Pero piensa que por mucho que a una persona se le abra las puertas, hay un proceso psicológico que vive la persona en base a estándares que las mismas personas le otorgan. A algunos se les abre las puertas simplemente porque se ve como alguien diferente, como alguien discapacitado. Es una forma de negar al otro como ser capaz dentro de su contexto, entendiéndolo como una pobre víctima. En base a ese estándar que la misma sociedad impone y que lo trata con compasión por ser diferente, la capacidad de una persona de sobrellevarlo es muy valorable y en muchos casos bastante difícil de lograrlo. Sobre el tema: Comparar un perro, que me pareció precioso, con un ser humano, me parece exagerado. De partida, lo peor de ser discapacitado no es el problema de tener una capacidad menos, si no sobre todo, de cómo te ve la sociedad, cómo te juzga la sociedad y como se te excluye como una persona capaz de participar activamente en los procesos de una sociedad. Es obvio que en determinadas cosas, hay que ayudarlos, pero esa "negación del otro" es el principal problema de una discapacidad. (ni siquiera me parece adecuado el término). En el caso del perro no existe esta "negación del otro" y el perro no se da cuenta de cómo se forman una realidad propia y a la vez cómo existe una realidad independiente teniéndolo a él como objeto de dicha realidad, es decir la percepción de los otros con uno. Esa conexión, dependiendo de tus capacidades de comprender, puede llevar a un corto circuito en la persona, y producir períodos de frutración, de depresión, etc. El perro se salta ese paso para sobreponerse a algo.