SOLO LLÁMAME

Tema en 'Relatos Eróticos' iniciado por VickySays, 14 May 2018.

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Encuesta cerrada 21 May 2018.
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  1. VickySays

    VickySays Usuario Nuevo nvl. 1
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    En cierta ocasión, mi primo, ebrio, me confesó que yo le gustaba mucho. Fue una noche de un día en que en su preparatoria había habido una convivencia por navidad. Yo pensé que era solo producto de la borrachera. Pero al día siguiente fui a su casa con el pretexto de que necesitaba su ayuda para una tarea (a pesar de que soy seis años mayor). Mi tía me dejó pasar y me dijo que hablara con él en su cuarto.

    —Necesito que me aclares algo, primito.

    —Dime —dijo un poco preocupado.

    —¿Es cierto lo que me dijiste ayer?

    No contestaba. Para que no escuchara mi tía tuve que susurrarle:

    —Ayer me dijiste que yo te traía loco, que te gusto mucho —hice una pausa, me apenaba decirlo—, y dijiste que… quieres tenerme en tu cama por lo menos una vez.

    Él lanzó una risa nerviosa y se recostó en su cama tapándose la cara.

    —Contesta —le dije. Me abalancé sobre él—. Solo responde si fue cierto o solo fue obra del alcohol.

    Aun así, no contestó. Y decidí aplicar un plan perfecto.

    —Está bien. Te voy a poner las cosas fáciles: si ahorita te da pena contestarme te ofrezco esto. Toma mi número telefónico; si solo fue producto de la borrachera no hagas nada, pero si en realidad lo piensas, si estás una noche en tu habitación pensando en mi cuerpo, en mi cama, en mi calor, en mi boca… y tu temperatura se eleva… llámame y nos ponemos de acuerdo para no dormir esa noche. Ya sea en tu cama o en la mía… tú dices, baby. Adiós.

    Me retiré de ahí. Cabe mencionar que yo había llevado ropa sexy para la ocasión.

    Pasaron dos o tres días y pensé, tristemente, que solo había sido por el alcohol. Ya le había dado vuelta a la página cuando, dos semanas después, a las dos de la mañana me despertó el timbre y luz de mi celular. Era un número desconocido, por lo que pensé que era llamada equivocada. Pero volvió a sonar. Rápidamente recordé lo que hacía días le había propuesto a mi primo.

    Me levanté y contesté a la llamada.

    —Diga.

    —Naty… soy yo… Alex.

    —Hola, primito, ¿qué ocurre?

    —Ya te has de imaginar… ¿qué me propusiste?

    —Ah… claro… ¿dónde y en cuánto tiempo nos vemos?

    —De hecho… estoy atrás de tu casa. Sal a abrirme la puerta.

    Me impresionó y excitó muchísimo. Debido a que dormía desnuda me puse un shortcito y una blusa escotada. Salí por la puerta de la cocina, que da a la parte de atrás.

    Sin decirnos nada, lo tomé de la mano y lo llevé a mi cuarto. Él traía unos pants y una playera de mangas largas.

    —¿Entonces sí me deseas, primito?

    —Solo un homosexual no te desearía, primita. Eres muy guapa.

    Me paré frente a él. Nos vimos por unos segundos.

    —Quédate quieto. Obsérvame.

    Comencé a bailarle (sin música, obviamente). Me movía lo más candente que podía. Meneaba mi culo, mordía mis labios. Y volví a acercarme a él.

    —¿Seguro que lo quieres hacer, primito?

    —Si ya estaba seguro, con lo que acabas de hacer podría jurar hasta por mi vida que deseo hacerlo.

    Lo tomé del cuello y comencé a besarlo. Pero él me dio un leve empujón y se abalanzó hacia mis pechos. Buscaba salvajemente mis pechos con su boca mientras con sus manos me apretaba las nalgas. Las metía debajo de mi short como buscando algo. Me metió una mano entre mis nalgas, tocando mi ano, y la otra mano tocando mi vagina. No pude evitar gemir. Me di cuenta que la “batalla” había comenzado. Con mis manos agarré su cabeza y la frotaba salvajemente contra mis tetas. Con sus dientes logró bajarme los tirantes de mi blusa y mis tetas quedaron al aire. Sin pensarlo dos veces comenzó a mamarme los pechos. Me mordía los pezones, me succionaba y me tragaba los pechos hasta donde abarcara su boca. Y mientras, abajo, seguía frotándome el ano y mi vagina. Era riquísimo.

    Le quité la playera. Y sin interrumpirle en lo que me hacía le desabroché el pantalón.

    Lo aparté para arrodillarme frente a él al tiempo en que le bajaba el pantalón y su pene muy erecto cayó en mi cara. Lo miré un rato, era grande. Miré hacia arriba y mi primo tenía una cara que nunca le había visto. Demostraba lujuria, deseo, locura…

    —¿Quieres que te lo chupe?

    —Eso ni se pregunta, Naty.

    Y tomó mi cabeza y la jaló contra su pene haciéndome tragármelo todo hasta la garganta. Lancé arcadas Mis ojos lagrimeaban. Era muy, muy rico que me poseyera como quisiera. Yo dejé que él me manejara a su antojo. Mientras me violaba mi boca, yo sujeté mis tetas y las apretaba para mostrarle lo relativamente grandes que eran. Él bajó una mano y me las comenzó a agarrar. Pellizcaba mis pezones y me los jalaba. Me dolía mucho… pero me encantaba. Insisto, era otro. Me poseía como nunca imaginé que quisiera hacerlo.

    —Levántate —me tomó de los brazos y me giró. Quedando pegado a mi espalda. Me recargó su enorme verga entre mis nalgas y yo me sentía derretirme. Se sentía deliciosos tener ese pene entre mis nalgas; parado por mí, yo era la causa, empapado en mi propia saliva, pues yo se lo había chupado. Yo había endurecido el pene de mi primo. Yo había chupado y bañado en mi saliva al pene de mi primo.

    Me lo frotaba, se masturbaba entre mis nalgas. Mientras salvajemente me tenía sujetada por mis brazos. Yo hacía lo propio: restregaba mi culo contra su verga. Lo meneaba y lanzaba unos gemidos para excitarlo más.

    De pronto me empujó con brusquedad hacia mi cama. Yo caí con fuerza. Me volteé para arriba, pero él con la misma brusquedad, me acostó para abajo y tomándome de la cintura me puso en cuatro.

    Escupió su mano y me la pasó por mi ano. Y empezó a clavármela poco a poco.

    empuja un poquito más” “un poquito más, papi” “otro poco” “ay, para, para, más despacio”

    Ya casi tenía media verga adentro, pero mejor le pedí que parara un momento.

    —Sácamela y escúpeme saliva en mi hoyo.

    Y así lo hizo, me lanzó un escupitajo en mi ano y comenzó a meter un dedo. Cuando ya estaba adentro el dedo me metió otro. Y luego otro.

    —Ahora sí, intentemos —le dije. No podía controlar mi voz, sonaba como una maldita puta que ansiaba tragar verga por el ano.

    Empezó a empujármela otra vez. Y esta vez parecía entrar con más facilidad. Ya iba a medio camino cuando empezó a dolerme otra vez, pero ahora era menos.

    más, primito” “ya casi” “otro poquito más”

    Por fin. Ya tenía adentro la verga de mi primo.

    deja que inicie yo” “primero me muevo yo, deja que me la coma a mi ritmo”

    Empecé a menear mi trasero. Y lo movía para adelante y para atrás comiéndome cada centímetro de su carne y volviéndolo a sacar.

    Lo comía… lo escupía… lo comía… lo escupía.

    Por fin mi culo estaba adaptado.

    —Ahora sí, Alex… dame.

    Y dicho esto comenzó a darme una faena que, se los juro, no he podido olvidar. Esa noche es la mejor que he tenido. Me tomó de las caderas y él comenzó a darme unas embestidas tremendas. Aparte de que tiene un buen rifle sabe moverse muy rico. Entonces meneaba su tronco y me daba unas arremetidas deliciosas. Intentaré describir la escena:

    Mi primo se movía hacia delante y hacia atrás con fuerza y lujuria. En momentos me tomaba de la cintura, de las caderas. En momentos tomaba mi pelo con una mano, mi hombro con otra y con ellos se impulsaba para metérmela más al fondo. En momentos me tomaba del pelo con ambas manos, con ambas manos me tomaba los hombros. Me levantaba tomándome por detrás, abrazándome el cuello como si fuese a ahorcarme.

    —¿Te gusta, putita? —me decía al oído—. ¿Te encanta la verga, cierto?

    —No, primo. Me encanta tu verga.

    Después de decirle esto comenzó a taladrarme más duro. Comenzó a oírse el choque de su pelvis contra mis nalgas. Me dio miedo, quería decirle que más despacio para que mis padres no se despertaran, pero la verdad es que así de fuerte y con ese ruido se sentía más delicioso, sobre todo sabiendo que ese ruido simbolizaba que la temperatura a la que nos estábamos entregando era la correcta. Significaba tantas noches de espera terminadas, tanto para mí como para mi primo. Porque yo también lo deseaba. Significaba el pecado, tal vez, por ser primos. Pero eso me excitaba más. Significaba, simplemente, el erotismo, lo sexual y lo que es el verdadero placer.

    Empezaba a sentir cómo escurría mi sudor por mis tetas, por mi espalda sentía más sudor, pero sabía que era porque el sudor de mi primo me caía a mí. Escurría por mi espalda y me estaba empapando el ano. Estaba llegando a mi ano y aunado a que lo hacía sentir más rico, ayudaba a lubricarme más y hacer que el pene de mi primo entrara más fácil y rápido.

    Él comenzó a gemir.

    cállate” “no puedo, Naty… esta faena me está encantando” “lo sé, a mí también” “dame, dame, dame más duro primito” “aumentemos el placer” “dame”

    Siguió dándome más duro. Yo sentía que no aguantaba más. Iba a morirme. De pronto escuché que él también sentía lo mismo, porque comenzó a gemir de una manera descomunal y exhalaba salvajemente.

    Por curiosidad tomé mi celular y vi que llevábamos casi una hora en acto sexual. Mientras mi primo, con más fuerza, seguía metiéndose a mi cuerpo con su verga muy dura.

    “Ahora acuéstate tú” “te voy a montar”

    Se recostó en mi cama y me monté sobre él, clavándome su verga centímetro a centímetro dentro de mi ano.

    Cuando ya la tenía toda adentro comencé a brincar. Quedé impresionada de cómo entraba ya con facilidad su pene en mi recto. Sentía como mi ano comía ese pedazo de carne. Y el golpeteo de nuestras pieles comenzó a escucharse nuevamente. Tomé sus manos y las puse sobre mis tetas, él correspondió apretándomelas.

    “dame, dame, dame…” “duro, duro, duro…” “así, primo, qué rico, papi”.

    Vi que su rostro cambió… era inminente… estaba por venirse. Rápidamente me levanté:

    échamela en la boca, primito” “échamela toda en mi boca”.

    Y así lo hizo. Me llenó mi boca de su rica y espesa leche caliente. Yo jugué un rato con ella pero me comenzó a dar asco. Me la tragué en un segundo y nos acostamos en mi cama. No dormimos. A las 5 de la mañana se levantó para irse a su casa y así nadie sospechara.

    Fue delicioso. Meses después tuvo que irse a estudiar la universidad a otro lado. Y desde entonces no ha venido y tenemos muy poca comunicación. Yo tengo la esperanza de que cuando venga, volveremos a coger durísimo.
     
  2. Andyhot90

    Andyhot90 Usuario Nuevo nvl. 1
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    Que buenísimo relato, imagino lo excitado del momento, sobretodo al penetrarte por el ano y que le pidiras que fuese duro ufff así cualquiera se calienta al máximo, imagine todo tu cuerpecito, gracias por la buena redacción linda!
     
  3. Lonko pilin

    Lonko pilin Usuario Nuevo nvl. 1
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    Buen relato. Me lo dejo duro jajajaj q ganas de ser tu primo x una noche solamente
     
  4. xalitro

    xalitro Usuario Casual nvl. 2
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    Que buen relato, que ganas de tenerte como prima
     
  5. VickySays

    VickySays Usuario Nuevo nvl. 1
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    Gracias, qué bueno que les gustó. La verdad sí fue muy rico.
     
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  6. Osorno_Sex

    Osorno_Sex Usuario Nuevo nvl. 1
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    MUY BUEN RELATO, BASTANTE EXCITANTE... ME IMAGINABA TENIÉNDOTE EN MI BERGA
     
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  7. Sleño

    Sleño Usuario Casual nvl. 2
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    Es normal que se me halla parado el pico por un relato!!
    La cago pa bueno...