor.
    Levanta la mirada entonces y advierte que la mujer del frente abre los ojos, una tierna viejita que se acomoda la protesis sin verguenza...

    emannuel: quieres un acomodo definitivo, vieja conxetumadre????
    no termina de decir aquellas palabras y le ensarta el consolador en la boca a la pobre abuelita.

    emanuel: a ver si con eso se te traba la quijada!!!-
    "No sabís con la chichita que te tai curando, aweonao"- se escuchó un grito a lo lejos. Un hombre se acercaba corriendo a Emannuel.
    - ¿Que wea tai haciendo sapo e mierda?, te gustan viejitas ctm?!!.- dijo el hombre en tono frenético.
    - Tranquilo amigo, la señora me lo pidió- Emannuel salió corriendo.
    "esto es demasiado para mí, se decía "Ema".
    y saltó del tren, pues le quedaba poco para llegar y podía hacerlo por su cuenta, necesitaba pensar.

    hay abuela! mi fogosa e insaciable querida abuela, por qué mi hiciste este daño tan tremendo!.
    Emannuel había avanzado bastante caminando, pero tuvo que deterne, al verse frente a un árbol gigante e imponente. El árbolr provocó al extraño en el interior de Emannuel, sintió como que algo lo llamaba a "examinarlo". Emannuel se acercó al árbol y comenzó a acariarle la corteza, empezó a dar vuelta y de lo miraba tiernamente. fue en una de estas miradas, cuando levantó la cabeza, y vió a unos 4 metros de alto, que al árbol le faltaba un pedazo, escaló hasta el lugar, y notó, para su total desconcierto, que el pedazo que faltaba tenía la forma del consolador de su abuela.

    trepó hasta el lugar y sin pensarlo hizo calzar la pieza en aquel recodo, extrañamente, a pesar del tallado del consolador, el espacio se acomodó para reibir el trozo parte de aquel arbol melenario. Canto de ánimas se escucharon por los alrededores, alaridos del climax de las constelaciones crepusculares, esas invisibles e indefinibles; que sin embargo alli estaban armonizando el mágico moemento. Las ramas del roble abrazaron el cuerpo de emannuel, nuevamente transfigurado y convertido en bestia. Se abró en medio de su corteza una gran galaxia húmeda y viscosa como la de su abuela y succionó el cuerpo de lafiera... Emannuel cayó durante 2 minutos en el vacío, hasta que tocó fondo contra una especie de líquido blanquesino y viscoso, Emannuel quedó empapado y ediondo.
    Vio de pronto a una ardilla acercarse a él.
    - ¿Quién eres puto humano?-dijo mirando a los ojos a Emannuel-
    - ¿Puees hablar?-
    - y además imbécil, obviamente.
    - Que belleza.
    - Y tú, que belleza de Gran Inútil. Ya, dime quién chucha eres.
    - Emannuel... animal culiao.
    - yo que tú, no le faltaría el respeto al dueño de casa.
    - Tranquilo papá.

    ya me cansó esta estúpida conversación, dime quien eres!

    ten más cuidado conmigo muchacho, si estás aquí no es por coincidencia, sino por el bendito capricho de tu abuela Rosalinda. La muy desalmada me condenó a vivir entre sus espesuras convertido en este mariconazo animal, sólo porque no le daba como bombo en fiesta ada vez que la muy zorra andaba antojada. Ni te explico cómo tantos años de fricción hicieron de mi compañero una mierda, tanto me lo gastó esa perfida que entre los sueltos cueros de ella y los mios, te hicimos aquel charango en navidad que tanto te gustaba tocar!

    emanuel: viejo abuelo!!!!!! eres tú????
    - El mismo que canta y baila -contesta la ardilla- y no me webees.
    - ¡Abuelito! -lagrimas aparecieron en los ojos de Emannuel- estuve mucho tiempoe sperando este momento.
    - ya, paremos tanta mariconería, y ayudame, tenemos que buscar como salir de este árbil reculiao.
    - a sus órdenes Don Mario.

    la ardilla trepó las cortezas infectas tratando de encontrar un orificio por donde escapar. AH! Emanuel, la puta de tu abuela sí que sabía hacerla. Maldijo este roble con todo el poder de su líbido, más inmenso que la negrura de todas las almas del pasado. Será este nuestro fin querido hijo? no podemos sentarnos a esperar, abuelo; arremetió Emanuel.

    MIra! ves lo que yo veo, abuelo?
    parece un mensaje cifrado Emanuel, tienes idea de lo que puede significar?

    en la pared solo se dibujaba el borde de una figura fálica sin mayor sentido...
    pero para estas dos criaturas habría de significar mucho...
    -Emannuelito -dijo el abuelo- disculpa lo que te voy a decir, pero ¿eso es un choro?, o me engañan mis ojos con cataratas?

    - no abuelo, estás en los cierto, y me huele conocido.
    - ¿un choro conocido?, debe ser amigo entonces, haber, deja olerlo -el abuelo olfateó unos instante- ¡POR LAS BOLAS DE KING KONG!, pero si es el olor del sexo de tu abuela ctm!!.
    - abuelo, tranquilo -dijo Emannuel secando el sudor de la frente de la ardilla.

    Comenzaron a mirar directamente la figura casi marciana que se formaba, hasta que no puedieron seguir manteniendo la vista en ella, debido a un extraño brillo que ésta expulsaba...

    el brillo del anciano sexo cegó los ojos expectantes y curiosos de esos dos hombres, quienes no daban crédito a lo que veían.

    abuelo! la cosa se está abriendo, palpita! tiembla! supura, es la misma que me transportó a este lugar ¡quizas sea la salida abuelo!

    no sé emanuelito, tantos años intentando satisfacer sin lograrlo aquella adiposa cavidad, me tiene la moral por losm suelos y no sé si quiera adentrarme en ella nuevamente.
    pero abuelo! es la única forma que tenemos de salir de aquí, tienes que superarlo..

    por la xuxa weón es una vagina gigante!!!!!!!!!
    en qué cabeza cabe que haga esa weá!

    cálmate tata, nada de lo que a pasado tiene sentido, cómo esperas que lo tenga ahora...
    simplemente hagámoslo...

    la bestia y la ardilla se adentraron a los pegajosos caminos vaginales...
    - Puta la cuestión pa edionda tata, es como que no la hubiesen lavado en años.
    - me temo que así debe ser, por que yo era el encargado de hacerle el aseo a tu abuela.
    - Creo que ver unas lianas que nos pueden ayudar.
    - No son lianas hijo, son vellos, pero son igual de firmes, no te preocupes, y valgamonos de ellos para avanzar más rápido, me subiré en tu hombro, vamos.
    - abuelo, sujetate bien, iremos rápido.
    Partieron los dos adentrándose en la extraña, lúgubre y anciana caverna de carne. Avanzaron unos minutos, ayudados por los fluidos y vellos interiores, hasta que se encontraropn con una roca.
    - Llegamos a los riñones parece.
    - ¿Significa que estamos cerca? -preguntó ingenuamente Emannuel.
    - nosé si tanto, debo decir que en vida, había llegado bien adentró de tu abuela, pero nunca tanto.

    Es que tu abuela parece no tener fondo!, como cresta le iba a producir si quiera cosquillas con tremendo forado pues hijo, quién le habrá taladrado tanto la enrepierna??? habrá sido el Esaúl, o más conocido como el "Coronta" en el barrio...(¿?)

    abuelo! no es tiempo de elucubrar conjeturas, y concentrate en esacapar de aquí...

    mira abuelo! efectivamente estabas equivocado!, no son los riñones, sino un objeto extraño... veamos qué es...
     
  9. [M]auro.SS

    [M]auro.SS Usuario Habitual nvl.3 ★
    187/244

    Registrado:
    11 Ago 2008
    Mensajes:
    15.966
    Me Gusta recibidos:
    2
    Habia una vez un niño llamado Emanuel, el cual tenia un jardin hermoSo y lleno de cadáveres de niños enterrados bajo la tierra del patio de su casa. Para el los niños eran de carne y huesos, pero, para todos los demas eran de juguete. Él relataba todos sus pasos en un diaro que escondía, bajo llave, en una gaveta dentro de su armario. Describía los rostros y los ojos de cada uno de los niños que...Cuidadosamente cortaba trozo por trozo, mientras les cantaba una vieja y conocida cancion de cuna... "Duermete Niño Duermete ya...". Emanuel siempre fué visto en su familia y el barrio como "el raro", y con el correr de los años su madre dejó de prestarle atención a su extraño comportamiento... que dejaba de manifiesto su oligofrenia, desde que empezo a cambiar su actitud, fue un vuelco para todos los que lo conocian. Pero si no fuera por ese tragico día en que Emanuel se despellejó los brazos para cubrir el frio plástico de los juguetes enterrados, nadie habria notado el real estado de locura en que se encontraba nuestro Emanuel.

    El bailoteo de las hojas otoñales en el viento húmedo de julio, hojas que con sus últimas fuerzas aferraban sus dorados dedos a las ramas de sus madres árbol, desgastaba el color del cielo gris y ensombrecía la ventana del ático por la que Emanuel contemplaba la callejuela en la que se encontraba su casa, mientras cocía hilos con piel y plástico, iluminado sólo por la luz plateada que dejaban entrever las nubes y la pequeña ventana de la habitación. Fue precisamente en esta habitación, en la que un día, martes 23 de marzo el "Ema" aprendió lo entretenido que era masturbarse viendo los cadáveres que en algún momento le causaron pesadillas... y día tras día, sumido en enfermizos pensamientos, contemplaba obsesionado la abrumadora belleza de la pequeña Isabella con el deseoso afán de sepultarla junto a su curiosa colección. Fue así como... atónito ante Isabella, cayó en un profundo trance que lo obligó a escribir sobre el piso, con un cuchillo, unos textos en una lengua muerta, casi desconocida...Su madre incitada por las habladurías de sus amigas, llamó a su amigo el cura, que al ver las escrituras de Emanuel, vio como todos sus temores se hacían realidad, y no dudó en sentenciar al pobre muchacho a...
    recuperar la cordura, recuperar su sitio entre la multitud y dejar atrás todas sus extrañas costumbres, las mismas que lo separan del mundo y lo transportan constantemente hacia las más escandalosas visiones... impuras, despues de una converzacion con el cura, Emanuel decide emprender el viaje hacia la cordura, pero el camino a seguir no seria tan facil, estaría lleno de tropiezos y cansancios, seria extenuante, pero con la ayuda de su madre todo sería mas facil.
    La madre tomo el crucifijo regalado por el cura y lo apretó fuerte en la frente Emannuel, el poderío del amuleto irrigó en la sienes del muchacho quien daba espasmos de dolor, sus venas se hincharon exageradamente y en su abdomen se podía ver que algo prisionero de sus carnes, saldría en cualquier moento...Entonces sucedió. Al principio su piel fue tomando un color verduzco y una textura putrefactafacta. Ante los ojos atónitos de su madre, que presenciaba inmóvil la transformación... unas garras se asomaron despedazando el vientre de Emannuel, arremetió con fuerza, desencajando consigo huesos y vértebras. El nacimiento de esta bestia acabó con con la vida del pequeño, ahora que se nutrió lo suficiente, era hora de actuar...
    Pero a pesar de la naturalezabestial del ser, en lo más recóndito de su mente brutal conservaba algunos de los recuerdos y los instintos más primitivos que de algún modo fueron la herencia del muchacho. Por esto, cuando pudo pararse sobre sus dos patas y lo primero que vió a la que fué su madre mirándolo estupefacta con el crucifijo aún inmóvil en la mano, su primer impulso de atacarla fué de alguna manera anulado por un extraño sentimiento evocado desde algún vago lugar de su cerebro, que ni el mismo sabría identificar.

    En su lugar, de sus labios nació una pregunta, ¿por qué estás tan seria, mamá? dijo, esbozando algo que sólo una mente enferma podría catalogar como una sonrisa.

    "Algo habremos de hacer con esa expresión tan opaca", dijo, y le abrió las mejillas de lado a lado con las garras que salían de lo que en algún momento fueron sus pulgares. Su madre se desplomó con el rostro despellejado, abierto de par en par, chorreando sangre por su cuello y hombros, y esparciendo un charco pegajoso por el suelo de la habitación. Una menos. Se acercó al cuerpo inerte de la madre y le arrancó de cuajo la tráquea
    - esto servirá, se dijo... (...) mientras golpeteaba el trozo de la mujer en su cabeza, pensando cuál sería su próxmo paso.

    Salió del lugar dando un gran salto por la ventana... y calló en un montón de hojas secas. De pronto su mano se topó con algo oculto entre las hojas que jamás imaginó que encontraría en el patio de su casa. Era un consolador de madera tallado en roble, el cuál tenía en un costado escrito “Rosalinda”, el nombre de su abuela muerta el año pasado. Pensó unos instantes y se dirigió corriendo a la estación de tren más cercana…

    la bestia se concentró en desvirtuar nuevamente su cuerpo y hacerlo aceptable para el ojo humano, volvio a ser un hombre... llevaba el trozo de madera entre sus manos, el tren avanzaba rumbo al sur... como un torrente de oscuros recuerdos llega hasta su mente el día aquel... es tarde cuando vio a su abuela Rosalinda extasiada introduciendo la pieza de madera en su interior, con la boca abierta y los ojos desorbitados

    Qué haces abuela?, gritó Emanuel. Pensé que alimentabas a los animales como dijiste!

    querido! tenía a un animal muy hambriento que alimentar, diez años de viudez no pasan en vano...

    El redescubrimiento de su abuela despertó en Emanuel un deseo indecente e irreprimible. Las ansias se le concentraron como fuego en las entrañas, y sin poder frenarla, la transformación se activó otra vez. La mayoría de los pasajeros dormitaba a esa hora, o estaban ensimismados en sus actividades, así que nadie se observó cómo la bestia se dirigía al últimos vagon; donde una ancianita minúscula se entretenía tejiendo unos calcetines de lana. Nadie escuchó tampoco el gemido de la anciana tuvo tiempo de gritar, cuando se sintío agarrada de las caderas, zamarreada brutalmete como un saco de harina y penetrada por una fuerza descomunal, en medio de una crujidera de huesos y articulaciones. Nadie se dió cuenta cómo su vientre reventó por la volumétrica descarga de la bestia. Nadie sintió tampoco a la bestia lanzando el malogrado cadáver por la ventana del tren. Sólo se despertaron cuando Emannuel volvía a su asiento, convertido en un niño otra vez, tarareando a viva voz una exasperante canción de Topo Gigio.

    Emanuel trataba de aquietar sus piernas temblorosas, pero el recuerdo de su abuela y de lo que acababa de hacer, lo llevaban de nuevo a su frenética danza mental, esa que se desplaza entre senos arrugados, vaginas flácidas y polvorientas por la dejación de los años... desde el día aquel, solo eso ocupaba su mente infantil... la anatomía senil de la mujer, deseaba los cuerpos atacados por los años, mientras más viejas mejor.
    Levanta la mirada entonces y advierte que la mujer del frente abre los ojos, una tierna viejita que se acomoda la protesis sin verguenza...

    emannuel: quieres un acomodo definitivo, vieja conxetumadre????
    no termina de decir aquellas palabras y le ensarta el consolador en la boca a la pobre abuelita.

    emanuel: a ver si con eso se te traba la quijada!!!-
    "No sabís con la chichita que te tai curando, aweonao"- se escuchó un grito a lo lejos. Un hombre se acercaba corriendo a Emannuel.
    - ¿Que wea tai haciendo sapo e mierda?, te gustan viejitas ctm?!!.- dijo el hombre en tono frenético.
    - Tranquilo amigo, la señora me lo pidió- Emannuel salió corriendo.
    "esto es demasiado para mí, se decía "Ema".

    y saltó del tren, pues le quedaba poco para llegar y podía hacerlo por su cuenta, necesitaba pensar.

    hay abuela! mi fogosa e insaciable querida abuela, por qué mi hiciste este daño tan tremendo!.
    Emannuel había avanzado bastante caminando, pero tuvo que deterne, al verse frente a un árbol gigante e imponente. El árbolr provocó al extraño en el interior de Emannuel, sintió como que algo lo llamaba a "examinarlo". Emannuel se acercó al árbol y comenzó a acariarle la corteza, empezó a dar vuelta y de lo miraba tiernamente. fue en una de estas miradas, cuando levantó la cabeza, y vió a unos 4 metros de alto, que al árbol le faltaba un pedazo, escaló hasta el lugar, y notó, para su total desconcierto, que el pedazo que faltaba tenía la forma del consolador de su abuela.

    trepó hasta el lugar y sin pensarlo hizo calzar la pieza en aquel recodo, extrañamente, a pesar del tallado del consolador, el espacio se acomodó para reibir el trozo parte de aquel arbol melenario. Canto de ánimas se escucharon por los alrededores, alaridos del climax de las constelaciones crepusculares, esas invisibles e indefinibles; que sin embargo alli estaban armonizando el mágico moemento. Las ramas del roble abrazaron el cuerpo de emannuel, nuevamente transfigurado y convertido en bestia. Se abró en medio de su corteza una gran galaxia húmeda y viscosa como la de su abuela y succionó el cuerpo de lafiera... Emannuel cayó durante 2 minutos en el vacío, hasta que tocó fondo contra una especie de líquido blanquesino y viscoso, Emannuel quedó empapado y ediondo.
    Vio de pronto a una ardilla acercarse a él.
    - ¿Quién eres puto humano?-dijo mirando a los ojos a Emannuel-
    - ¿Puees hablar?-
    - y además imbécil, obviamente.
    - Que belleza.
    - Y tú, que belleza de Gran Inútil. Ya, dime quién chucha eres.
    - Emannuel... animal culiao.
    - yo que tú, no le faltaría el respeto al dueño de casa.
    - Tranquilo papá.


    ya me cansó esta estúpida conversación, dime quien eres!

    ten más cuidado conmigo muchacho, si estás aquí no es por coincidencia, sino por el bendito capricho de tu abuela Rosalinda. La muy desalmada me condenó a vivir entre sus espesuras convertido en este mariconazo animal, sólo porque no le daba como bombo en fiesta ada vez que la muy zorra andaba antojada. Ni te explico cómo tantos años de fricción hicieron de mi compañero una mierda, tanto me lo gastó esa perfida que entre los sueltos cueros de ella y los mios, te hicimos aquel charango en navidad que tanto te gustaba tocar!

    emanuel: viejo abuelo!!!!!! eres tú????
    - El mismo que canta y baila -contesta la ardilla- y no me webees.
    - ¡Abuelito! -lagrimas aparecieron en los ojos de Emannuel- estuve mucho tiempoe sperando este momento.
    - ya, paremos tanta mariconería, y ayudame, tenemos que buscar como salir de este árbil reculiao.
    - a sus órdenes Don Mario.


    la ardilla trepó las cortezas infectas tratando de encontrar un orificio por donde escapar. AH! Emanuel, la puta de tu abuela sí que sabía hacerla. Maldijo este roble con todo el poder de su líbido, más inmenso que la negrura de todas las almas del pasado. Será este nuestro fin querido hijo? no podemos sentarnos a esperar, abuelo; arremetió Emanuel.

    MIra! ves lo que yo veo, abuelo?
    parece un mensaje cifrado Emanuel, tienes idea de lo que puede significar?

    en la pared solo se dibujaba el borde de una figura fálica sin mayor sentido...
    pero para estas dos criaturas habría de significar mucho...
    -Emannuelito -dijo el abuelo- disculpa lo que te voy a decir, pero ¿eso es un choro?, o me engañan mis ojos con cataratas?

    - no abuelo, estás en los cierto, y me huele conocido.
    - ¿un choro conocido?, debe ser amigo entonces, haber, deja olerlo -el abuelo olfateó unos instante- ¡POR LAS BOLAS DE KING KONG!, pero si es el olor del sexo de tu abuela ctm!!.
    - abuelo, tranquilo -dijo Emannuel secando el sudor de la frente de la ardilla.

    Comenzaron a mirar directamente la figura casi marciana que se formaba, hasta que no puedieron seguir manteniendo la vista en ella, debido a un extraño brillo que ésta expulsaba...

    el brillo del anciano sexo cegó los ojos expectantes y curiosos de esos dos hombres, quienes no daban crédito a lo que veían.

    abuelo! la cosa se está abriendo, palpita! tiembla! supura, es la misma que me transportó a este lugar ¡quizas sea la salida abuelo!

    no sé emanuelito, tantos años intentando satisfacer sin lograrlo aquella adiposa cavidad, me tiene la moral por losm suelos y no sé si quiera adentrarme en ella nuevamente.
    pero abuelo! es la única forma que tenemos de salir de aquí, tienes que superarlo..

    por la xuxa weón es una vagina gigante!!!!!!!!!
    en qué cabeza cabe que haga esa weá!

    cálmate tata, nada de lo que a pasado tiene sentido, cómo esperas que lo tenga ahora...
    simplemente hagámoslo...

    la bestia y la ardilla se adentraron a los pegajosos caminos vaginales...
    - Puta la cuestión pa edionda tata, es como que no la hubiesen lavado en años.
    - me temo que así debe ser, por que yo era el encargado de hacerle el aseo a tu abuela.
    - Creo que ver unas lianas que nos pueden ayudar.
    - No son lianas hijo, son vellos, pero son igual de firmes, no te preocupes, y valgamonos de ellos para avanzar más rápido, me subiré en tu hombro, vamos.
    - abuelo, sujetate bien, iremos rápido.
    Partieron los dos adentrándose en la extraña, lúgubre y anciana caverna de carne. Avanzaron unos minutos, ayudados por los fluidos y vellos interiores, hasta que se encontraropn con una roca.
    - Llegamos a los riñones parece.
    - ¿Significa que estamos cerca? -preguntó ingenuamente Emannuel.
    - nosé si tanto, debo decir que en vida, había llegado bien adentró de tu abuela, pero nunca tanto.

    Es que tu abuela parece no tener fondo!, como cresta le iba a producir si quiera cosquillas con tremendo forado pues hijo, quién le habrá taladrado tanto la enrepierna??? habrá sido el Esaúl, o más conocido como el "Coronta" en el barrio...(¿?)
    -abuelo! no es tiempo de elucubrar conjeturas, y concentrate en esacapar de aquí...
    mira abuelo! efectivamente estabas equivocado!, no son los riñones, sino un objeto extraño... veamos qué es...
    Se acercaron lentamente al exraño objeto, lenta y cautelosamente, ayq eu existían las posibilidades de que tubiee vida. El Abuelo se bajó dle hombro de Emannuel, y aprovechando su escueto tamaño trepó rápidamente en la, hasta el momento, "roca", se quedó parado en la cúspide.
    - Venaiga Dios emannuelito, chitas la vista pa bonita conchemimare.- unas lagrimas rodaron por los ojos del abuelo- si se parece a la fábrica donde trabajé, para los chocolates Wonka.
    - pero, ¿qué se vé dese ahí?, ¿alguna salida?-preguntó atacantemen Emannuel.
    - Aver... nosé... es que... ah, si, a lo lejos se vé un forao, capacito que esa sea la escapatoria que buscamos.
    - ¿y está muy lejos?.
    - ni tanto, deja bajarme y te enseño el caminito.-el abuelo bajó tan rápido como pudo.
    Espezaron a caminar y de pronto escucharon una voz ronca que decía: "HOLA, QUE HACEN". Emannuel y el abuelo se dieron vuelta, entumesidos de miedo.
    - Quién chucha es?!-gritó el abuelo mientras se persignaba...
     
  10. farrokha

    farrokha Usuario Casual nvl. 2
    87/163

    Registrado:
    1 Jun 2009
    Mensajes:
    7.063
    Me Gusta recibidos:
    4
    Habia una vez un niño llamado Emanuel, el cual tenia un jardin hermoSo y lleno de cadáveres de niños enterrados bajo la tierra del patio de su casa. Para el los niños eran de carne y huesos, pero, para todos los demas eran de juguete. Él relataba todos sus pasos en un diaro que escondía, bajo llave, en una gaveta dentro de su armario. Describía los rostros y los ojos de cada uno de los niños que...Cuidadosamente cortaba trozo por trozo, mientras les cantaba una vieja y conocida cancion de cuna... "Duermete Niño Duermete ya...". Emanuel siempre fué visto en su familia y el barrio como "el raro", y con el correr de los años su madre dejó de prestarle atención a su extraño comportamiento... que dejaba de manifiesto su oligofrenia, desde que empezo a cambiar su actitud, fue un vuelco para todos los que lo conocian. Pero si no fuera por ese tragico día en que Emanuel se despellejó los brazos para cubrir el frio plástico de los juguetes enterrados, nadie habria notado el real estado de locura en que se encontraba nuestro Emanuel.

    El bailoteo de las hojas otoñales en el viento húmedo de julio, hojas que con sus últimas fuerzas aferraban sus dorados dedos a las ramas de sus madres árbol, desgastaba el color del cielo gris y ensombrecía la ventana del ático por la que Emanuel contemplaba la callejuela en la que se encontraba su casa, mientras cocía hilos con piel y plástico, iluminado sólo por la luz plateada que dejaban entrever las nubes y la pequeña ventana de la habitación. Fue precisamente en esta habitación, en la que un día, martes 23 de marzo el "Ema" aprendió lo entretenido que era masturbarse viendo los cadáveres que en algún momento le causaron pesadillas... y día tras día, sumido en enfermizos pensamientos, contemplaba obsesionado la abrumadora belleza de la pequeña Isabella con el deseoso afán de sepultarla junto a su curiosa colección. Fue así como... atónito ante Isabella, cayó en un profundo trance que lo obligó a escribir sobre el piso, con un cuchillo, unos textos en una lengua muerta, casi desconocida...Su madre incitada por las habladurías de sus amigas, llamó a su amigo el cura, que al ver las escrituras de Emanuel, vio como todos sus temores se hacían realidad, y no dudó en sentenciar al pobre muchacho a...
    recuperar la cordura, recuperar su sitio entre la multitud y dejar atrás todas sus extrañas costumbres, las mismas que lo separan del mundo y lo transportan constantemente hacia las más escandalosas visiones... impuras, despues de una converzacion con el cura, Emanuel decide emprender el viaje hacia la cordura, pero el camino a seguir no seria tan facil, estaría lleno de tropiezos y cansancios, seria extenuante, pero con la ayuda de su madre todo sería mas facil.
    La madre tomo el crucifijo regalado por el cura y lo apretó fuerte en la frente Emannuel, el poderío del amuleto irrigó en la sienes del muchacho quien daba espasmos de dolor, sus venas se hincharon exageradamente y en su abdomen se podía ver que algo prisionero de sus carnes, saldría en cualquier moento...Entonces sucedió. Al principio su piel fue tomando un color verduzco y una textura putrefactafacta. Ante los ojos atónitos de su madre, que presenciaba inmóvil la transformación... unas garras se asomaron despedazando el vientre de Emannuel, arremetió con fuerza, desencajando consigo huesos y vértebras. El nacimiento de esta bestia acabó con con la vida del pequeño, ahora que se nutrió lo suficiente, era hora de actuar...
    Pero a pesar de la naturalezabestial del ser, en lo más recóndito de su mente brutal conservaba algunos de los recuerdos y los instintos más primitivos que de algún modo fueron la herencia del muchacho. Por esto, cuando pudo pararse sobre sus dos patas y lo primero que vió a la que fué su madre mirándolo estupefacta con el crucifijo aún inmóvil en la mano, su primer impulso de atacarla fué de alguna manera anulado por un extraño sentimiento evocado desde algún vago lugar de su cerebro, que ni el mismo sabría identificar.

    En su lugar, de sus labios nació una pregunta, ¿por qué estás tan seria, mamá? dijo, esbozando algo que sólo una mente enferma podría catalogar como una sonrisa.

    "Algo habremos de hacer con esa expresión tan opaca", dijo, y le abrió las mejillas de lado a lado con las garras que salían de lo que en algún momento fueron sus pulgares. Su madre se desplomó con el rostro despellejado, abierto de par en par, chorreando sangre por su cuello y hombros, y esparciendo un charco pegajoso por el suelo de la habitación. Una menos. Se acercó al cuerpo inerte de la madre y le arrancó de cuajo la tráquea
    - esto servirá, se dijo... (...) mientras golpeteaba el trozo de la mujer en su cabeza, pensando cuál sería su próxmo paso.

    Salió del lugar dando un gran salto por la ventana... y calló en un montón de hojas secas. De pronto su mano se topó con algo oculto entre las hojas que jamás imaginó que encontraría en el patio de su casa. Era un consolador de madera tallado en roble, el cuál tenía en un costado escrito “Rosalinda”, el nombre de su abuela muerta el año pasado. Pensó unos instantes y se dirigió corriendo a la estación de tren más cercana…

    la bestia se concentró en desvirtuar nuevamente su cuerpo y hacerlo aceptable para el ojo humano, volvio a ser un hombre... llevaba el trozo de madera entre sus manos, el tren avanzaba rumbo al sur... como un torrente de oscuros recuerdos llega hasta su mente el día aquel... es tarde cuando vio a su abuela Rosalinda extasiada introduciendo la pieza de madera en su interior, con la boca abierta y los ojos desorbitados

    Qué haces abuela?, gritó Emanuel. Pensé que alimentabas a los animales como dijiste!

    querido! tenía a un animal muy hambriento que alimentar, diez años de viudez no pasan en vano...

    El redescubrimiento de su abuela despertó en Emanuel un deseo indecente e irreprimible. Las ansias se le concentraron como fuego en las entrañas, y sin poder frenarla, la transformación se activó otra vez. La mayoría de los pasajeros dormitaba a esa hora, o estaban ensimismados en sus actividades, así que nadie se observó cómo la bestia se dirigía al últimos vagon; donde una ancianita minúscula se entretenía tejiendo unos calcetines de lana. Nadie escuchó tampoco el gemido de la anciana tuvo tiempo de gritar, cuando se sintío agarrada de las caderas, zamarreada brutalmete como un saco de harina y penetrada por una fuerza descomunal, en medio de una crujidera de huesos y articulaciones. Nadie se dió cuenta cómo su vientre reventó por la volumétrica descarga de la bestia. Nadie sintió tampoco a la bestia lanzando el malogrado cadáver por la ventana del tren. Sólo se despertaron cuando Emannuel volvía a su asiento, convertido en un niño otra vez, tarareando a viva voz una exasperante canción de Topo Gigio.

    Emanuel trataba de aquietar sus piernas temblorosas, pero el recuerdo de su abuela y de lo que acababa de hacer, lo llevaban de nuevo a su frenética danza mental, esa que se desplaza entre senos arrugados, vaginas flácidas y polvorientas por la dejación de los años... desde el día aquel, solo eso ocupaba su mente infantil... la anatomía senil de la mujer, deseaba los cuerpos atacados por los años, mientras más viejas mejor.
    Levanta la mirada entonces y advierte que la mujer del frente abre los ojos, una tierna viejita que se acomoda la protesis sin verguenza...

    emannuel: quieres un acomodo definitivo, vieja conxetumadre????
    no termina de decir aquellas palabras y le ensarta el consolador en la boca a la pobre abuelita.

    emanuel: a ver si con eso se te traba la quijada!!!-
    "No sabís con la chichita que te tai curando, aweonao"- se escuchó un grito a lo lejos. Un hombre se acercaba corriendo a Emannuel.
    - ¿Que wea tai haciendo sapo e mierda?, te gustan viejitas ctm?!!.- dijo el hombre en tono frenético.
    - Tranquilo amigo, la señora me lo pidió- Emannuel salió corriendo.
    "esto es demasiado para mí, se decía "Ema".
    y saltó del tren, pues le quedaba poco para llegar y podía hacerlo por su cuenta, necesitaba pensar.

    hay abuela! mi fogosa e insaciable querida abuela, por qué mi hiciste este daño tan tremendo!.
    Emannuel había avanzado bastante caminando, pero tuvo que deterne, al verse frente a un árbol gigante e imponente. El árbolr provocó al extraño en el interior de Emannuel, sintió como que algo lo llamaba a "examinarlo". Emannuel se acercó al árbol y comenzó a acariarle la corteza, empezó a dar vuelta y de lo miraba tiernamente. fue en una de estas miradas, cuando levantó la cabeza, y vió a unos 4 metros de alto, que al árbol le faltaba un pedazo, escaló hasta el lugar, y notó, para su total desconcierto, que el pedazo que faltaba tenía la forma del consolador de su abuela.

    trepó hasta el lugar y sin pensarlo hizo calzar la pieza en aquel recodo, extrañamente, a pesar del tallado del consolador, el espacio se acomodó para reibir el trozo parte de aquel arbol melenario. Canto de ánimas se escucharon por los alrededores, alaridos del climax de las constelaciones crepusculares, esas invisibles e indefinibles; que sin embargo alli estaban armonizando el mágico moemento. Las ramas del roble abrazaron el cuerpo de emannuel, nuevamente transfigurado y convertido en bestia. Se abró en medio de su corteza una gran galaxia húmeda y viscosa como la de su abuela y succionó el cuerpo de lafiera... Emannuel cayó durante 2 minutos en el vacío, hasta que tocó fondo contra una especie de líquido blanquesino y viscoso, Emannuel quedó empapado y ediondo.
    Vio de pronto a una ardilla acercarse a él.
    - ¿Quién eres puto humano?-dijo mirando a los ojos a Emannuel-
    - ¿Puees hablar?-
    - y además imbécil, obviamente.
    - Que belleza.
    - Y tú, que belleza de Gran Inútil. Ya, dime quién chucha eres.
    - Emannuel... animal culiao.
    - yo que tú, no le faltaría el respeto al dueño de casa.
    - Tranquilo papá.

    ya me cansó esta estúpida conversación, dime quien eres!

    ten más cuidado conmigo muchacho, si estás aquí no es por coincidencia, sino por el bendito capricho de tu abuela Rosalinda. La muy desalmada me condenó a vivir entre sus espesuras convertido en este mariconazo animal, sólo porque no le daba como bombo en fiesta ada vez que la muy zorra andaba antojada. Ni te explico cómo tantos años de fricción hicieron de mi compañero una mierda, tanto me lo gastó esa perfida que entre los sueltos cueros de ella y los mios, te hicimos aquel charango en navidad que tanto te gustaba tocar!

    emanuel: viejo abuelo!!!!!! eres tú????
    - El mismo que canta y baila -contesta la ardilla- y no me webees.
    - ¡Abuelito! -lagrimas aparecieron en los ojos de Emannuel- estuve mucho tiempoe sperando este momento.
    - ya, paremos tanta mariconería, y ayudame, tenemos que buscar como salir de este árbil reculiao.
    - a sus órdenes Don Mario.

    la ardilla trepó las cortezas infectas tratando de encontrar un orificio por donde escapar. AH! Emanuel, la puta de tu abuela sí que sabía hacerla. Maldijo este roble con todo el poder de su líbido, más inmenso que la negrura de todas las almas del pasado. Será este nuestro fin querido hijo? no podemos sentarnos a esperar, abuelo; arremetió Emanuel.

    MIra! ves lo que yo veo, abuelo?
    parece un mensaje cifrado Emanuel, tienes idea de lo que puede significar?

    en la pared solo se dibujaba el borde de una figura fálica sin mayor sentido...
    pero para estas dos criaturas habría de significar mucho...
    -Emannuelito -dijo el abuelo- disculpa lo que te voy a decir, pero ¿eso es un choro?, o me engañan mis ojos con cataratas?
    - no abuelo, estás en los cierto, y me huele conocido.
    - ¿un choro conocido?, debe ser amigo entonces, haber, deja olerlo -el abuelo olfateó unos instante- ¡POR LAS BOLAS DE KING KONG!, pero si es el olor del sexo de tu abuela ctm!!.
    - abuelo, tranquilo -dijo Emannuel secando el sudor de la frente de la ardilla.

    Comenzaron a mirar directamente la figura casi marciana que se formaba, hasta que no puedieron seguir manteniendo la vista en ella, debido a un extraño brillo que ésta expulsaba...

    el brillo del anciano sexo cegó los ojos expectantes y curiosos de esos dos hombres, quienes no daban crédito a lo que veían.

    abuelo! la cosa se está abriendo, palpita! tiembla! supura, es la misma que me transportó a este lugar ¡quizas sea la salida abuelo!

    no sé emanuelito, tantos años intentando satisfacer sin lograrlo aquella adiposa cavidad, me tiene la moral por losm suelos y no sé si quiera adentrarme en ella nuevamente.
    pero abuelo! es la única forma que tenemos de salir de aquí, tienes que superarlo..

    por la xuxa weón es una vagina gigante!!!!!!!!!
    en qué cabeza cabe que haga esa weá!

    cálmate tata, nada de lo que a pasado tiene sentido, cómo esperas que lo tenga ahora...
    simplemente hagámoslo...

    la bestia y la ardilla se adentraron a los pegajosos caminos vaginales...
    - Puta la cuestión pa edionda tata, es como que no la hubiesen lavado en años.
    - me temo que así debe ser, por que yo era el encargado de hacerle el aseo a tu abuela.
    - Creo que ver unas lianas que nos pueden ayudar.
    - No son lianas hijo, son vellos, pero son igual de firmes, no te preocupes, y valgamonos de ellos para avanzar más rápido, me subiré en tu hombro, vamos.
    - abuelo, sujetate bien, iremos rápido.
    Partieron los dos adentrándose en la extraña, lúgubre y anciana caverna de carne. Avanzaron unos minutos, ayudados por los fluidos y vellos interiores, hasta que se encontraropn con una roca.
    - Llegamos a los riñones parece.
    - ¿Significa que estamos cerca? -preguntó ingenuamente Emannuel.
    - nosé si tanto, debo decir que en vida, había llegado bien adentró de tu abuela, pero nunca tanto.
    Es que tu abuela parece no tener fondo!, como cresta le iba a producir si quiera cosquillas con tremendo forado pues hijo, quién le habrá taladrado tanto la enrepierna??? habrá sido el Esaúl, o más conocido como el "Coronta" en el barrio...(¿?)
    -abuelo! no es tiempo de elucubrar conjeturas, y concentrate en esacapar de aquí...
    mira abuelo! efectivamente estabas equivocado!, no son los riñones, sino un objeto extraño... veamos qué es...
    Se acercaron lentamente al exraño objeto, lenta y cautelosamente, ayq eu existían las posibilidades de que tubiee vida. El Abuelo se bajó dle hombro de Emannuel, y aprovechando su escueto tamaño trepó rápidamente en la, hasta el momento, "roca", se quedó parado en la cúspide.
    - Venaiga Dios emannuelito, chitas la vista pa bonita conchemimare.- unas lagrimas rodaron por los ojos del abuelo- si se parece a la fábrica donde trabajé, para los chocolates Wonka.
    - pero, ¿qué se vé dese ahí?, ¿alguna salida?-preguntó atacantemen Emannuel.
    - Aver... nosé... es que... ah, si, a lo lejos se vé un forao, capacito que esa sea la escapatoria que buscamos.
    - ¿y está muy lejos?.
    - ni tanto, deja bajarme y te enseño el caminito.-el abuelo bajó tan rápido como pudo.
    Espezaron a caminar y de pronto escucharon una voz ronca que decía: "HOLA, QUE HACEN". Emannuel y el abuelo se dieron vuelta, entumesidos de miedo.
    - Quién chucha es?!-gritó el abuelo mientras se persignaba...

    Habia una vez un niño llamado Emanuel, el cual tenia un jardin hermoSo y lleno de cadáveres de niños enterrados bajo la tierra del patio de su casa. Para el los niños eran de carne y huesos, pero, para todos los demas eran de juguete. Él relataba todos sus pasos en un diaro que escondía, bajo llave, en una gaveta dentro de su armario. Describía los rostros y los ojos de cada uno de los niños que...Cuidadosamente cortaba trozo por trozo, mientras les cantaba una vieja y conocida cancion de cuna... "Duermete Niño Duermete ya...". Emanuel siempre fué visto en su familia y el barrio como "el raro", y con el correr de los años su madre dejó de prestarle atención a su extraño comportamiento... que dejaba de manifiesto su oligofrenia, desde que empezo a cambiar su actitud, fue un vuelco para todos los que lo conocian. Pero si no fuera por ese tragico día en que Emanuel se despellejó los brazos para cubrir el frio plástico de los juguetes enterrados, nadie habria notado el real estado de locura en que se encontraba nuestro Emanuel.

    El bailoteo de las hojas otoñales en el viento húmedo de julio, hojas que con sus últimas fuerzas aferraban sus dorados dedos a las ramas de sus madres árbol, desgastaba el color del cielo gris y ensombrecía la ventana del ático por la que Emanuel contemplaba la callejuela en la que se encontraba su casa, mientras cocía hilos con piel y plástico, iluminado sólo por la luz plateada que dejaban entrever las nubes y la pequeña ventana de la habitación. Fue precisamente en esta habitación, en la que un día, martes 23 de marzo el "Ema" aprendió lo entretenido que era masturbarse viendo los cadáveres que en algún momento le causaron pesadillas... y día tras día, sumido en enfermizos pensamientos, contemplaba obsesionado la abrumadora belleza de la pequeña Isabella con el deseoso afán de sepultarla junto a su curiosa colección. Fue así como... atónito ante Isabella, cayó en un profundo trance que lo obligó a escribir sobre el piso, con un cuchillo, unos textos en una lengua muerta, casi desconocida...Su madre incitada por las habladurías de sus amigas, llamó a su amigo el cura, que al ver las escrituras de Emanuel, vio como todos sus temores se hacían realidad, y no dudó en sentenciar al pobre muchacho a...
    recuperar la cordura, recuperar su sitio entre la multitud y dejar atrás todas sus extrañas costumbres, las mismas que lo separan del mundo y lo transportan constantemente hacia las más escandalosas visiones... impuras, despues de una converzacion con el cura, Emanuel decide emprender el viaje hacia la cordura, pero el camino a seguir no seria tan facil, estaría lleno de tropiezos y cansancios, seria extenuante, pero con la ayuda de su madre todo sería mas facil.
    La madre tomo el crucifijo regalado por el cura y lo apretó fuerte en la frente Emannuel, el poderío del amuleto irrigó en la sienes del muchacho quien daba espasmos de dolor, sus venas se hincharon exageradamente y en su abdomen se podía ver que algo prisionero de sus carnes, saldría en cualquier moento...Entonces sucedió. Al principio su piel fue tomando un color verduzco y una textura putrefactafacta. Ante los ojos atónitos de su madre, que presenciaba inmóvil la transformación... unas garras se asomaron despedazando el vientre de Emannuel, arremetió con fuerza, desencajando consigo huesos y vértebras. El nacimiento de esta bestia acabó con con la vida del pequeño, ahora que se nutrió lo suficiente, era hora de actuar...
    Pero a pesar de la naturalezabestial del ser, en lo más recóndito de su mente brutal conservaba algunos de los recuerdos y los instintos más primitivos que de algún modo fueron la herencia del muchacho. Por esto, cuando pudo pararse sobre sus dos patas y lo primero que vió a la que fué su madre mirándolo estupefacta con el crucifijo aún inmóvil en la mano, su primer impulso de atacarla fué de alguna manera anulado por un extraño sentimiento evocado desde algún vago lugar de su cerebro, que ni el mismo sabría identificar.

    En su lugar, de sus labios nació una pregunta, ¿por qué estás tan seria, mamá? dijo, esbozando algo que sólo una mente enferma podría catalogar como una sonrisa.

    "Algo habremos de hacer con esa expresión tan opaca", dijo, y le abrió las mejillas de lado a lado con las garras que salían de lo que en algún momento fueron sus pulgares. Su madre se desplomó con el rostro despellejado, abierto de par en par, chorreando sangre por su cuello y hombros, y esparciendo un charco pegajoso por el suelo de la habitación. Una menos. Se acercó al cuerpo inerte de la madre y le arrancó de cuajo la tráquea
    - esto servirá, se dijo... (...) mientras golpeteaba el trozo de la mujer en su cabeza, pensando cuál sería su próxmo paso.

    Salió del lugar dando un gran salto por la ventana... y calló en un montón de hojas secas. De pronto su mano se topó con algo oculto entre las hojas que jamás imaginó que encontraría en el patio de su casa. Era un consolador de madera tallado en roble, el cuál tenía en un costado escrito “Rosalinda”, el nombre de su abuela muerta el año pasado. Pensó unos instantes y se dirigió corriendo a la estación de tren más cercana…

    la bestia se concentró en desvirtuar nuevamente su cuerpo y hacerlo aceptable para el ojo humano, volvio a ser un hombre... llevaba el trozo de madera entre sus manos, el tren avanzaba rumbo al sur... como un torrente de oscuros recuerdos llega hasta su mente el día aquel... es tarde cuando vio a su abuela Rosalinda extasiada introduciendo la pieza de madera en su interior, con la boca abierta y los ojos desorbitados

    Qué haces abuela?, gritó Emanuel. Pensé que alimentabas a los animales como dijiste!

    querido! tenía a un animal muy hambriento que alimentar, diez años de viudez no pasan en vano...

    El redescubrimiento de su abuela despertó en Emanuel un deseo indecente e irreprimible. Las ansias se le concentraron como fuego en las entrañas, y sin poder frenarla, la transformación se activó otra vez. La mayoría de los pasajeros dormitaba a esa hora, o estaban ensimismados en sus actividades, así que nadie se observó cómo la bestia se dirigía al últimos vagon; donde una ancianita minúscula se entretenía tejiendo unos calcetines de lana. Nadie escuchó tampoco el gemido de la anciana tuvo tiempo de gritar, cuando se sintío agarrada de las caderas, zamarreada brutalmete como un saco de harina y penetrada por una fuerza descomunal, en medio de una crujidera de huesos y articulaciones. Nadie se dió cuenta cómo su vientre reventó por la volumétrica descarga de la bestia. Nadie sintió tampoco a la bestia lanzando el malogrado cadáver por la ventana del tren. Sólo se despertaron cuando Emannuel volvía a su asiento, convertido en un niño otra vez, tarareando a viva voz una exasperante canción de Topo Gigio.

    Emanuel trataba de aquietar sus piernas temblorosas, pero el recuerdo de su abuela y de lo que acababa de hacer, lo llevaban de nuevo a su frenética danza mental, esa que se desplaza entre senos arrugados, vaginas flácidas y polvorientas por la dejación de los años... desde el día aquel, solo eso ocupaba su mente infantil... la anatomía senil de la mujer, deseaba los cuerpos atacados por los años, mientras más viejas mejor.
    Levanta la mirada entonces y advierte que la mujer del frente abre los ojos, una tierna viejita que se acomoda la protesis sin verguenza...

    emannuel: quieres un acomodo definitivo, vieja conxetumadre????
    no termina de decir aquellas palabras y le ensarta el consolador en la boca a la pobre abuelita.

    emanuel: a ver si con eso se te traba la quijada!!!-
    "No sabís con la chichita que te tai curando, aweonao"- se escuchó un grito a lo lejos. Un hombre se acercaba corriendo a Emannuel.
    - ¿Que wea tai haciendo sapo e mierda?, te gustan viejitas ctm?!!.- dijo el hombre en tono frenético.
    - Tranquilo amigo, la señora me lo pidió- Emannuel salió corriendo.
    "esto es demasiado para mí, se decía "Ema".
    y saltó del tren, pues le quedaba poco para llegar y podía hacerlo por su cuenta, necesitaba pensar.

    hay abuela! mi fogosa e insaciable querida abuela, por qué mi hiciste este daño tan tremendo!.
    Emannuel había avanzado bastante caminando, pero tuvo que deterne, al verse frente a un árbol gigante e imponente. El árbolr provocó al extraño en el interior de Emannuel, sintió como que algo lo llamaba a "examinarlo". Emannuel se acercó al árbol y comenzó a acariarle la corteza, empezó a dar vuelta y de lo miraba tiernamente. fue en una de estas miradas, cuando levantó la cabeza, y vió a unos 4 metros de alto, que al árbol le faltaba un pedazo, escaló hasta el lugar, y notó, para su total desconcierto, que el pedazo que faltaba tenía la forma del consolador de su abuela.

    trepó hasta el lugar y sin pensarlo hizo calzar la pieza en aquel recodo, extrañamente, a pesar del tallado del consolador, el espacio se acomodó para reibir el trozo parte de aquel arbol melenario. Canto de ánimas se escucharon por los alrededores, alaridos del climax de las constelaciones crepusculares, esas invisibles e indefinibles; que sin embargo alli estaban armonizando el mágico moemento. Las ramas del roble abrazaron el cuerpo de emannuel, nuevamente transfigurado y convertido en bestia. Se abró en medio de su corteza una gran galaxia húmeda y viscosa como la de su abuela y succionó el cuerpo de lafiera... Emannuel cayó durante 2 minutos en el vacío, hasta que tocó fondo contra una especie de líquido blanquesino y viscoso, Emannuel quedó empapado y ediondo.
    Vio de pronto a una ardilla acercarse a él.
    - ¿Quién eres puto humano?-dijo mirando a los ojos a Emannuel-
    - ¿Puees hablar?-
    - y además imbécil, obviamente.
    - Que belleza.
    - Y tú, que belleza de Gran Inútil. Ya, dime quién chucha eres.
    - Emannuel... animal culiao.
    - yo que tú, no le faltaría el respeto al dueño de casa.
    - Tranquilo papá.

    ya me cansó esta estúpida conversación, dime quien eres!

    ten más cuidado conmigo muchacho, si estás aquí no es por coincidencia, sino por el bendito capricho de tu abuela Rosalinda. La muy desalmada me condenó a vivir entre sus espesuras convertido en este mariconazo animal, sólo porque no le daba como bombo en fiesta ada vez que la muy zorra andaba antojada. Ni te explico cómo tantos años de fricción hicieron de mi compañero una mierda, tanto me lo gastó esa perfida que entre los sueltos cueros de ella y los mios, te hicimos aquel charango en navidad que tanto te gustaba tocar!

    emanuel: viejo abuelo!!!!!! eres tú????
    - El mismo que canta y baila -contesta la ardilla- y no me webees.
    - ¡Abuelito! -lagrimas aparecieron en los ojos de Emannuel- estuve mucho tiempoe sperando este momento.
    - ya, paremos tanta mariconería, y ayudame, tenemos que buscar como salir de este árbil reculiao.
    - a sus órdenes Don Mario.

    la ardilla trepó las cortezas infectas tratando de encontrar un orificio por donde escapar. AH! Emanuel, la puta de tu abuela sí que sabía hacerla. Maldijo este roble con todo el poder de su líbido, más inmenso que la negrura de todas las almas del pasado. Será este nuestro fin querido hijo? no podemos sentarnos a esperar, abuelo; arremetió Emanuel.

    MIra! ves lo que yo veo, abuelo?
    parece un mensaje cifrado Emanuel, tienes idea de lo que puede significar?

    en la pared solo se dibujaba el borde de una figura fálica sin mayor sentido...
    pero para estas dos criaturas habría de significar mucho...
    -Emannuelito -dijo el abuelo- disculpa lo que te voy a decir, pero ¿eso es un choro?, o me engañan mis ojos con cataratas?
    - no abuelo, estás en los cierto, y me huele conocido.
    - ¿un choro conocido?, debe ser amigo entonces, haber, deja olerlo -el abuelo olfateó unos instante- ¡POR LAS BOLAS DE KING KONG!, pero si es el olor del sexo de tu abuela ctm!!.
    - abuelo, tranquilo -dijo Emannuel secando el sudor de la frente de la ardilla.

    Comenzaron a mirar directamente la figura casi marciana que se formaba, hasta que no puedieron seguir manteniendo la vista en ella, debido a un extraño brillo que ésta expulsaba...

    el brillo del anciano sexo cegó los ojos expectantes y curiosos de esos dos hombres, quienes no daban crédito a lo que veían.

    abuelo! la cosa se está abriendo, palpita! tiembla! supura, es la misma que me transportó a este lugar ¡quizas sea la salida abuelo!

    no sé emanuelito, tantos años intentando satisfacer sin lograrlo aquella adiposa cavidad, me tiene la moral por losm suelos y no sé si quiera adentrarme en ella nuevamente.
    pero abuelo! es la única forma que tenemos de salir de aquí, tienes que superarlo..

    por la xuxa weón es una vagina gigante!!!!!!!!!
    en qué cabeza cabe que haga esa weá!

    cálmate tata, nada de lo que a pasado tiene sentido, cómo esperas que lo tenga ahora...
    simplemente hagámoslo...

    la bestia y la ardilla se adentraron a los pegajosos caminos vaginales...
    - Puta la cuestión pa edionda tata, es como que no la hubiesen lavado en años.
    - me temo que así debe ser, por que yo era el encargado de hacerle el aseo a tu abuela.
    - Creo que ver unas lianas que nos pueden ayudar.
    - No son lianas hijo, son vellos, pero son igual de firmes, no te preocupes, y valgamonos de ellos para avanzar más rápido, me subiré en tu hombro, vamos.
    - abuelo, sujetate bien, iremos rápido.
    Partieron los dos adentrándose en la extraña, lúgubre y anciana caverna de carne. Avanzaron unos minutos, ayudados por los fluidos y vellos interiores, hasta que se encontraropn con una roca.
    - Llegamos a los riñones parece.
    - ¿Significa que estamos cerca? -preguntó ingenuamente Emannuel.
    - nosé si tanto, debo decir que en vida, había llegado bien adentró de tu abuela, pero nunca tanto.
    Es que tu abuela parece no tener fondo!, como cresta le iba a producir si quiera cosquillas con tremendo forado pues hijo, quién le habrá taladrado tanto la enrepierna??? habrá sido el Esaúl, o más conocido como el "Coronta" en el barrio...(¿?)
    -abuelo! no es tiempo de elucubrar conjeturas, y concentrate en esacapar de aquí...
    mira abuelo! efectivamente estabas equivocado!, no son los riñones, sino un objeto extraño... veamos qué es...
    Se acercaron lentamente al exraño objeto, lenta y cautelosamente, ayq eu existían las posibilidades de que tubiee vida. El Abuelo se bajó dle hombro de Emannuel, y aprovechando su escueto tamaño trepó rápidamente en la, hasta el momento, "roca", se quedó parado en la cúspide.
    - Venaiga Dios emannuelito, chitas la vista pa bonita conchemimare.- unas lagrimas rodaron por los ojos del abuelo- si se parece a la fábrica donde trabajé, para los chocolates Wonka.
    - pero, ¿qué se vé dese ahí?, ¿alguna salida?-preguntó atacantemen Emannuel.
    - Aver... nosé... es que... ah, si, a lo lejos se vé un forao, capacito que esa sea la escapatoria que buscamos.
    - ¿y está muy lejos?.
    - ni tanto, deja bajarme y te enseño el caminito.-el abuelo bajó tan rápido como pudo.
    Espezaron a caminar y de pronto escucharon una voz ronca que decía: "HOLA, QUE HACEN". Emannuel y el abuelo se dieron vuelta, entumesidos de miedo.
    - Quién chucha es?!-gritó el abuelo mientras se persignaba...

    hola! soy la guía de esta cuéa descomunal!

    sean bienvenidos a pasar y disfrutar...

    sin lograr unir una cosa con otra, otorgándole un mínimo de sentido a la cadena de sucesos desafortunados y estúpiodos, se dejaron llevar por la voz de aquel extraño ser, que al parecer estaba compuesto de moco, guaipe, plástico de salchicha y otras menudencias.

    el abuelo: puta la weona chancha, las weas que le daba de comer a la payasa! no te esfuerces hijo, así le deciamos con cariño a la come hombres!
    Abuelo! gracias por la imagen mental, pero creo tener algo que se llama estómago, dijo emannuel.

    abuelo: puta el weón finito! qué acaso nunca le diste de probar al nene, la ambrosía divina de las mujeres..

    eeeeeeeeeeh! abuelo, tengo diez años!

    xuxa!

    atentos! el show está por comenzar!, arremetió la figura de mierda aquella...

     
  11. [M]auro.SS

    [M]auro.SS Usuario Habitual nvl.3 ★
    187/244

    Registrado:
    11 Ago 2008
    Mensajes:
    15.966
    Me Gusta recibidos:
    2
    Habia una vez un niño llamado Emanuel, el cual tenia un jardin hermoSo y lleno de cadáveres de niños enterrados bajo la tierra del patio de su casa. Para el los niños eran de carne y huesos, pero, para todos los demas eran de juguete. Él relataba todos sus pasos en un diaro que escondía, bajo llave, en una gaveta dentro de su armario. Describía los rostros y los ojos de cada uno de los niños que...Cuidadosamente cortaba trozo por trozo, mientras les cantaba una vieja y conocida cancion de cuna... "Duermete Niño Duermete ya...". Emanuel siempre fué visto en su familia y el barrio como "el raro", y con el correr de los años su madre dejó de prestarle atención a su extraño comportamiento... que dejaba de manifiesto su oligofrenia, desde que empezo a cambiar su actitud, fue un vuelco para todos los que lo conocian. Pero si no fuera por ese tragico día en que Emanuel se despellejó los brazos para cubrir el frio plástico de los juguetes enterrados, nadie habria notado el real estado de locura en que se encontraba nuestro Emanuel.

    El bailoteo de las hojas otoñales en el viento húmedo de julio, hojas que con sus últimas fuerzas aferraban sus dorados dedos a las ramas de sus madres árbol, desgastaba el color del cielo gris y ensombrecía la ventana del ático por la que Emanuel contemplaba la callejuela en la que se encontraba su casa, mientras cocía hilos con piel y plástico, iluminado sólo por la luz plateada que dejaban entrever las nubes y la pequeña ventana de la habitación. Fue precisamente en esta habitación, en la que un día, martes 23 de marzo el "Ema" aprendió lo entretenido que era masturbarse viendo los cadáveres que en algún momento le causaron pesadillas... y día tras día, sumido en enfermizos pensamientos, contemplaba obsesionado la abrumadora belleza de la pequeña Isabella con el deseoso afán de sepultarla junto a su curiosa colección. Fue así como... atónito ante Isabella, cayó en un profundo trance que lo obligó a escribir sobre el piso, con un cuchillo, unos textos en una lengua muerta, casi desconocida...Su madre incitada por las habladurías de sus amigas, llamó a su amigo el cura, que al ver las escrituras de Emanuel, vio como todos sus temores se hacían realidad, y no dudó en sentenciar al pobre muchacho a...
    recuperar la cordura, recuperar su sitio entre la multitud y dejar atrás todas sus extrañas costumbres, las mismas que lo separan del mundo y lo transportan constantemente hacia las más escandalosas visiones... impuras, despues de una converzacion con el cura, Emanuel decide emprender el viaje hacia la cordura, pero el camino a seguir no seria tan facil, estaría lleno de tropiezos y cansancios, seria extenuante, pero con la ayuda de su madre todo sería mas facil.
    La madre tomo el crucifijo regalado por el cura y lo apretó fuerte en la frente Emannuel, el poderío del amuleto irrigó en la sienes del muchacho quien daba espasmos de dolor, sus venas se hincharon exageradamente y en su abdomen se podía ver que algo prisionero de sus carnes, saldría en cualquier moento...Entonces sucedió. Al principio su piel fue tomando un color verduzco y una textura putrefactafacta. Ante los ojos atónitos de su madre, que presenciaba inmóvil la transformación... unas garras se asomaron despedazando el vientre de Emannuel, arremetió con fuerza, desencajando consigo huesos y vértebras. El nacimiento de esta bestia acabó con con la vida del pequeño, ahora que se nutrió lo suficiente, era hora de actuar...
    Pero a pesar de la naturalezabestial del ser, en lo más recóndito de su mente brutal conservaba algunos de los recuerdos y los instintos más primitivos que de algún modo fueron la herencia del muchacho. Por esto, cuando pudo pararse sobre sus dos patas y lo primero que vió a la que fué su madre mirándolo estupefacta con el crucifijo aún inmóvil en la mano, su primer impulso de atacarla fué de alguna manera anulado por un extraño sentimiento evocado desde algún vago lugar de su cerebro, que ni el mismo sabría identificar.

    En su lugar, de sus labios nació una pregunta, ¿por qué estás tan seria, mamá? dijo, esbozando algo que sólo una mente enferma podría catalogar como una sonrisa.

    "Algo habremos de hacer con esa expresión tan opaca", dijo, y le abrió las mejillas de lado a lado con las garras que salían de lo que en algún momento fueron sus pulgares. Su madre se desplomó con el rostro despellejado, abierto de par en par, chorreando sangre por su cuello y hombros, y esparciendo un charco pegajoso por el suelo de la habitación. Una menos. Se acercó al cuerpo inerte de la madre y le arrancó de cuajo la tráquea
    - esto servirá, se dijo... (...) mientras golpeteaba el trozo de la mujer en su cabeza, pensando cuál sería su próxmo paso.

    Salió del lugar dando un gran salto por la ventana... y calló en un montón de hojas secas. De pronto su mano se topó con algo oculto entre las hojas que jamás imaginó que encontraría en el patio de su casa. Era un consolador de madera tallado en roble, el cuál tenía en un costado escrito “Rosalinda”, el nombre de su abuela muerta el año pasado. Pensó unos instantes y se dirigió corriendo a la estación de tren más cercana…

    la bestia se concentró en desvirtuar nuevamente su cuerpo y hacerlo aceptable para el ojo humano, volvio a ser un hombre... llevaba el trozo de madera entre sus manos, el tren avanzaba rumbo al sur... como un torrente de oscuros recuerdos llega hasta su mente el día aquel... es tarde cuando vio a su abuela Rosalinda extasiada introduciendo la pieza de madera en su interior, con la boca abierta y los ojos desorbitados

    Qué haces abuela?, gritó Emanuel. Pensé que alimentabas a los animales como dijiste!

    querido! tenía a un animal muy hambriento que alimentar, diez años de viudez no pasan en vano...

    El redescubrimiento de su abuela despertó en Emanuel un deseo indecente e irreprimible. Las ansias se le concentraron como fuego en las entrañas, y sin poder frenarla, la transformación se activó otra vez. La mayoría de los pasajeros dormitaba a esa hora, o estaban ensimismados en sus actividades, así que nadie se observó cómo la bestia se dirigía al últimos vagon; donde una ancianita minúscula se entretenía tejiendo unos calcetines de lana. Nadie escuchó tampoco el gemido de la anciana tuvo tiempo de gritar, cuando se sintío agarrada de las caderas, zamarreada brutalmete como un saco de harina y penetrada por una fuerza descomunal, en medio de una crujidera de huesos y articulaciones. Nadie se dió cuenta cómo su vientre reventó por la volumétrica descarga de la bestia. Nadie sintió tampoco a la bestia lanzando el malogrado cadáver por la ventana del tren. Sólo se despertaron cuando Emannuel volvía a su asiento, convertido en un niño otra vez, tarareando a viva voz una exasperante canción de Topo Gigio.

    Emanuel trataba de aquietar sus piernas temblorosas, pero el recuerdo de su abuela y de lo que acababa de hacer, lo llevaban de nuevo a su frenética danza mental, esa que se desplaza entre senos arrugados, vaginas flácidas y polvorientas por la dejación de los años... desde el día aquel, solo eso ocupaba su mente infantil... la anatomía senil de la mujer, deseaba los cuerpos atacados por los años, mientras más viejas mejor.
    Levanta la mirada entonces y advierte que la mujer del frente abre los ojos, una tierna viejita que se acomoda la protesis sin verguenza...

    emannuel: quieres un acomodo definitivo, vieja conxetumadre????
    no termina de decir aquellas palabras y le ensarta el consolador en la boca a la pobre abuelita.

    emanuel: a ver si con eso se te traba la quijada!!!-
    "No sabís con la chichita que te tai curando, aweonao"- se escuchó un grito a lo lejos. Un hombre se acercaba corriendo a Emannuel.
    - ¿Que wea tai haciendo sapo e mierda?, te gustan viejitas ctm?!!.- dijo el hombre en tono frenético.
    - Tranquilo amigo, la señora me lo pidió- Emannuel salió corriendo.
    "esto es demasiado para mí, se decía "Ema".
    y saltó del tren, pues le quedaba poco para llegar y podía hacerlo por su cuenta, necesitaba pensar.

    hay abuela! mi fogosa e insaciable querida abuela, por qué mi hiciste este daño tan tremendo!.
    Emannuel había avanzado bastante caminando, pero tuvo que deterne, al verse frente a un árbol gigante e imponente. El árbolr provocó al extraño en el interior de Emannuel, sintió como que algo lo llamaba a "examinarlo". Emannuel se acercó al árbol y comenzó a acariarle la corteza, empezó a dar vuelta y de lo miraba tiernamente. fue en una de estas miradas, cuando levantó la cabeza, y vió a unos 4 metros de alto, que al árbol le faltaba un pedazo, escaló hasta el lugar, y notó, para su total desconcierto, que el pedazo que faltaba tenía la forma del consolador de su abuela.

    trepó hasta el lugar y sin pensarlo hizo calzar la pieza en aquel recodo, extrañamente, a pesar del tallado del consolador, el espacio se acomodó para reibir el trozo parte de aquel arbol melenario. Canto de ánimas se escucharon por los alrededores, alaridos del climax de las constelaciones crepusculares, esas invisibles e indefinibles; que sin embargo alli estaban armonizando el mágico moemento. Las ramas del roble abrazaron el cuerpo de emannuel, nuevamente transfigurado y convertido en bestia. Se abró en medio de su corteza una gran galaxia húmeda y viscosa como la de su abuela y succionó el cuerpo de lafiera... Emannuel cayó durante 2 minutos en el vacío, hasta que tocó fondo contra una especie de líquido blanquesino y viscoso, Emannuel quedó empapado y ediondo.
    Vio de pronto a una ardilla acercarse a él.
    - ¿Quién eres puto humano?-dijo mirando a los ojos a Emannuel-
    - ¿Puees hablar?-
    - y además imbécil, obviamente.
    - Que belleza.
    - Y tú, que belleza de Gran Inútil. Ya, dime quién chucha eres.
    - Emannuel... animal culiao.
    - yo que tú, no le faltaría el respeto al dueño de casa.
    - Tranquilo papá.

    ya me cansó esta estúpida conversación, dime quien eres!

    ten más cuidado conmigo muchacho, si estás aquí no es por coincidencia, sino por el bendito capricho de tu abuela Rosalinda. La muy desalmada me condenó a vivir entre sus espesuras convertido en este mariconazo animal, sólo porque no le daba como bombo en fiesta ada vez que la muy zorra andaba antojada. Ni te explico cómo tantos años de fricción hicieron de mi compañero una mierda, tanto me lo gastó esa perfida que entre los sueltos cueros de ella y los mios, te hicimos aquel charango en navidad que tanto te gustaba tocar!

    emanuel: viejo abuelo!!!!!! eres tú????
    - El mismo que canta y baila -contesta la ardilla- y no me webees.
    - ¡Abuelito! -lagrimas aparecieron en los ojos de Emannuel- estuve mucho tiempoe sperando este momento.
    - ya, paremos tanta mariconería, y ayudame, tenemos que buscar como salir de este árbil reculiao.
    - a sus órdenes Don Mario.

    la ardilla trepó las cortezas infectas tratando de encontrar un orificio por donde escapar. AH! Emanuel, la puta de tu abuela sí que sabía hacerla. Maldijo este roble con todo el poder de su líbido, más inmenso que la negrura de todas las almas del pasado. Será este nuestro fin querido hijo? no podemos sentarnos a esperar, abuelo; arremetió Emanuel.

    MIra! ves lo que yo veo, abuelo?
    parece un mensaje cifrado Emanuel, tienes idea de lo que puede significar?

    en la pared solo se dibujaba el borde de una figura fálica sin mayor sentido...
    pero para estas dos criaturas habría de significar mucho...
    -Emannuelito -dijo el abuelo- disculpa lo que te voy a decir, pero ¿eso es un choro?, o me engañan mis ojos con cataratas?
    - no abuelo, estás en los cierto, y me huele conocido.
    - ¿un choro conocido?, debe ser amigo entonces, haber, deja olerlo -el abuelo olfateó unos instante- ¡POR LAS BOLAS DE KING KONG!, pero si es el olor del sexo de tu abuela ctm!!.
    - abuelo, tranquilo -dijo Emannuel secando el sudor de la frente de la ardilla.

    Comenzaron a mirar directamente la figura casi marciana que se formaba, hasta que no puedieron seguir manteniendo la vista en ella, debido a un extraño brillo que ésta expulsaba...

    el brillo del anciano sexo cegó los ojos expectantes y curiosos de esos dos hombres, quienes no daban crédito a lo que veían.

    abuelo! la cosa se está abriendo, palpita! tiembla! supura, es la misma que me transportó a este lugar ¡quizas sea la salida abuelo!

    no sé emanuelito, tantos años intentando satisfacer sin lograrlo aquella adiposa cavidad, me tiene la moral por losm suelos y no sé si quiera adentrarme en ella nuevamente.
    pero abuelo! es la única forma que tenemos de salir de aquí, tienes que superarlo..

    por la xuxa weón es una vagina gigante!!!!!!!!!
    en qué cabeza cabe que haga esa weá!

    cálmate tata, nada de lo que a pasado tiene sentido, cómo esperas que lo tenga ahora...
    simplemente hagámoslo...

    la bestia y la ardilla se adentraron a los pegajosos caminos vaginales...
    - Puta la cuestión pa edionda tata, es como que no la hubiesen lavado en años.
    - me temo que así debe ser, por que yo era el encargado de hacerle el aseo a tu abuela.
    - Creo que ver unas lianas que nos pueden ayudar.
    - No son lianas hijo, son vellos, pero son igual de firmes, no te preocupes, y valgamonos de ellos para avanzar más rápido, me subiré en tu hombro, vamos.
    - abuelo, sujetate bien, iremos rápido.
    Partieron los dos adentrándose en la extraña, lúgubre y anciana caverna de carne. Avanzaron unos minutos, ayudados por los fluidos y vellos interiores, hasta que se encontraropn con una roca.
    - Llegamos a los riñones parece.
    - ¿Significa que estamos cerca? -preguntó ingenuamente Emannuel.
    - nosé si tanto, debo decir que en vida, había llegado bien adentró de tu abuela, pero nunca tanto.
    Es que tu abuela parece no tener fondo!, como cresta le iba a producir si quiera cosquillas con tremendo forado pues hijo, quién le habrá taladrado tanto la enrepierna??? habrá sido el Esaúl, o más conocido como el "Coronta" en el barrio...(¿?)
    -abuelo! no es tiempo de elucubrar conjeturas, y concentrate en esacapar de aquí...
    mira abuelo! efectivamente estabas equivocado!, no son los riñones, sino un objeto extraño... veamos qué es...
    Se acercaron lentamente al exraño objeto, lenta y cautelosamente, ayq eu existían las posibilidades de que tubiee vida. El Abuelo se bajó dle hombro de Emannuel, y aprovechando su escueto tamaño trepó rápidamente en la, hasta el momento, "roca", se quedó parado en la cúspide.
    - Venaiga Dios emannuelito, chitas la vista pa bonita conchemimare.- unas lagrimas rodaron por los ojos del abuelo- si se parece a la fábrica donde trabajé, para los chocolates Wonka.
    - pero, ¿qué se vé dese ahí?, ¿alguna salida?-preguntó atacantemen Emannuel.
    - Aver... nosé... es que... ah, si, a lo lejos se vé un forao, capacito que esa sea la escapatoria que buscamos.
    - ¿y está muy lejos?.
    - ni tanto, deja bajarme y te enseño el caminito.-el abuelo bajó tan rápido como pudo.
    Espezaron a caminar y de pronto escucharon una voz ronca que decía: "HOLA, QUE HACEN". Emannuel y el abuelo se dieron vuelta, entumesidos de miedo.
    - Quién chucha es?!-gritó el abuelo mientras se persignaba...

    hola! soy la guía de esta cuéa descomunal!

    sean bienvenidos a pasar y disfrutar...

    sin lograr unir una cosa con otra, otorgándole un mínimo de sentido a la cadena de sucesos desafortunados y estúpiodos, se dejaron llevar por la voz de aquel extraño ser, que al parecer estaba compuesto de moco, guaipe, plástico de salchicha y otras menudencias.

    el abuelo: puta la weona chancha, las weas que le daba de comer a la payasa! no te esfuerces hijo, así le deciamos con cariño a la come hombres!
    Abuelo! gracias por la imagen mental, pero creo tener algo que se llama estómago, dijo emannuel.

    abuelo: puta el weón finito! qué acaso nunca le diste de probar al nene, la ambrosía divina de las mujeres..
    eeeeeeeeeeh! abuelo, tengo diez años!
    xuxa!
    atentos! el show está por comenzar!, arremetió la figura de mierda aquella...
    Dichas esas palabras, la extraña criatura tiró de un cordel fino de color negro, esto provocó que hubiese un estruendo gigantesco en los interiores de "donde se encontrasen", pasado eso, se levantó una cortina que cubría una de las paredes, cortina que ni Emannuel ni su abuela habían visto: "Ah Mierrrrr... media weaita"-dijo el abuelo-"la cagoooo"-agregó Emannuel. Nunca habían visto algo tan grande, y bien formado en su vida, un feto que parecía de 40 metros de alto.
    - ¿Que carambas pasa acá! -gritó el anciano Mario.
    - no se preocupen, esta domado, no s eha movido nunca, más que para meter su dedo de la mano en su boca.-explicó la criatura.
    - Abuelo... esa cuestión es un bebé!.
    - ¡POR LAS CANILLAS DEL MONO EMANNUELITO, ESTÁ EN LO CORRECTO! -desencajó su mandibula la ardilla al decir esto.
    Se acercaron a la increíble criatura, un feto de 7 meses, en proceso d emaduración, el que los miraba con unos ojos abiertos y enormes.
    - ¿Y de quién es la criaturita?-preguntó el abuelo.
    - no se haga el huevón iñor, si es suyo-respondió la criatura.
     
  12. farrokha

    farrokha Usuario Casual nvl. 2
    87/163

    Registrado:
    1 Jun 2009
    Mensajes:
    7.063
    Me Gusta recibidos:
    4
    Habia una vez un niño llamado Emanuel, el cual tenia un jardin hermoSo y lleno de cadáveres de niños enterrados bajo la tierra del patio de su casa. Para el los niños eran de carne y huesos, pero, para todos los demas eran de juguete. Él relataba todos sus pasos en un diaro que escondía, bajo llave, en una gaveta dentro de su armario. Describía los rostros y los ojos de cada uno de los niños que...Cuidadosamente cortaba trozo por trozo, mientras les cantaba una vieja y conocida cancion de cuna... "Duermete Niño Duermete ya...". Emanuel siempre fué visto en su familia y el barrio como "el raro", y con el correr de los años su madre dejó de prestarle atención a su extraño comportamiento... que dejaba de manifiesto su oligofrenia, desde que empezo a cambiar su actitud, fue un vuelco para todos los que lo conocian. Pero si no fuera por ese tragico día en que Emanuel se despellejó los brazos para cubrir el frio plástico de los juguetes enterrados, nadie habria notado el real estado de locura en que se encontraba nuestro Emanuel.

    El bailoteo de las hojas otoñales en el viento húmedo de julio, hojas que con sus últimas fuerzas aferraban sus dorados dedos a las ramas de sus madres árbol, desgastaba el color del cielo gris y ensombrecía la ventana del ático por la que Emanuel contemplaba la callejuela en la que se encontraba su casa, mientras cocía hilos con piel y plástico, iluminado sólo por la luz plateada que dejaban entrever las nubes y la pequeña ventana de la habitación. Fue precisamente en esta habitación, en la que un día, martes 23 de marzo el "Ema" aprendió lo entretenido que era masturbarse viendo los cadáveres que en algún momento le causaron pesadillas... y día tras día, sumido en enfermizos pensamientos, contemplaba obsesionado la abrumadora belleza de la pequeña Isabella con el deseoso afán de sepultarla junto a su curiosa colección. Fue así como... atónito ante Isabella, cayó en un profundo trance que lo obligó a escribir sobre el piso, con un cuchillo, unos textos en una lengua muerta, casi desconocida...Su madre incitada por las habladurías de sus amigas, llamó a su amigo el cura, que al ver las escrituras de Emanuel, vio como todos sus temores se hacían realidad, y no dudó en sentenciar al pobre muchacho a...
    recuperar la cordura, recuperar su sitio entre la multitud y dejar atrás todas sus extrañas costumbres, las mismas que lo separan del mundo y lo transportan constantemente hacia las más escandalosas visiones... impuras, despues de una converzacion con el cura, Emanuel decide emprender el viaje hacia la cordura, pero el camino a seguir no seria tan facil, estaría lleno de tropiezos y cansancios, seria extenuante, pero con la ayuda de su madre todo sería mas facil.
    La madre tomo el crucifijo regalado por el cura y lo apretó fuerte en la frente Emannuel, el poderío del amuleto irrigó en la sienes del muchacho quien daba espasmos de dolor, sus venas se hincharon exageradamente y en su abdomen se podía ver que algo prisionero de sus carnes, saldría en cualquier moento...Entonces sucedió. Al principio su piel fue tomando un color verduzco y una textura putrefactafacta. Ante los ojos atónitos de su madre, que presenciaba inmóvil la transformación... unas garras se asomaron despedazando el vientre de Emannuel, arremetió con fuerza, desencajando consigo huesos y vértebras. El nacimiento de esta bestia acabó con con la vida del pequeño, ahora que se nutrió lo suficiente, era hora de actuar...
    Pero a pesar de la naturalezabestial del ser, en lo más recóndito de su mente brutal conservaba algunos de los recuerdos y los instintos más primitivos que de algún modo fueron la herencia del muchacho. Por esto, cuando pudo pararse sobre sus dos patas y lo primero que vió a la que fué su madre mirándolo estupefacta con el crucifijo aún inmóvil en la mano, su primer impulso de atacarla fué de alguna manera anulado por un extraño sentimiento evocado desde algún vago lugar de su cerebro, que ni el mismo sabría identificar.

    En su lugar, de sus labios nació una pregunta, ¿por qué estás tan seria, mamá? dijo, esbozando algo que sólo una mente enferma podría catalogar como una sonrisa.

    "Algo habremos de hacer con esa expresión tan opaca", dijo, y le abrió las mejillas de lado a lado con las garras que salían de lo que en algún momento fueron sus pulgares. Su madre se desplomó con el rostro despellejado, abierto de par en par, chorreando sangre por su cuello y hombros, y esparciendo un charco pegajoso por el suelo de la habitación. Una menos. Se acercó al cuerpo inerte de la madre y le arrancó de cuajo la tráquea
    - esto servirá, se dijo... (...) mientras golpeteaba el trozo de la mujer en su cabeza, pensando cuál sería su próxmo paso.

    Salió del lugar dando un gran salto por la ventana... y calló en un montón de hojas secas. De pronto su mano se topó con algo oculto entre las hojas que jamás imaginó que encontraría en el patio de su casa. Era un consolador de madera tallado en roble, el cuál tenía en un costado escrito “Rosalinda”, el nombre de su abuela muerta el año pasado. Pensó unos instantes y se dirigió corriendo a la estación de tren más cercana…

    la bestia se concentró en desvirtuar nuevamente su cuerpo y hacerlo aceptable para el ojo humano, volvio a ser un hombre... llevaba el trozo de madera entre sus manos, el tren avanzaba rumbo al sur... como un torrente de oscuros recuerdos llega hasta su mente el día aquel... es tarde cuando vio a su abuela Rosalinda extasiada introduciendo la pieza de madera en su interior, con la boca abierta y los ojos desorbitados

    Qué haces abuela?, gritó Emanuel. Pensé que alimentabas a los animales como dijiste!

    querido! tenía a un animal muy hambriento que alimentar, diez años de viudez no pasan en vano...

    El redescubrimiento de su abuela despertó en Emanuel un deseo indecente e irreprimible. Las ansias se le concentraron como fuego en las entrañas, y sin poder frenarla, la transformación se activó otra vez. La mayoría de los pasajeros dormitaba a esa hora, o estaban ensimismados en sus actividades, así que nadie se observó cómo la bestia se dirigía al últimos vagon; donde una ancianita minúscula se entretenía tejiendo unos calcetines de lana. Nadie escuchó tampoco el gemido de la anciana tuvo tiempo de gritar, cuando se sintío agarrada de las caderas, zamarreada brutalmete como un saco de harina y penetrada por una fuerza descomunal, en medio de una crujidera de huesos y articulaciones. Nadie se dió cuenta cómo su vientre reventó por la volumétrica descarga de la bestia. Nadie sintió tampoco a la bestia lanzando el malogrado cadáver por la ventana del tren. Sólo se despertaron cuando Emannuel volvía a su asiento, convertido en un niño otra vez, tarareando a viva voz una exasperante canción de Topo Gigio.

    Emanuel trataba de aquietar sus piernas temblorosas, pero el recuerdo de su abuela y de lo que acababa de hacer, lo llevaban de nuevo a su frenética danza mental, esa que se desplaza entre senos arrugados, vaginas flácidas y polvorientas por la dejación de los años... desde el día aquel, solo eso ocupaba su mente infantil... la anatomía senil de la mujer, deseaba los cuerpos atacados por los años, mientras más viejas mejor.
    Levanta la mirada entonces y advierte que la mujer del frente abre los ojos, una tierna viejita que se acomoda la protesis sin verguenza...

    emannuel: quieres un acomodo definitivo, vieja conxetumadre????
    no termina de decir aquellas palabras y le ensarta el consolador en la boca a la pobre abuelita.

    emanuel: a ver si con eso se te traba la quijada!!!-
    "No sabís con la chichita que te tai curando, aweonao"- se escuchó un grito a lo lejos. Un hombre se acercaba corriendo a Emannuel.
    - ¿Que wea tai haciendo sapo e mierda?, te gustan viejitas ctm?!!.- dijo el hombre en tono frenético.
    - Tranquilo amigo, la señora me lo pidió- Emannuel salió corriendo.
    "esto es demasiado para mí, se decía "Ema".
    y saltó del tren, pues le quedaba poco para llegar y podía hacerlo por su cuenta, necesitaba pensar.

    hay abuela! mi fogosa e insaciable querida abuela, por qué mi hiciste este daño tan tremendo!.
    Emannuel había avanzado bastante caminando, pero tuvo que deterne, al verse frente a un árbol gigante e imponente. El árbolr provocó al extraño en el interior de Emannuel, sintió como que algo lo llamaba a "examinarlo". Emannuel se acercó al árbol y comenzó a acariarle la corteza, empezó a dar vuelta y de lo miraba tiernamente. fue en una de estas miradas, cuando levantó la cabeza, y vió a unos 4 metros de alto, que al árbol le faltaba un pedazo, escaló hasta el lugar, y notó, para su total desconcierto, que el pedazo que faltaba tenía la forma del consolador de su abuela.

    trepó hasta el lugar y sin pensarlo hizo calzar la pieza en aquel recodo, extrañamente, a pesar del tallado del consolador, el espacio se acomodó para reibir el trozo parte de aquel arbol melenario. Canto de ánimas se escucharon por los alrededores, alaridos del climax de las constelaciones crepusculares, esas invisibles e indefinibles; que sin embargo alli estaban armonizando el mágico moemento. Las ramas del roble abrazaron el cuerpo de emannuel, nuevamente transfigurado y convertido en bestia. Se abró en medio de su corteza una gran galaxia húmeda y viscosa como la de su abuela y succionó el cuerpo de lafiera... Emannuel cayó durante 2 minutos en el vacío, hasta que tocó fondo contra una especie de líquido blanquesino y viscoso, Emannuel quedó empapado y ediondo.
    Vio de pronto a una ardilla acercarse a él.
    - ¿Quién eres puto humano?-dijo mirando a los ojos a Emannuel-
    - ¿Puees hablar?-
    - y además imbécil, obviamente.
    - Que belleza.
    - Y tú, que belleza de Gran Inútil. Ya, dime quién chucha eres.
    - Emannuel... animal culiao.
    - yo que tú, no le faltaría el respeto al dueño de casa.
    - Tranquilo papá.

    ya me cansó esta estúpida conversación, dime quien eres!

    ten más cuidado conmigo muchacho, si estás aquí no es por coincidencia, sino por el bendito capricho de tu abuela Rosalinda. La muy desalmada me condenó a vivir entre sus espesuras convertido en este mariconazo animal, sólo porque no le daba como bombo en fiesta ada vez que la muy zorra andaba antojada. Ni te explico cómo tantos años de fricción hicieron de mi compañero una mierda, tanto me lo gastó esa perfida que entre los sueltos cueros de ella y los mios, te hicimos aquel charango en navidad que tanto te gustaba tocar!

    emanuel: viejo abuelo!!!!!! eres tú????
    - El mismo que canta y baila -contesta la ardilla- y no me webees.
    - ¡Abuelito! -lagrimas aparecieron en los ojos de Emannuel- estuve mucho tiempoe sperando este momento.
    - ya, paremos tanta mariconería, y ayudame, tenemos que buscar como salir de este árbil reculiao.
    - a sus órdenes Don Mario.

    la ardilla trepó las cortezas infectas tratando de encontrar un orificio por donde escapar. AH! Emanuel, la puta de tu abuela sí que sabía hacerla. Maldijo este roble con todo el poder de su líbido, más inmenso que la negrura de todas las almas del pasado. Será este nuestro fin querido hijo? no podemos sentarnos a esperar, abuelo; arremetió Emanuel.

    MIra! ves lo que yo veo, abuelo?
    parece un mensaje cifrado Emanuel, tienes idea de lo que puede significar?

    en la pared solo se dibujaba el borde de una figura fálica sin mayor sentido...
    pero para estas dos criaturas habría de significar mucho...
    -Emannuelito -dijo el abuelo- disculpa lo que te voy a decir, pero ¿eso es un choro?, o me engañan mis ojos con cataratas?
    - no abuelo, estás en los cierto, y me huele conocido.
    - ¿un choro conocido?, debe ser amigo entonces, haber, deja olerlo -el abuelo olfateó unos instante- ¡POR LAS BOLAS DE KING KONG!, pero si es el olor del sexo de tu abuela ctm!!.
    - abuelo, tranquilo -dijo Emannuel secando el sudor de la frente de la ardilla.

    Comenzaron a mirar directamente la figura casi marciana que se formaba, hasta que no puedieron seguir manteniendo la vista en ella, debido a un extraño brillo que ésta expulsaba...

    el brillo del anciano sexo cegó los ojos expectantes y curiosos de esos dos hombres, quienes no daban crédito a lo que veían.

    abuelo! la cosa se está abriendo, palpita! tiembla! supura, es la misma que me transportó a este lugar ¡quizas sea la salida abuelo!

    no sé emanuelito, tantos años intentando satisfacer sin lograrlo aquella adiposa cavidad, me tiene la moral por losm suelos y no sé si quiera adentrarme en ella nuevamente.
    pero abuelo! es la única forma que tenemos de salir de aquí, tienes que superarlo..

    por la xuxa weón es una vagina gigante!!!!!!!!!
    en qué cabeza cabe que haga esa weá!

    cálmate tata, nada de lo que a pasado tiene sentido, cómo esperas que lo tenga ahora...
    simplemente hagámoslo...

    la bestia y la ardilla se adentraron a los pegajosos caminos vaginales...
    - Puta la cuestión pa edionda tata, es como que no la hubiesen lavado en años.
    - me temo que así debe ser, por que yo era el encargado de hacerle el aseo a tu abuela.
    - Creo que ver unas lianas que nos pueden ayudar.
    - No son lianas hijo, son vellos, pero son igual de firmes, no te preocupes, y valgamonos de ellos para avanzar más rápido, me subiré en tu hombro, vamos.
    - abuelo, sujetate bien, iremos rápido.
    Partieron los dos adentrándose en la extraña, lúgubre y anciana caverna de carne. Avanzaron unos minutos, ayudados por los fluidos y vellos interiores, hasta que se encontraropn con una roca.
    - Llegamos a los riñones parece.
    - ¿Significa que estamos cerca? -preguntó ingenuamente Emannuel.
    - nosé si tanto, debo decir que en vida, había llegado bien adentró de tu abuela, pero nunca tanto.
    Es que tu abuela parece no tener fondo!, como cresta le iba a producir si quiera cosquillas con tremendo forado pues hijo, quién le habrá taladrado tanto la enrepierna??? habrá sido el Esaúl, o más conocido como el "Coronta" en el barrio...(¿?)
    -abuelo! no es tiempo de elucubrar conjeturas, y concentrate en esacapar de aquí...
    mira abuelo! efectivamente estabas equivocado!, no son los riñones, sino un objeto extraño... veamos qué es...
    Se acercaron lentamente al exraño objeto, lenta y cautelosamente, ayq eu existían las posibilidades de que tubiee vida. El Abuelo se bajó dle hombro de Emannuel, y aprovechando su escueto tamaño trepó rápidamente en la, hasta el momento, "roca", se quedó parado en la cúspide.
    - Venaiga Dios emannuelito, chitas la vista pa bonita conchemimare.- unas lagrimas rodaron por los ojos del abuelo- si se parece a la fábrica donde trabajé, para los chocolates Wonka.
    - pero, ¿qué se vé dese ahí?, ¿alguna salida?-preguntó atacantemen Emannuel.
    - Aver... nosé... es que... ah, si, a lo lejos se vé un forao, capacito que esa sea la escapatoria que buscamos.
    - ¿y está muy lejos?.
    - ni tanto, deja bajarme y te enseño el caminito.-el abuelo bajó tan rápido como pudo.
    Espezaron a caminar y de pronto escucharon una voz ronca que decía: "HOLA, QUE HACEN". Emannuel y el abuelo se dieron vuelta, entumesidos de miedo.
    - Quién chucha es?!-gritó el abuelo mientras se persignaba...

    hola! soy la guía de esta cuéa descomunal!

    sean bienvenidos a pasar y disfrutar...

    sin lograr unir una cosa con otra, otorgándole un mínimo de sentido a la cadena de sucesos desafortunados y estúpiodos, se dejaron llevar por la voz de aquel extraño ser, que al parecer estaba compuesto de moco, guaipe, plástico de salchicha y otras menudencias.

    el abuelo: puta la weona chancha, las weas que le daba de comer a la payasa! no te esfuerces hijo, así le deciamos con cariño a la come hombres!
    Abuelo! gracias por la imagen mental, pero creo tener algo que se llama estómago, dijo emannuel.

    abuelo: puta el weón finito! qué acaso nunca le diste de probar al nene, la ambrosía divina de las mujeres..
    eeeeeeeeeeh! abuelo, tengo diez años!
    xuxa!
    atentos! el show está por comenzar!, arremetió la figura de mierda aquella...
    Dichas esas palabras, la extraña criatura tiró de un cordel fino de color negro, esto provocó que hubiese un estruendo gigantesco en los interiores de "donde se encontrasen", pasado eso, se levantó una cortina que cubría una de las paredes, cortina que ni Emannuel ni su abuela habían visto: "Ah Mierrrrr... media weaita"-dijo el abuelo-"la cagoooo"-agregó Emannuel. Nunca habían visto algo tan grande, y bien formado en su vida, un feto que parecía de 40 metros de alto.
    - ¿Que carambas pasa acá! -gritó el anciano Mario.
    - no se preocupen, esta domado, no s eha movido nunca, más que para meter su dedo de la mano en su boca.-explicó la criatura.
    - Abuelo... esa cuestión es un bebé!.
    - ¡POR LAS CANILLAS DEL MONO EMANNUELITO, ESTÁ EN LO CORRECTO! -desencajó su mandibula la ardilla al decir esto.
    Se acercaron a la increíble criatura, un feto de 7 meses, en proceso d emaduración, el que los miraba con unos ojos abiertos y enormes.
    - ¿Y de quién es la criaturita?-preguntó el abuelo.
    - no se haga el huevón iñor, si es suyo-respondió la criatura.



    mio?? agregó el abuelo?, pero cómo xuxa?
    si hace como ´veinte años que la pajarilla me sirve sólo pa mear y cuando le taba por toser, ya pasado algunos insanos manoseos, no escupía más que polvo infertil!!!

    esa guagua no es de mi sangre, esta conxetumadre me cagó!!!!

    el medio golazo tata, jajajajajajja! igual se parece a ti, en los ojitos...

    Ni cagando... esta webá se volvió personal! juro por la chacra de mi madre que dios la tenga en su gloria, que me vengaré...

    Entonces el abuelo, sacó sus hasta ahora desconocidas alas y voló hasta el feto que se regodeaba en su bolsita maternal...

    Despierta mierda, le dijo el abuelo!


    __________________
     
Estado del Tema:
Cerrado para nuevas respuestas