El zumbido fantasma ¿Alguna vez ha escuchado un zumbido grave, como un motor diesel distante, que no viene de ningún lugar en particular y que persiste por semanas, incluso meses? ¿Que no puede atenuarse con aislantes acústicos o tapones para oídos? ¿Que, aunque es claramente audible, no puede grabarse ni detectarse con micrófonos? Al parecer hay mucha gente que experimenta justamente eso, en particular en los Estados Unidos y Europa. Le llaman "El Zumbido" ("The Hum", "Der Brum y con frecuencia es asociado con lugares en que el fenómeno ha sido especialmente notable: el Zumbido de Taos o Kokomo en los EE.UU., o de Bristol en Inglaterra, por ejemplo. Una referencia estima que un 5% de la población puede escucharlo. Para unos pocos, se dice, puede ser tan agobiante que impide llevar una vida normal, incluso pensar en otra cosa que no sea detener el infernal ruido. En este punto, "acúfenos" o "tinnitus" son términos que probablemente ya tendrá en mente, si le son familiares. Los acúfenos, la percepción de ruidos en los oidos que no proceden de ninguna fuente externa, son una condición médica conocida y frecuente: por ejemplo, la Asociación Española de Hiperacusia y Acúfenos estima que el 12% de la población de España los padece de alguna forma. Y, sin embargo, hay anomalías en este Zumbido que parecen apuntar en otra dirección. Hay reportes de familias que viven en la misma casa, en las que más de un miembro lo escucha. Hay reportes de personas que sólo lo escuchan en locaciones específicas, o, alternativamente, que han encontrado un lugar en el que el sonido no es perceptible (y, en consecuencia, se han mudado a dormir en el cobertizo). Finalmente, hay reportes de fluctuaciones en el sonido detectadas simultáneamente por personas a kilómetros de distancia. Es como si se tratara de un fenómeno ambiental, quizá global, que se percibe directamente dentro de la cabeza y que no parece tener una manifestación física cuantificable. Naturalmente, para el teorizador de conspiraciones paranoico, vulgar y silvestre, todo esto es como miel para una abeja. Su amigable editor pasó un par de horas del fin de semana leyendo sobre el tema, y hoy estoy en posición de hacerle un resumen de algunas de las teorías más coloridas que pretenden explicar el Zumbido. gravitatorias. Producidas de alguna manera por la interacción de las redes de distribución de energía eléctrica, que operan a 400 mil voltios, y la ionósfera terrestre. Estas ondas, se dice, interactúan con el "detector natural de gravedad" que todos los humanos traemos de fábrica, léase la cóclea y el órgano de Corti dentro de ella, en el oído interno. La teoría pretende explicar también porqué todos los intentos de amortiguar el sonido con aislantes han fracasado: no existe ningún aislante para la gravedad. Audición "electrofónica". Señales electromagnéticas procedentes del alumbrado público o de algún origen más oscuro (como los dos ítemes siguientes), percibidas directamente por el sistema nervioso de algunas personas. Esto es, sin involucrar al oído en sí. Fantástico como eso suena, hay material escrito al respecto. En la edición del 6 de enero del 2001 de New Scientist figura un artículo que discute "sonidos" producidos por las auroras polares que sólo algunas personas perciben, aparentemente por algún medio alterno al oído. Y existe también el "neurófono", un dispositivo patentado en 1968 por Patrick Flanagan, quien actualmente lo promociona en un sitio web reminiscente de el del "detector de amor" que discutimos hace unos días. Señales ELF. Señales de radio de "baja frecuencia extrema" (ELF es la banda entre los 3 y los 30 Hz), usadas, se dice, por los militares para comunicarse con submarinos. La gracia de las ondas electromagnéticas de frecuencias tan bajas es que pueden propagarse por distancias enormes sin ser atenuadas: "pueden pasar justo a través de la Tierra". Y pueden penetrar en el mar, también, mientras que frecuencias más altas son rápidamente absorbidas debido a la conductividad eléctrica del agua salada. La relación entre estas señales y el Zumbido sería también, presumiblemente, algún efecto "electrofónico". HAARP. Específicamente, algún fenómeno atmosférico, eléctrico o magnético producido por HAARP e igualmente percibido por el sistema nervioso de unos pocos desgraciados. HAARP es el Programa de Investigación Auroral Activa de Alta Frecuencia, un proyecto iniciado en 1993 con una duración propuesta de veinte años. Las instalaciones del proyecto fueron construidas en una locación remota en Alaska que solía ser una instalación militar. El instrumento principal es un "calentador ionosférico": un arreglo de antenas que transmite una señal de alta frecuencia hacia el cielo, con una potencia (proyectada final) de 3.6 MW. La señal es absorbida a una altitud de 100 a 350 km, efectivamente calentando la ionósfera de una manera detectable por instrumentos en tierra. El proyecto está a cargo de DARPA, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de la Defensa de los Estados Unidos. Y si todo esto no clama a gritos "¡control mental! ¡póngase su sombrero de hojalata!", pues vaya, no sé qué lo haga. Alienígenas. Consecuencia de un secuestro por parte de extraterrestres, detalles del cual fueron borrados de la memoria del desafortunado rehén. Le juro que leí al menos dos comentarios sugiriendo esto. Apocalipsis. La trompeta (de baja frecuencia) de Gabriel: "Al final de los tiempos, presenciaremos la muerte del Sol, y escucharemos en nuestras cabezas un rugido como un (zumbido) de tono bajo. No es escuchado por todos, sólo por los elegidos, que lucharan junto al hijo único de Dios [...] en la batalla por venir." Oh, Dios. Cómo quisiera poder decirle que me acabo de inventar eso. No es el caso. En este punto, y antes de que descarte al Zumbido como un producto más de la imaginación de la brigada de orates que habitualmente ameniza la Internet, le ruego considere que también hay gente seria investigando al respecto. Si bien su origen y sus propiedades físicas son un misterio, el fenómeno es casi con certeza real. Si el tema le interesa, vea los vínculos, abajo, para formarse una opinión.
