Tirándome a mi prima

Ya cabros aquí va mi segundo relato.


Esto paso hace unos años atrás cuando yo y una prima teníamos 17 y 18 años. Desde chicos siempre teníamos mucha confianza a tal punto que ella se desvestía al frente mío.

Mi prima es de esas flaquitas que tiene todo bien puesto, un par de tetas ricas y acorde a su cuerpo y un potito bien paradito y duro.

Con el tiempo ya cerca de los 16 años míos la empecé a nalguear cuando quedamos solos o apoyaba mi mano en ese hermoso culo, a ella nunca le gusto incluso creo que le encantaba que la nalgueara ya que nunca me reclamo.

Con el tiempo cuando yo me quedaba solo le pedía que me hiciera compañía mientras me quedaba solo, a medida que la edad avanzaba ya no solo eran nalgadas de juguete ya eran más perversas y como estábamos solos me aprovechaba y le golpeaba el trasero fuerte o apostábamos cosas en las que sabía que iba a ganar y siempre que perdía le pedía que se baje el pantalón en la zona del trasero y que reciba 5 palmadas fuertes. Con el tiempo me di cuenta que le encantaba que le golpee el trasero y se calentaba.

En los días de verano cuando se venía a quedar conmigo a la casa siempre se quitaba la ropa y solo se quedaba en ropa interior, ese día de verano fue tanto mi calentura que la empecé a besar la boquita rica que tiene y a correrle mano en todas partes, ella nunca se quejó de hecho me siguió el juego, ese día solo nos besamos rico y nos manoseamos enteros.

Un día la nada me llega un mensaje de mi querida prima de que si me puedo ir a quedar con ella porque su mamá se iba de viaje y se quedara sola un par de días y como buen primo me fui a la casa de mi prima. Al llegar ella esperándome con comidita y algo de alcohol y como sabrán que el alcohol lleva a muchas cosas empezamos a jugar a strip póker y como no lo sabía jugar quede en pelotas rápido. Termino el juego y vimos unas películas sobre la cama ella en calzones y sostenes y ella solo me dejo ponerme el bóxer, la película no la vimos, solo nos besamos y yo le pegaba en sus nalgas y después de cada nalgada soltaba un gemido.

Luego de un rato ella me hace una petición que me alegra todo el fin de semana, era que, si quería quitarle la virginidad y que la iniciara en el sexo, no saben cuánto espere que me haga esa petición, no sabía cómo tocar el tema del sexo porque sabía que ella era virgen. Nos fuimos a la cama de mi tía porque era más grande, nos comenzamos a besar y le empecé a quitar la poca ropa que le quedaba encima, al descubrir esas tetas, fue estar en el paraíso, las lamia y besaba como que el mundo se acabaría mañana. Ella después me quito el bóxer y me chupo el pico, si, su primera chupada de pico me la hizo a mí. Le comí su hermosa vagina luego un buen rato, hasta que me pide entre gemidos que se la meta y como soy caballero me puse el condón y se lo empecé a poner despacio a abrirme el camino en esa vagina apretadita, luego que mi prima me dijo que ya se sentía rico tener dentro empiezo a darle fuerte y los gemidos de placer inundan la pieza y los golpes de sus nalgas con mis piernas. Luego de un par de horas de buen sexo nos damos cuenta que está amaneciendo y decidimos dormirnos.

Al día siguiente siento que unas manitos me agarran mi pene y lo empiezan a masturbar después de un rato que me hago el dormido me da vuelta y me lo empieza a chupar, hay que reconocer que esta vez le salió mucho mejor que la primera, después de eso me despierto, la tomo del pelo y para que se me suba encima y empiece a cabalgar, obvio que con condón. Hay que reconocer que mi primita lo hacía bastante bien, a pesar de que era nuevita en el sexo.

Ese fin de semana fue solo sexo, solo parábamos para ir al baño, comer y dormir, todo esto fue viernes, sábado y el domingo ya había llegado la hora de ordenar la casa, eliminar todos los condones y todo tipo de pruebas que nos pueda delatar de que tiramos todo el fin de semana.

El día domingo tiramos toda la mañana, hasta medio día, a mi primita linda la ponía en todas las poses que me conocía e incluso buscamos en internet.

Después de ese gran fin de semana seguimos tirando cada vez que teníamos la ocasión y una casa sola, claro que ya no solo eran golpes en las nalgas, si no que directamente le metía la mano debajo de su calzón y ella no desperdiciaba la oportunidad de meterse mi pene en la boca.

Hasta el día de hoy cada uno un 23 y 24 años seguimos tirando, solo que ya no en nuestras casas, ahora tomamos mi auto y nos vamos a un motel a dar rienda suelta nuestras pasiones.


Espero que les guste este relato y comenten si quieren saber más de nuestras historias de sexo con mi prima

 

no pasada nada viejo, no comparto a mi primita jajaj