El primer Andahua y la Muerte

El PRIMER ANDAHUA, LA MUERTE Y CERRO BLANCO

Nadie sabe cuándo y cómo el primer Andahua llegó al pueblo de Cerro Blanco, ni siquiera sus propios descendientes, pero lo que sí es muy conocido por esos lares, es que aquel pequeño tipo, de apariencia tranquila y rasgos marcados por las largas jornadas de trabajo en el campo cortando caña, solía jugar a las cartas con la Muerte.
Si llegó o no con esa maldición al pueblo, no importa; lo único cierto en esta historia, es que la Muerte apostaba el destino de sus futuras víctimas en cada partida, haciendo que del primer Andahua dependiera decidir quién vivía y quién moría, o qué desastre natural ocurriría.
Aunque la suerte no siempre estaba de su lado, el experto machetero logró salvar a dos niños de ser calcidados, al hijo de su vecino de morir ahogado y a su compadre de ser asesinado a manos del marido de su amante. Sin embargo, en sus noches de mala racha, dejó morir a muchísima gente y también perdió la partida en donde la Muerte apostó un año completo de sequía para el Valle de Nepeña.
De esa manera el tiempo fue pasando, el primer Andahua se casó, tuvo seis hijos y, para su buena suerte, los juegos diarios de Naipe, se reducieron a la primera noche de cada mes.
En la oscuridad del primero de setiembre, la Muerte le propuso al experto machetero jugar la vida de todos los habitantes de Cerro Blanco, pues había perdido tantas veces que le faltaban muertos para llenar su balsa. El primer Andahua se negó, suficiente tenía con soñar con las personas que no pudo salvar, como para hacerse responsable de la vida de todo un pueblo, así que le pidió a la Muerte que apostaran por una sola alma, pero el espectro se también negó, y le hizo saber que era eso o que apostarían la vida de su esposa y sus hijos.
A regañadientes el primer Andahua empezó a jugar por la vida del pueblo, no era un martir así que se le permitía ser egoísta si de salvar a su familia se trataba. Esa madrugada ninguno de los dos quiso ser derrotado, la Muerte se jugaba el trabajo y el primer Andahua la existencia de un pueblo; una partida para el humano y otra para el espectro, una a una las cartas iban y venían, a veces con sonrisas y otras veces con miedo.
Era y es tan valiosa la apuesta que hasta el día de hoy siguen jugando. Por momentos, se toman un descanso, la Muerte aprovecha en arrear a los seres que van muriendo fuera de su juego y el primer Andahua aprovecha en visitar a sus hijos, nietos y, sobre todo, la tumba de su amada.
Cada día el monto sigue creciendo, la población de Cerro Blanco sigue en aumento y ojalá que, cuando el juego de cartas termine, sea el primer Andahua el ganador porque no importa en que parte del mundo te encuentres, pues si eres de descendiente de los primeros pobladores de Cerro Blanco, puede que tu vida esté en sus manos.

✍️Fuente y autor: El obelisco de Hades.
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