La yapa

Estaba en 2do medio, tenía un par de compañeros de curso delicuentes con prontuario, y yo no me dejaba intimidar ni dejaba que abusaran de otro.
Un día estábamos jugando fútbol, y sin saber uno de ellos dijo que ese día se cobraría.
En fin, yo estaba de espaldas, y solo escuché un golpe, un compañero qué era enorme y muy callado, le dió un puñetazo y lo dejo inconsciente.
Fue grave, llegó carabineros, y lo llevaron detenido, era mayor de edad, yo tendría 13 o 14 años.
Tiempo después, estaba en un parque de entretenciones, y había una rubia, ya grande, que me miraba mucho, más tarde quedé solo y ella se acercó, tenía unas enormes tetas, una polera muy apretada, que dejaba ver claramente sus pezones, cintura descubierta, una minifalda muy corta, piernas gruesas y con curvas propias, y claro botas altas. Un culo redondo, firme como de mula .
Hola xxxx, me dijo llamándome por mi nombre, me gustaría conversar contigo, pero vamos más allá, estábamos en un parque muy antiguo, con árboles muy grandes, yo no pude negarme y me fui con ella.
Cuando estábamos allá, me dijo que me había visto antes, ella era apoderada de su hermano menor, y yo como presidente de curso, a veces tenía que dar cuenta.
Ah, ok.
Y quien es tu hermano?
Y me nombra al delincuente.
Yo casi salí corriendo.
Ella puso su mano con uñas largas en mi pecho asustado, y dijo, tranquilo, yo quería agradecerte por enfrentarlo, tengo hermanos más chicos que estarán mejor sin el, yo tengo 19 años, y quiero darte un regalo, tiró su polera dejando rebotando un perfecto par de rosadas tetas, se apretó contra mi, abrió mi camisa, y las paseaba por mi, mientras me besaba, esa fue la primera vez que alguien me lamió las tetillas, mientras preguntaba si me gustaba, abrió mi pantalón, tomaba la cabeza del pico y se la frotaba en su clitoris.
Y siempre preguntando, te gusta esto?
Bajó, hizo un mamón, avanzado, tenía ritmo, mucha succión, pausas, lo tomaba firme para golpearse la cara, las mejillas, la frente, las tetas, yo estaba alucinando, me salía mucho líquido transparente, ella lo lamía o lo ponía en su vagina.
Se puso de pie, me puso el culo, se movía tán rico, pero no dejaba que se lo metiera.
Yo claro insistía, ella decía que no, yo seguía tratando de meterlo, hasta que ella dijo, pero no estamos pololeando, y si tenemos una guagua no te puedes ir.
Y cuando decía eso, me parecía que se movía con mas ganas, Tate.
Me saque la chaqueta, la puse en el suelo, la puse en 4, acabé afuera sobre el culo, ella me daba su número, yo me hacía el hipnotizado.
Me tocó después ,arrancar de ella muchas veces.
Pero la imagen de levantar su polera, y dejar rebotando esas tetas perfectas, para luego apretarlas contra mi, nunca me va a abandonar.