Cruzando todos los límites

El sexo más excitante que he tenido fue la primera vez con el hombre con el que estoy saliendo ahora. Me ha atraído durante más de un año, pero nunca pensé que llegaría a nada. Estaba casada, pero no era feliz. Salí de esa relación para estar sola, pero pronto me encontré con este nuevo chico. Incluso sus visitas tienen que ser muy discretas/secretas, lo que creo que aumenta la emoción.
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Vino a cenar y yo había decidido ir. Puse mi pie sobre el suyo y esperé. Luego se giró hacia mí y se acercó para darme un beso. ¡Fue maravilloso! Pronto estábamos uno encima del otro y él dijo: "¿Quieres follar?". Quería, pero quería más juegos previos. No mucho después, nos mudamos al dormitorio. Me acababa de mudar al apartamento y la cama solo tenía una sábana y una toalla como manta. La sencillez también aumentó la emoción.

A partir de ahí, las cosas se movieron rápido. Se quitó algo de ropa y yo lo ayudé a quitarse la suya. Cuando vi su pene grande, no podía creerlo y lo hermoso que era su cuerpo. Solo había visto una vez antes un pene circuncidado; el suyo se veía mucho más hermoso. Le hice sexo oral de inmediato, todavía con algo de mi ropa puesta.

Él es de un entorno religioso y cultural diferente. Tiene exactamente la mitad de mi edad (yo tengo 48 años; una cosa que las revistas no te dicen es que algunas mujeres se ponen muy cachondas a esta edad) y para mí, hubo muchos límites y divisiones que se cruzaron. Creo que todo eso hizo que este momento pareciera increíble, que uniera muchas cosas porque ambos estábamos abiertos el uno al otro como personas.

Luego nos desnudamos y tuvimos el sexo más maravilloso. El momento en que él me hizo sexo oral fue un momento especial en mi mente, ya que a veces me resulta difícil dejar que un hombre llegue a ese punto, así que fue bueno superar ese obstáculo. Era mucho más grande que mi ex (con quien el sexo me resultaba incómodo), pero encajaba perfectamente en mí, y su pene se sentía increíble dentro de mí, incluso tocando mi punto A.

Probamos varias posiciones y me gustó que ambos fuéramos bastante desinhibidos pero no salvajes; nos besamos mucho y parecía más que sexo: había conexión y un contacto visual encantador.

No llegué al orgasmo, pero disfruté mucho cada minuto. Él no se quedó, pero me pareció bastante tierno que tuviera que irse. No puedo explicarlo, pero estaba buscando algo poco convencional en comparación con mi matrimonio. Definitivamente no sentí que él solo quisiera tener sexo y, de hecho, las cosas han evolucionado entre nosotros: a veces viene solo para hablar o acurrucarse y besarse.

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