Mis Relatos 09: Mis Primeras Experiencias (parte 1 c/n Foto)

A muchos les llama la atención mi forma de ser, en cada relato describo mis gustos y mis ideas, que a pesar de ser muy explicita y de mente abierta, no me ando con cosas de mal gusto, me gusta el sexo en su máxima expresión y prácticamente sin limitaciones, pero también tengo mis requerimientos mínimos y básicos. Al menos en este portal ya hay 3 personas que me han conocido en toda mi extensión, un amigo de 27 años y un matrimonio. Ellos, son quitados de bulla, apenas postean algo, pero me convencieron, y bueno, lo hemos pasado bien en la primera cita, por separado por supuesto. Ya les contare como fue esa experiencia.

También, quiero satisfacer la curiosidad de algunos que me han preguntado por mis inicios y algunas otras cosas; quiero adentrarme en las sensaciones, ya que alguien también me pidió agregar más acerca de estas, algo más de mis pensamientos, de que pasaba por mi cabeza, que sentía en mi piel. De como siento el sexo y sus variantes. No fue un reclamo, sino una honesta petición que espero satisfacer.

Hace mucho tiempo atrás yo era flaquita y menuda, mi desarrollo completo llego más tarde que muchas, así que siempre me he visto con al menos 4 o 5 años menos; además tampoco soy muy alta (mido 1,52mt). En lo sexual, todo era tranquilo, una que otra caricia, besos y cosas así. Ya había tenido algunas cositas con una amiga, pero esa es otra historia. Aca pueden verme a los 18:



Había un señor amigo de la casa y no era raro que pasara a saludar o algo así. Me recuerdo que tenía casi 40 años, el cabello corto y canoso, delgado y yo lo veía bastante atractivo, se notaba que le gustaba ejercitarse. Creo que siempre encontré atractivos y atrayentes a los hombres de mayor edad que la mía, y esta vez fue la primera vez que me sentí atraída por alguien así, más después de sus palabras y sus intentos de seducción en solo 30 minutos.

Estábamos a fines diciembre, un lunes y el llego a la casa, yo estaba sola, venía a conversar con mi familia. Recuerdo que le ofrecí algo de tomar mientras esperaba. Entonces nos sentamos y el comenzó rápidamente a hablarme de lo simpática y linda que yo estaba, y que yo le gustaba porque era muy femenina, yo solo me sonreía y sonrojaba. Me preguntó qué opinaba de él, y le dije que se veía muy serio y atractivo, y que me llamaba la atención que viviera solo. Abrió los ojos como loco y largo una carcajada, me dijo que se había separado y por eso arrendaba ahí mientras esperaba un trabajo fuera de Santiago. Luego me dice que quería conversar más conmigo, para saber más de mí y las cosas que me gustaban. ¿Porque no vienes a verme un día de estos y así podemos conversar más? ¿Qué te parece este este jueves, no tengo nada que hacer desde las 2 de la tarde? Yo le dije que sí, algo nerviosa, pero con mucha curiosidad.

Llegó el jueves y entonces dije: ¿porque no? Recuerdo que almorcé, me había levantado tarde así que también me había duchado tarde. Me puse una polera con tirantes, un short de color rosado y unas típicas hawaianas de verano. Como yo en esa época era plana, no usaba sostén. Me fui a la casa de él y casi me arrepiento a unos metros de la puerta. Toque y entree, la puerta estaba abierta. Entre al living, un sofá de color rojo y la casa muy linda, super arreglada para un hombre. Me entró la duda y le pregunte, me dijo que tenía la manía por la limpieza y el orden en todo. Me invito a sentarme en el sofá, me ofreció una bebida y comenzamos a conversar. Lo primero que hizo fue repetir sus piropos a los cuales yo me sonroje nuevamente pero ya con algo de más picardía.

De repente, me puso la mano en mi hombro y me miro acercándose un poco más, muy cerca y me dijo: ¿sabes Sole? Eres muy linda, muy femenina y atractiva y me dijo que tenía unas ganas locas de darme un beso. Yo cerré mis ojos aprobando, y el me beso, un beso suave, solo de labios y yo comencé a flotar ante su boca. El no paraba de besarme y comenzó a jugar un poco con su lengua, la sentí recorrerme los labios y mojármelos. Yo me quede quieta, muy excitada y asombrada, aun flotando. Abrí levemente mi boca y sentí su lengua entrar en ella, su lengua entrando tiernamente en mi boca. No quería cortar ese momento y me abandone a sus besos, que fueron creciendo más y más, mientras sus manos me acercaban a él. Una mano en mi nuca, la otra abrazándome or la espalda, no tenía escapatoria, no la quería. Reconozco que siempre tuve la idea de cómo sería la primera vez, pero no me imagine con alguien así.

Los besos duraron mucho tiempo, no recuerdo bien, pero fueron interminables minutos. No quería que terminaran porque se sentían tiernos, apasionados, excitantes y muy húmedos; pero por otro lado sentía que debía pasar al siguiente nivel. Mientras pensaba todo esto, su lengua se revolvía en mi boca, tocando mis labios, jugueteando con mi propia lengua, la sentía recorrer cada rincón de mi boca; sentí que su lengua no era solamente una caricia, sentí que su lengua me entraba y salía por la boca, mientras su mano izquierda recorría mi cara y cuello, su mano derecha en mi espalda subía y bajaba con sus dedos apretándome, recorriendo mi espalda desde el cuello hasta mi cadera, peligrosamente bajando. A estas alturas, yo ya presentía lo que iba a venir. Nunca había estado así con un hombre, a solas y dispuesta a explorar. Sentía mi pecho saltar de excitación, ansiosa por lo que me esperaba, por lo que yo quería y esperaba.

De repente, el comenzó a acariciar mi espalda por debajo de la camiseta, sentí su mano dura y caliente, recorrer mi piel y hacerme sentir más caliente. Su otra mano se fue a mi cuello y se posó en una de mis tetitas chiquitas, me acaricio por encima y se separó y me dijo: Sole, ¿te gusta? Yo lo miré y apenas me salió el habla, pero le dije que sí. Lo que vino después fue un torbellino de sensaciones, caricias y deseos.
Me pidió que me parara frente a él; imagínenme así delgadita, me pare y el me abrazo y comenzó a besarme, a tocarme y sus manos se metieron debajo de mi polera, por detrás primero y luego en mis incipientes tetitas. Un calor de demonios me invadió y erizó cada poro de mi piel. Sentía sus manos en mis tetitas, mis pezones mientras mi calor aumentaba me provoco hasta ciertos temblores. Me levanto la polera y me la quito, ahí estaba desnuda de la cintura hacia arriba en sus manos. Su boca se acercó y los besos en mi guatita y pecho y se fue hacia mis pezones, que besó y apretó con sus labios, yo gemía despacito y el aumentaba la intensidad de sus besos, que ya pasaban a pequeñas mordidas y apretones. Mis pezones duros y ansiosos, mi espalda arqueada hacia el ofreciéndole mis tetitas casi inexistentes.

Sus manos se fueron a mi cintura mientras su boca me besaba y chupaba mis pezones, me puso sus manos en mi trasero y me apretó fuerte, para que les cuento como yo me ponía a cada caricia. Sentí sus manos irse hacia adelante, meterse entre mis muslos, abrí mis piernas un poco para que sus manos me recorrieran mis muslos. Ya no sentía nerviosismo, sentía ansiedad, sentía muchas ganas que ese calorcito que me invadía creciera más y más. Mientras yo lo besaba y lo besaba en su cara apenas la levantaba, comenzó a bajarme el short y de repente quede en nada. Yo estaba frente a ese hombre mayor, desnuda, ansiosa, excitada sintiendo sus manos recorrerme, su boca en mis tetitas. Me alejo un poco y abrió los ojos grandes al ver mi conchita apretada y casi sin pelitos. Mi entrepierna se ve como una rayita, de labios finos y siempre ardiendo, algunos acá ya la han visto, pero solo 3 la han saboreado como dije al comienzo.

Yo estaba parada y el me hizo girar pera verme la espalda y acariciar mi culo, mis nalgas, me dijo que me abriera un poco de piernas y me inclinara, yo obediente (siempre he sido obediente) lo hice y el metió su boca entre mis nalgas y comenzó la sorpresa más grande de mi vida en ese momento, unos besos y caricias de lenguas en mi culito, apretado, virgen y rosadito; nunca me lo había imaginado. Yo lo sentí como el paraíso, que hizo que me inclinara más para que el siguiera. Me gustaba, me estaba volviendo loca con sus besitos en mi culo, en mi entrada. No sé cómo, pero una mano se metió por delante y acaricio mi conchita, ya algo húmeda. Sentía su lengua en mi culo, lamiéndome, mojándome, la sentía subir y bajar, la sentía luchando por entrar, porque sentía su punta presionando mi entrada con más fuerza. Tenía su boca metida entre mis nalgas y sus manos jugando con mi conchita, sus dedos se mojaban y se metían con mi clítoris, yo me moría por seguir infinitamente esa sensación. Creo que me entretuvo en esto como unos 15 minutos, después supe que nunca tuvo apuro en lamerme, acariciarme y chuparme; lo gozaba por el máximo de tiempo que yo aguantara.

Cuando estuve muy mojada, me sentó en el sofá, me abrió las piernas y comenzó a besármelas, lamiendo cada centímetro de estas, su boca lamiéndome en los muslos hasta que llegó a mi conchita. Yo solo quería sentir lo mismo que hizo en mi culo, pero ahora en mi conchita. Yo temblaba, transpiraba y me agitaba solo de verlo como su cabeza recorría los muslos y se acercaba amenazante a mi tesoro. Yo comencé a gemir más y más y mis piernas se acomodaban casi por reflejo. Finalmente llego hasta mi conchita, exploté en sensaciones al sentir sus besos, su lengua recorrerme, sus dientes tirando mis labios suavemente, no creía que esto existiera, ni siquiera sabía que algo así se podía sentir, pero yo no quería que parara, que siguiera. La excitación, la calentura fue cada vez en aumento, sentía su lengua en mi clítoris, después en mi conchita. Si, ahora su lengua entraba y salía de mi conchita, me mojaba con su saliva y yo ayudaba naturalmente. Aunque no soy de muchos líquidos, estos son lo suficiente para los que me saborean.

Con su boca dominando mi conchita, me levantaba las piernas y se iba a mi culo, una y otra vez a mi conchita y a mi culo y así muchas veces. Un dedito comenzó en mi culo, me lo ponía en la entrada, pero no lo forzaba, se lo mojaba con su boca y lo ponía nuevamente, mientras su lengua y su boca ya se dedicaba entera a mi conchita y mi clítoris. Yo comencé a sentir más y más cosas, ese dedo en mi culo jugando por entrar, sentía mi culo palpitando y deseando que el dedito se metiera, pero no ocurrió. Su lengua, hacia estragos en mi conchita, ya mojada por su saliva y mi calentura, yo comencé a temblar más a su ardiente lengua, me retorcía y me doblaba ante su boca insaciable, pero el me afirmaba contra su boca, me apretaba a su boca, enterraba su cara en mi conchita. Yo solo quería que el me comiera, me chupara con toda su fuerza, con todas sus ganas y comencé a pedirle más y más. Le gritaba que no parara, que me comiera, que me apretara más y más, él no me soltó por largos minutos, quizás unos 15, unos 20 minutos.

Él no hablaba, pero si me miraba y me encantaba ver sus ojos como de loco mientras me comía la conchita, mientras más lo miraba, más yo le gritaba cositas, más ganas me daban. Mis temblores y gemidos aumentaron, mi calor por dentro hacia hervir mi sangre, temblé más y de repente exploté y pegué un grito de placer, sentí mi conchita casi como si fuera un golpe de calor nunca experimentado. Sentía como mis paredes se humedecían, se calentaban y se apretaban y soltaban, mis piernas rodeando su cabeza para atraparlo y el salvajemente me lamia y chupaba mi conchita, me besaba fuerte y no me soltaba, en eso estábamos cuando otras explosiones llegaron y yo caí hacia atrás y dejé que el siguiera comiéndome a besos, lamidas y chupadas. Mi conchita inundó su boca, cuando se levantó me mostro su cara toda mojada y roja de tanto chuparme. Yo lo besé como loca, le pasé mi lengua por su cara y el me apretaba más y más, hasta que él se paró y me hizo sentarme en el sofá.

Parado frente a mí y se quitó la ropa, de una me enfrenté a un hombre y su desnudez. Lo miraba cada parte de su cuerpo, su pecho, su panza de mayor pero no abultada, sus muslos y piernas y su rey, el centro de lo que sería la próxima hora de placer en mi vida. Me dijo que lo tocara, y mis manos lo tocaron. Su miembro era algo oscuro, bueno él era moreno, pero de una forma enamoradiza, lo vi largo y grueso, de glande rojo y palpitante, brillante y ansioso, sus bolas grandes pero hermosas. No tenía casi nada de pelitos (otra de mis obsesiones) y me acerque solita a olerlo, sentirlo cerca de mi cara. Lo tomé entre mis manos, lo acaricié en su largo y ancho, lo apreté, lo solté, lo masajee hasta la raíz, tome sus bolas en mis manos, también las apreté y las acaricie.

Estaba jugando con mis manos cuando mi boca no se contuvo y se fue a su glande, primero unos besos, unas lamidas con mi lengua, él me decía que hacer y cómo hacerlo. Me decía: si Sole, saca la lengüita, pásala por la puntita, lámelo hacia abajo, vuelve a la puntita, mójalo con tu lengua. Después me dijo: abre la boquita y yo muy obediente comencé a meterme su pene en mi boca, solo el glande. Sentí la piel más suave que alguna vez había tocado con mi boca, sentí mi boca llenarse con su forma, su piel, su sabor y su aroma. Su glande en mi boca apretaba mi paladar, yo quería más y más y yo solita empujé hasta que de repente tenia buena parte de su miembro dentro de mi boca. Comencé a moverme, a salir y entrar instintivamente, bueno el me indicaba algunas cosas. Así entraba y salía en mi boca, no pude contenerme y me arrodillé a chuparlo, a comer su verga, a saborearle. Me dijo: mójala, Sole mójala con tu saliva, mientras agárrame los testículos, y así me tenía arrodillada comiéndolo. Me tomo del pelo y me empujaba suavemente para que su pene entrara más, después me saco mi cabeza y me hizo lamerle las bolas, suaves y grandes me hizo, me pidió: “Sole amor, lámeme las bolas, chúpalas, no pares, quiero que hagas todo lo que quieras”. Eso hice.

Mi boca ahora jugaba con sus bolas y después su pene, el me guiaba entre los dos. Un rato en su pene, otro momento en sus bolas. Mis manos en sus muslos, yo los apretaba y él se balanceaba y arqueaba, sentía sus quejidos y seguía diciéndome cositas que aun recuero: “Sigue Sole, sigue Solcita linda, cómeme, amor, eres muy rica, mi nenita sabrosa, no pare de chuparme y comerme, todo es tuyo”. Yo hacía caso y más me empecinaba en satisfacerlo, aunque la que gozaba más era yo. Me afirmaba la cabeza y me empujaba dentro suavemente, pero yo comencé a ponerme más caliente y solita comencé a comerlo más fuerte, que él se puso a gemir y a gritarme más cositas. Yo estaba como hipnotizada comiéndome ese pene, esas bolas, metiéndome todo en mi boca, lamiéndolos, chupándolos, mojándolos, yo solita me afirmaba de sus muslos para apretarme más a su verga, para apretar más sus bolas.

Mientras él me tomaba más fuerte, comenzó a temblar y sentí su verga tirarme su semen en mi boca, mientras gritaba como loco y me apretaba más a su verga. Yo sentí su semen caliente, espeso y sabroso, lo encontré exquisito, su semen inundo mi boca, mi garganta que tuve que apartarme un poco y el su semen comenzó a salirse por mis labios, me lleno de semen todita, no quise desperdiciarlo, pero él me dijo no te lo tragues aun Solcita, saboréalo. La primera vez que saboreé semen directamente y me enloqueció y su sabor una delicia. Yo arrodillada mirándolo, comencé a pasar mi lengua por mis labios para sentir su sabor, su textura. Mi cara quedó llena de semen, mis mejillas, me corría por el cuello, en mi pelo y mientras me lamia comenzó a recoger su semen de mi cara y pasármelo por los labios. Mi boca llena de su semen no aguanto más y comencé a tragármelo. ¡Ay! ¡Pero Ay! Que delicia, piensen en la consistencia de la leche condensada, pero sin el azúcar y más sabrosa.


Me levanté y su lengua recogió cada gota de su semen de mi cara y cuello y lo llevo a mi boca, donde nos dimos mad besos interminables con el sabor se su semen en nuestras bocas. Me abrazó y me decía cositas tiernas, lindas y yo en el paraíso, le devolvía todo lo que me decía. Nos caímos nuevamente en el sofá y me pregunto si me había gustado, que creen que yo le respondí. ¡¡¡Que sí!!! Nos besamos un buen rato más y nos fuimos a la ducha donde nos duchamos y el me enjuagó de todo su aroma y semen, después me seco y me ayudo a vestirme, bueno solo calzones, short y polera. Nos besamos más, pero me pidió silencio absoluto. Para mí no había otra cosa, que si quería seguir experimentando ese placer debía ser solo mío y de nadie más. Yo me fui sigilosamente de la casa. Llegué como a las 14:30 a su casa y ya eran casi las 17:30 cuando salí de su casa. Fueron 3 horas en las que sentí por primera vez un orgasmo a manos de un hombre y mayor aun, primera vez sentí el sabor de una hermosa verga, un rico miembro y todo su semen en mi boca y cara.

¿Que si volví? Pero por supuesto, nuestros encuentros duraron casi 7 meses o algo así, casi cada semana en los cuales el me llevo hacia el infinito. Cada vez había algo nuevo, algo rico, un paso más delicioso cada vez. De solo recordarlo, me excito y pongo algo nostálgica, no niego que me enamore de este caballero. ¿Qué paso después? Bueno, cuando tenga tiempo leer la segunda visita.

Mi primera vez con un hombre, del cual aún siento su olor y su sabor en mi boca, cara y en todo mi cuerpo. Creo que, desde ese primer momento, siempre deseé que en el sexo haría todo lo posible por sentir tanto placer como lo fue esa vez y disfrutar al máximo. Por eso soy muy exigente, porque el sexo para mí no es una cosa de una hora o con cualquiera, aunque a veces he pecado, pero con justa razon. El sexo para mí, es algo que merece la atención no solamente por el goce momentáneo, sino que también para el goce de recordarlo.

Una fotito para que no me olviden

 

Si amor, siempre me acuerdo de ti al escribir. Creo que lo hago intencionadamente esperando tus comentarios ricos.

 

Gracias cielo, que bueno que te haya gustado. Si les interesa viene la parte 2 y 3, solo si les interesa. Pero tampoco me apuren. Buscaré una foto mía de esa época, así se pueden imaginar más.

 

Gracias, estás en el top 10 de mis seguidores, siempre tan amable y respetuoso, pero con ganitas.

 

Yo a los 18 años.

 

@Men27 te gusto?

 

gracias amor.
Rico me escribas