Re-presion (1) Basurística.

Ni la historia institucionalizada en tu memoria significa lo que tus preconcepciones te llevan a creer. Ni el término aquel por el que vives con tus esperanzas henchidas -desnudando tus pensamientos- para obligar con tu belleza a encarnarse en tus prejuicios esa palabra manoseada por lábiles lenguas y que sin embargo simplemente la reconoce cualquiera en tus ojos, ni esto fuera posible sin matanzas a mansalva ni en desgracia de niños hambrientos y mutilados con sus madres a su lado, agonizantes. Ni el amor nace de amor ni el odio del odio, ni la palabra es creada por la letra, sino todo lo contrario. Y aun así sigues pensando que cuando callas piensas. Y aun así sigues callando cuando te hablan sobre lo que piensan de tus silencios. Los actos no te definen porque ya tienen definición y tú no. Vive con eso. La ontología no tiene en cuenta su propia ontología, y tu ser puede ser que ni sea, o al revés. Vive con eso.

Ni la historia significa tanto -como si realmente aprendiéramos de nuestros errores- como si no fuéramos esclavos de la repetición por puro gusto. El sentido teológico de la historia sirve para lo que sirve Dios: pretendernos sujetos y no individuos colectivos con -aunque sea una mínima- pretensión de verdad. La responsabilidad es un chiste negro del lenguaje del que sólo nos reímos cuando se trata del otro. Porque ese otro es visto desde un Yo absolutamente e individualmente completo, in-divisible, sin falta alguna. Falta, en última instancia, que te Genera ese otro. Pretensión arribista institucionalizada por ese carpintero loco del martillo (F. N.). Que no pretendía, si estamos atentos a su lectura, lo que sí pretendieron y siguen pretendiendo los lame botas guardianes de la palabra preferida de Marx.

Ni esta diatriba poética sin poesía rescatable te harán comprender que no comprenderás otra realidad posible desde tus ideales tediosos de comodidad vanidosa. Y acaso fuera ese el sentido de todo, sentarse sintiendo el sin sentido de la imposibilidad de ser, únicamente por la comprensión de un otro. Y aparecer en tus silencios como esa falta vuelta objeto irremediable donde incólume te alejas de este tiempo perdido. Significa todo esto que es posible, si miras bien de lejos y sin esos azules paradigmas incuestionables, desde una diminuta partícula divisible de ímpetu y confecciones subliminales, que existe una pequeña grandísima región histórica donde no estamos juntos

y te digo que te extraño.