Morena J

Años atrás tenía una vida bastante más activa de lo que es hoy en día, y fue en esos años cuando conocí a J, andábamos en un bar carreteando con amigos y nos juntamos con el grupo de amigas de ella (todos desconocidos), después de conversaciones largar, reírnos nos empezamos a marchar y con ella quedó la buena onda. A la semana siguiente me junté solo con ella, en otro bar, empezamos con los jueguitos, agarrones locos, hora de irnos y como ninguno podía ni quería llegar a la casa nos fuimos a un motel, en el camino íbamos meta agarrones, parábamos en una esquina nos dábamos de esos besos calentones y los corríamos manos. Llegamos al lugar, pedimos habitación, entramos conversamos un poco y nos empezamos a besar, besos con lengua, mordidas de cuello, le comienzo a quitar la chaqueta, luego la blusa (honestamente ella tenía un cuero exquisito, pero de cara no era muy agraciada), y cuando le voy a quitar el sostén como que de retracta, le comento que si no quiere no es necesario (yo todo erecto) me dice que mejor esperemos, nos acomodamos en la cama, se pone al lado mío y al rato empieza a pasar su mano por encima de mi pantalón, yo prendí de inmediato y le metía mi mano bajo su sostén entre los besos y el manoseó, noto que ella baja mi pantalón y mi bóxer, tímidamente me comenta, que no sabe muy bien cómo hacerlo, le comento que lo importante es cuidar los dientes, se notaba que me lo decía de forma seria, no era un gran mamon, ya que abría mucho la boca tanto para metérselo como para sacárselo, después del breve y algo opaco mamon, decidí tomar la iniciativa; la puse contra la cama, la deja desnuda de la cintura hacia arriba, tenía unos pechos bien formados de un color caramelo exquisito, jugué con sus pechos y sus pezones, mientras mi mano se perdía en su entrepierna, lentamente baje, ella muy tímida (quizás era de sus primeras veces y más aún, al parecer muy pocas le habían hecho un oral) tenía un intento de figura como decoración, baje y era de esos labios apretaditos que te invitan a jugar con ellos, después de varios minutos comienza a soltar algunos suspiros y leves gemidos acompañados del movimiento de su cuerpo, me preocupe de hacerla acabar, pero como notaba que seguía un tanto incómoda con la idea de la penetracion, le dije que era necesario si ella no quería.
La noche acabó con ella nuevamente practicándome sexo oral.