inflación como un instrumento bélico de los nazis

Tema en 'Historia' iniciado por mssct, 21 Ene 2020.

  1. mssct

    mssct Usuario Nuevo nvl. 1
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    Hoy vamos a hablar de un episodio poco conocido de la Segunda Guerra Mundial.
    Cuando los nazis utilizaron la inflación como un instrumento bélico.

    La Operación Bernhard.

    En 1941 el general de las SS, Reinhard Heydrich (foto), encargó al Mayor Bernhard Krüger la puesta en marcha de un ambicioso plan para falsificar libras esterlinas. Los nazis querían llenar el mercado de libras falsificadas, disparar la inflación y así hundir la economía inglesa.
    Con esta maniobra, también podrían beneficiarse utilizando la moneda inglesa para financiar operaciones en el exterior, compras en países neutrales, camuflar movimientos comerciales, etc.
    Para la ejecución de este plan, se creó en el Cuartel de las SS (el brazo represor del régimen nazi) de Berlín la Oficina 6-F-4, dirigida por Krüger, que enseguida se encontró con el primer escollo: no había técnicos alemanes que pudieran hacer el trabajo.
    Dada la importancia estratégica y logística de la “Operación Bernhard” para el régimen nazi, Heinrich Himmler, comandante en jefe de las SS, autorizó que se utilizara a prisioneros judíos que fueran calígrafos, impresores, dibujantes y expertos en falsificaciones.
    Tras recorrer todos los campos de exterminio que había en Europa, Krüger seleccionó a 140 judíos que fueron clasificados como “trabajadores altamente esenciales”.
    Fueron destinados al Bloque 19 del campo de concentración de Sachsenhausen, cerca de Berlín. Sus condiciones de vida eran muy diferentes a la de sus compatriotas de otros barracones. Camas con colchón. Sábanas limpias. Comida caliente. Duchas.
    Pocos meses después, el plan secreto dio sus frutos y los prisioneros consiguieron falsificar la libra. La reproducción estaba tan bien lograda que un agente encubierto depositó en un banco de Londres un maletín lleno de billetes falsos sin que saltaran las alarmas.
    Mientras que la mayoría de los billetes estaban almacenados en un lugar seguro, una gran cantidad de esas libras esterlinas también comenzaron a circular por diversos puntos de Europa. Con ello se financiaban operaciones de espionaje en otros países.
    A partir de 1943, una gran cantidad de billetes ingleses falsificados había llegado a Londres procedentes de Zurich, Lisboa, Estocolmo y otras capitales de países neutrales. Llegaban en lotes de 100.000 libras esterlinas, y la calidad de la falsificación mejoraba a cada envio.
    Cuando el taller de Sachsenhausen estaba a pleno rendimiento, producía 400.000 libras esterlinas al mes. A finales de 1944 se habían puesto en circulación nueve millones de billetes con un valor facial de 135 millones de libras.
    Con el objetivo concretado y el plan en marcha, el Mayor Krüger era consciente de que, si finalizaba la operación, los prisioneros iban a ser ejecutados y él iba a ser destinado al frente del Este.
    Se dio la orden de trasladar a los prisioneros al campo de Ebensee en Austria para ser exterminados y no dejar testigos de la operación.
    Pero gracias a la recomendación de Krüger, el comandante del campo se negó a acatar la orden y finalmente los “falsificadores de Sachsenhausen” fueron liberados.

    La “Operación Bernhard” y el desempeño de los prisioneros seleccionados nos demuestra lo difícil que es separar el bien del mal cuando las personas se encuentran en una situación límite en la que está en juego su supervivencia.
    Gracias a sus habilidades, habían conseguido un “trato privilegiado” dentro del horror nazi. Sin embargo, eran conscientes de que estaban colaborando con el mismo régimen que planeaba su exterminio. Cada uno de los billetes falsificados que salía del taller servía tanto para asegurar su supervivencia un día más como para condenar al resto de sus compatriotas a las cámaras de gas.
    Esta dinámica perversa –una mezcla de ganas de vivir, sentimiento de culpa y miedo a la muerte- convertía a los prisioneros en personas que luchaban por ser buenos y que, sin embargo, se veían abocados a participar con el mal para poder sobrevivir.
    La película del año 2007 "Die Fälscher" o Los falsificadores de producción austro-alemana relata la historia de la "Operación Bernhard", logrando en el año 2008 el Premio de la Academia "Oscar" a la mejor película de habla no inglesa. FIN.
     
    A Oruga Gritona y carocarolo les gusta esto.
  2. carocarolo

    carocarolo Usuario Avanzado nvl. 4 ★ ★
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    Interesante tema compadre ! Que complejo eso que comentas al final.

    Saludos :dali:
     
  3. Mcflick

    Mcflick Usuario Casual nvl. 2
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