LA LUCIÉRNAGA

Tema en 'Rincon Literatura' iniciado por El Brother, 7 Jun 2019.

  1. El Brother

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    LA LUCIÉRNAGA


    Todo sucedió en un instante… Sandra Lewis se vio por los aires. El auto dio varios giros antes de estrellarse contra el muro. Todo había acabado. Vio cómo recogían su cadáver de entre los fierros retorcidos y ahora ella volaba libre, sintiendo una agradable sensación de libertad y de profunda paz…


    Todo esto es muy confuso… No puedo creer que esté muerta. Sigo en éste mundo y todo lo veo muy grande: Las mariposas, los pájaros, las libélulas, las rosas… ¡Y estoy volando! ¡Sí, volando!

    Me siento todavía aturdida. Puedo subir, bajar, dar de vueltas. Tengo alas… ¿Acaso seré un ángel? Veo que allá está un arroyo. Voy hacia él.

    ¡No es posible! ¡Mi reflejo en el agua me dice que he reencarnado en un insecto!... ¿Acaso seré un escarabajo? Veo que se aproximan otros iguales a mí… ¡Y tienen el abdomen luminoso!

    Sí… Son luciérnagas. ¡Oigan, no lo puedo creer, yo también soy una! ¡Puedo encender mi luz!... El crepúsculo me permite ver que alumbro fuerte. Todas tenemos una luz verde amarillenta.

    ¡Sigo viva! ¡Puedo volar libre! ¡Nunca había sentido ésta maravillosa sensación de libertad! ¡Me encanta volar y desplazarme haciendo giros por los aires!

    Siento una absoluta paz en mi alma. Tengo ganas de llorar, pero no sé si las luciérnagas lloran. Esto es mucho mejor que estar en una tumba fría y sola.

    ¡Puedo hacer que mi luz parpadee, que aumente o que disminuya! Ya puedo controlar mi vuelo. Me encanta éste lugar y quisiera quedarme aquí toda mi vida.

    Voy para arriba… Ahora para abajo… Ahora daré un giro para librar ese rosal. ¡Esa mariposa azul es realmente enorme! Todos los colores los veo muy brillantes, como nunca me imaginé cuando yo era humana.

    El Sol está a punto de ocultarse. Los rayos rojos y amarillos que despide son muy hermosos. Quisiera volar tan alto para verlos plenamente.

    Pero no. No puedo alejarme de las demás luciérnagas y abajo es un lugar formidable. Voy a volar hasta donde están esos arbustos. Veo unas flores blancas muy bonitas.

    Alcanzo a percibir una enorme flor entre éstas ramas y… ¿Qué está pasando? ¡Algo me ha sujetado y no puedo volar! ¡Mi cuerpo se ha atorado con algo pegajoso!

    No… ¡No puedo librarme! ¡Esta viscosidad me ha atrapado! ¿Y qué es esa cosa que viene rápido hacia mí?... ¡Me está envolviendo! ¡Por favor, que alguien me ayude!

    ¡No puedo más! ¡Esa cosa tiene muchas patas y me está lastimando! ¡Me… está… está…!


    Esos fueron los últimos momentos de la luciérnaga. Al volar, extasiada por la nueva experiencia, no midió el peligro que la rodeaba, y al acercarse a los matorrales… ¡Cayó inexorablemente en una telaraña!...