Oficina II

Oficina

Día viernes bastante tranquilo en el trabajo.
Como habíamos acordado previamente sabíamos que tenia una segunda parte así que esta vez no era tanta la sorpresa, pero si habían muchas mas ganas de por medio.

Tipo 18:45 aparece.
Saludo cariñoso, hasta incluso tierno.
Ella toda una diva, pantalón apretado, sacandole provecho a ese exquisito trasero, camisita, vestida elegante pero sutilmente calentona.
Conversamos y mucho.

Yo, distraído terminando las ultimas cosas en el computador.

Al otro lado del escritorio, ella, me pregunta un par de cosas que ahora no recuerdo, no tiene importancia, pero intuía que era para divagar, sabia que se quería desatar en cualquier momento y solo estaba midiendo su alcance como los boxeadores. Y conociéndola cuando ella se desata es otra.

Se acerca y mira la pantalla.
Yo sabia perfectamente que venia a ver cualquier wea.

Ella: oye.
Y si dejas eso para mas rato y me lo metes mejor.
Toca mi pene por sobre el pantalón.

Me da un beso caliente.

Desabrocha su cinturón y baja su pantalón.

Hago un paréntesis, comente anteriormente que ella siempre usa colaless.

Esta vez rosado, rico tapando ese lindo orificio.

Bajo mi pantalón y la subo arriba del escritorio.
Nos miramos y comencé a introducirle mi pene en esa mojada, dilatada y caliente vagina.
Gemidos, besos y movimientos pelvicos constantes pero mas paulatinos, no había mucho apuro.

Espera un poco; dice ella.
Se baja del escritorio y se da media vuelta.
Dame así me calienta mas; vuelve a comentar.

Igual que anteriormente comencé a penetrar con mayor velocidad y con mayor profundidad.
Ahora los quejidos eran aun mas fuerte.

Dame mas fuerte; exclamo ella.
Penetre esa vagina mas fuerte, y pegue un par de nalgazos con palma abierta y mucho pero mucho ruido.
Aaahhhh pega mas fuerte; dijo.
Seguí.

Ella comenzó a empujar con su culo en contra de mi penetrada, queriendo que entre mas profundo, a ese entonces creí que era mi minuto de terminar. Pero no, quería seguir, así que tome un segundo aire y continué con mas impetu, era como una lucha de quien hacia retroceder mas al otro.

Envestimos continuamente ambos, con mucha fuerza y de un momento a otro.
Un grito, otro, gemidos y jadeos, y mas gritos.
Agitada.

A que rico.
Te toca a ti, métemelo por atrás, estoy caliente.
Se que te gusta así que dale.

No lubrique, solo envestí duramente.
Mi pene entro hasta la mitad de su ano.

Aaaaah, me duele. Dijo.
Te duele mucho?. Dije.
Si, pero dale, mételo entero de nuevo. Dijo.

Esta vez envestí duramente. El doble de fuerza y el doble de rápido.
Mi pene entro secamente para llenar ese ano.

Silencio. Un gemido tímido.
Dale. Dijo.

Antes de comenzar a penetrar ese ano, me mentalice que este seria mi tercer aire.
Quería destruirlo, llegar hasta el fondo y llenarlo de semen.

Así que penetre duramente, a pesar que seguíamos en esa competencia de empujes esta vez gane yo.
Mas rápido, mas seguido y mas fuerte.

Ahora ya no eran gemidos, solo gritos.
El escritorio parecía caminar, estaba enajenado.
Ella a esa altura era solo gritos.

Tras un rato, explote, bote todo mi semen en ese ano y era mucho.

Caminamos al baño, y otra vez squirt y limpieza.

Conversamos, pero esta vez sentimos que esto tenia algo de naturalidad.
Nos gusta el sexo, disfrutamos el sexo anal duro y aun mas que sea en la oficina.

El próximo les relato el encuentro del sábado.