Haciéndolo con rabia...

Llegué con rabia, estaba molesta por una injusticia del trabajo…y por alguna razón esta él ahí, para calmarme, domarme.

Se calentó al verme así de enojada y me agarró de frente. Estaba dispuesto a sacarme la rabia.

- Verte así… me dan más ganas de dominarte, de neutralizarte como una yegua indomable. Vas a llegar a apretar los dientes.


Empezó rudo desde el comienzo, intenso, nos gritamos. Y a pesar de que traté de zafarme, me sostuvo con fuerza.

- No quiero, déjame, estoy molesta.

Sus manos empezaron a tocarme, a recorrerme, me colocó contra la pared y su pene duro rozó mis piernas. Con eso ya estaba entregada, pero no, no podía flaquear. Me niego nuevamente, aunque lo deseo con todas mis fuerzas.

Me apuntala con firmeza y eso hace que emita un gemido desde mis entrañas.

Me agarra las dos manos con fuerza para dejar de forcejear con una sola mano, con la otra se va directo a mi vientre, a mi vagina. Eso le permite por debajo tenerme contra la pared y en mi torso traerme hacia él.

Sus manos me excitan tanto cuando me toca, cuando me agarra fuerte y forcejeamos.

De repente tira mi sostén con fuerza, dejando caer libremente mis senos, y mis pezones duros dejando en evidencia mi excitación.

- No – digo casi gimiendo.

Me sigo resistiendo pero ya con menos fuerzas.

Él baja mis jeans y los deja a media pierna. Su mano se mete entremedio de mis piernas. Me tiene desesperada, loca de placer. Quiero sacarlo, empujarlo, pero no, quiero más.


- ¿No tienes tanta rabia?¿por qué te entregas? Te ordeno que sigas luchando – me susurra al oído.

- Quiero que te esfuerces, que me busques y que me encuentres.

Le retiro las manos con fuerza pero con su fuerza me agarra y me pone de espalda.

Doy pequeños gritos de rabia y placer. Trato nuevamente de sacarlo.

Se bajó los pantalones y me hizo sentir su pene.

- Te daré por mañosa, siéntelo-me dijo

- Mmm… está rico, me encanta, me calienta mucho que me digas mañosa. Pero no quiero – digo claramente con poca convicción.

Con su pene duro me está costando seguir fingiendo.

Me abre de piernas...me agacha con fuerza, me corre el calzón y me lo mete.

Estoy mojada a morir. Con la lucha lo siento rico, y trato una y otra vez de que su pene salga… que entre y que salga.

Me da una nalgada, que suena muy fuerte.

- ¿Quieres sufrir, lo quieres duro?- me pregunta

- Si, y necesito más de esas nalgadas…con rabia. Quiero más.

Empieza a sonar el choque de mi trasero con sus piernas y pene. Me toma mis manos por la espalda, mientras yo muevo mi pelvis para tratar de safarme, pero ese movimiento es más excitante.

- Voltéate, ya eres mía, no te escapaste, por lo tanto eres mi esclava. Chúpamela.

Bajo completamente hasta estar a la altura de su duro y caliente miembro. Lo meto en mi boca hasta adentro.

Me ordena chuparle los testículos y obedezco. Me saboreo.

- Hazme una rusa- ordena.

Llevo su pene a mis senos y mis pezones están aun más duros e hinchados.

Observo como su glande toca mi pezón y deja caer una gota de líquido. Yo quiero todo ese liquido, es mío, rico, saladito.

- Tírate al suelo, haremos un 69- me vuelve a ordenar.

- ¿No me darás tregua cierto? Te lo chuparé como nadie lo ha hecho.

- Sin tregua, yo mando. Te haré botar más líquido que nunca.


Con su lengua hace que tenga un orgasmo tan intenso que mi ano se dilata lo suficiente para pedirle que me lo meta por detrás.

- Dame por el culo, quiero todo tu pene y que te vayas dentro de mí- le exigí yo ahora.

- ¡Súbete encima y entiérralo por detrás! Brinca y retuércete.

En cuclillas empiezo a saltar y me retuerzo de placer. Le doy la espalda para q lo vea más de cerca. Con sus manos en mis caderas, ayuda a que yo suba y baje.

- Me voy a ir- me dice.

- Ok, tírate sobre mí, échame tu semen en el culo y deja un poco para mis nalgas.

Terminó jadeante tendido sobre mí, ambos embetunados…y extasiados