¿Yo, profesora?

Hola, soy Javi. En esta historia soy una mujer de 24 años, mido 1,68 cms y siendo bien sincera y franca con ustedes, mi cuerpo está ejercitado puesto que entreno a menudo. Me gustan mucho mis piernas porque gracias al entrenamiento tengo mi potito bien paradito y firme, algo que a los hombres les fascina según mi experiencia. No tengo mucho busto, pero no es problema para mi vida sexual. Tengo unos labios carnosos, soy pecosa y mi cabello es de color negro. No tengo ninguna muralla para conversar sobre cualquier tema referente al sexo, en realidad me gusta mucho compartir experiencias con mis amigas e incluso mis amigos que me usan como psicóloga para darles consejos amorosos jaja.

Ya habiendo egresado de mi carrera, me sentía toda una diosa capaz de hacer cualquier cosa. Mi profe guía de la tesis me dijo que tenía una oferta que darme. Se trataba de hacer un taller de la carrera en un liceo de la ciudad, así que como primer trabajo antes de titularme estaría bien, porque él ya había hablado con el director del lugar y me comentó que tendría sueldo base. No tenía idea de cómo haría un taller, menos darle clases a los niños jaja, pero de todos modos acepté la oportunidad y partí tiempo después para iniciar.
Primero me presenté con el director del liceo, me mostró el lugar y a los profesores. Vi algunos chicos que estaban haciendo Educación Física (mi ramo favorito) y el director aprovechó de presentarme al profe, un caballero súper buena onda y atlético. Me llamó la atención que todos los profes de ese ramo son gorditos o viejos jajaa, pero él se mantenía bien al menos, era la excepción dentro de todo.
Seguimos el paseo por el lugar y me enseñó dónde iba a ser mi taller (no les diré obviamente de qué era el taller para no revelar mi trabajo jaja), fue entonces que me dio el horario y me dejó para sentirme más cómoda.
Al cabo de un rato sonó el timbre del recreo y partí a la sala de profes para conocer al resto del elenco del show. Allí se me acercó Pedro, el profe de ed. física, me presentó a la profe de Historia y al profe de Mates, quienes muy amables me dieron la bienvenida. Parecía un grupo bonito, excepto por la profesora de Filosofía, que parecía bien oscura jaja súper dark y como con malos ánimos, casi ni me prestó atención. Pero me dijeron que era así de costumbre, así que no lo tomé en cuenta.
Pasó la tarde y me tocaba la primera clase fuera del horario normal con un curso de 3ro. medio. Un grupito bastante desordenado y ruidoso, pero que pude aprender a conocer con el tiempo. Decidí hacer lo mismo que hacen todos los profes, preguntar uno por uno sus nombres, qué les gusta hacer o si tienen algún hobbie. Todos atendieron de manera normal hasta que acabó la clase, al parecer les caí bien jaja. Al otro día me tocó con otro curso; un 4to. medio muy revoltoso, los muchachos iban con las camisas todas afuera, algunos con los pantalones a medio trasero jaja no se qué onda las modas de los lolos.
Hice la misma rutina con ellos y me presenté también con ellos. El tema fue que la clase fue avanzando normal hasta que sonó el timbre y todos se fueron. Pasaron los días y el profe de educación física comenzó a caerme muy bien, me invitaba al grupo, me conversaba harto, cuando nos hallábamos por los pasillos también charlábamos un rato e incluso había algunos alumnos que me molestaban con él jaja.
Pero yo les decía que tenía pololo, así que se calmaban de una jajaja
Al cabo del tiempo, conocí a un selecto grupo de alumnos que les animaba mucho ir a mi taller, que al principio lo vieron como una verdadera lata y los entiendo totalmente, porque muchos querrían irse a sus casas luego, comer y jugar o dormir, pero ellos se quedaban, lindos ellos.
En el grupo que me ayudaba en varias ocasiones con los temas, eran Cristóbal, Matías, Rebeca y Mateo. Los nombro con sus identidades reales, porque sé que nadie los conocería jajaja. El tema fue que Rebeca y Mateo me daban algunas ideas con las que podríamos hacer más amena las clases, Cristóbal y Matías eran los que me ayudaban a mover cosas jajaja los fortachones.
A los chicos me los encontraba también en educación física y me saludaban, tan lindos mis niñitos. Ya no me leceaban con el profe, pero a él si conmigo jajaja. Le decían que ya estaba perdido, que no tenía caso intentarlo conmigo.
Más o menos como a mediados de Mayo, me pasó lo que menos me pude haber esperado. Cuando estaba terminando la clase con los chicos de 4to, Rebeca se me acercó para decirme que yo le gustaba a Matías, pero que no se atrevía a decírmelo, sólo le hablaba de mí a sus compañeros. Me sentí halagada igual jaja pero obviamente tuve que decirle que no era posible porque estaba pololeando, ella se despidió y se fue.
Después de que ella se fuera, se me acercó Matías a preguntarme si necesitaba ayuda, le pregunté si podía ayudarme a llevar el libro de clases, así que me acompañó y se despidió de mi con un beso en la mejilla.
Al otro día de eso, les tocaba educación física, yo tenía libre y me puse a ver a los chicos cómo jugaban a la pelota. Me apoyé en un pilar y cuando Matías notó mi presencia lo vi un poco nervioso (dentro de mi me reía nada más), me saludó con la mano y le devolví el gesto. Estaba muy peleado el partido jajaja porque ninguno de los dos equipos podía marcar gol, hasta que Mati da un pase a uno de sus compañeros y lo consiguieron por fin. Mati me apuntó para dedicarlo jajaja aunque él no había hecho el gol, le aplaudí jajaja.
Pasaron más días y fue entonces cuando Matías, quien me estaba ayudando con unas planificaciones de clase en la salita, me comentó que yo le gustaba, dijo que le parecía muy linda y que hasta soñaba conmigo jajaa, me lanzó como tres piropos que no recuerdo y mientras yo trataba de hacerme la loca, se me acercó, me tomó del mentón y me dio un beso. Habremos estado unos tres segundos cuando me lo quité de encima y le dije que no correspondía eso, que era totalmente nada que ver. Primero porque era su profe y segundo porque estaba pololeando. No les voy a negar que Matías igual me movía el piso a pesar de ser un cabro chico, era muy guapo y era poco más alto que yo. En mi interior me daban ganas de seguir con el beso, pero no podía.
Pasó el fin de semana y el día martes, me acuerdo muy bien, le pedí a Matías que se quedara al final de la clase para que me ayudara a mover las cosas de la clase. Esa tarde los saqué de la sala para que dibujaran en una actividad al aire libre. La idea era dibujar qué animal les gustaría ser y al otro día tendrían que exponer por qué dibujaron ese animal. Una vez que todos se fueron, Matías me acompañó a la sala de profes para guardar los dibujos en el espacio de estante que me asignaron. Fue ahí que vi a Mati bien nerviosito, así que le agradecí con un abrazo y al tomarle la carita, le planté el beso así cara de palo no más. Él me lo correspondió bien y habremos estado unos 5 minutitos besándonos jajaja, él no se lo podía creer me imagino. Me tomaba de la cintura hasta que acabé el beso y le dije que saliéramos porque nos podían descubrir. Se apuró en salir y después me fui yo.
Fue entonces que el mismo miércoles, cuando todos expusieron sus dibujos, Matías me dijo que le había gustado mucho el beso, le contesté que a mi igual y me comentó que le gustaría tener algo conmigo, aunque quizás fuera en secreto, pero yo lo vi más por mi lado profesional y le dije que lo mejor era que no, porque nos podían descubrir. Lo vi bien desmotivado, pero no quedaba nada más que hacer. Esa misma noche me puse a pensar y el jueves le pregunté si tenía algo que hacer para el viernes, a lo que me contestó que no. Le dije que lo iba a invitar a tomar oncecita, pero que no le dijera a nadie o lo iba a castrar ahí mismo.
Llegó el viernes y lo estuve esperando en mi auto a una cuadra del liceo, se acercó corriendo, se subió y me lo llevé a mi depa. Le dije que reclinara el asiento para que nadie lo viera, y también así aprovecharía de que no supiera por dónde estaba yendo jajaja, lo cubrí con una mantita que tenía y finalmente llegamos al depa. Lo hice subir y cuando llegamos, comencé a besarlo como una loca. Ese niñito me había dejado bien mal después del beso, se los aseguro. Además de que en las clases igual me buscaba la mirada y yo no hallaba cómo negarlo. Él también me correspondió el beso con más pasión que en la sala de profes. Nos estábamos dejando llevar, me estaba comiendo a un chiquillo todo ilegal jajaja podría hasta irme presa por esta historia.
Sin embargo, me saqué las ganas de comérmelo. Porque luego de eso me lo llevé a la pieza, donde ambos nos desnudamos entre besos y caricias. Tenía su pene endurecidísimo y hasta parecía que le palpitaba jajaja, aproveché de sacar un condón que había comprado en la farmacia esa mañana y se lo puse en el pene para evitar problemas después jajaja.
Me acosté y con él encima y mientras me abría las piernas para que su torso cupiera sobre mí, dejé que él tomara la iniciativa y metiera su pene. Ambos nos quedamos mirando la penetración hasta que no aguanté y solté los primeros gemidos de satisfacción. Eché la cabeza para atrás y prácticamente le rasguñé los brazos, lo recuerdo jaja.
Poco a poco fue metiéndomelo, mientras se acercaba a besarme. Yo gemía y él se quejaba del placer. Estábamos fundiéndonos en mi cama mientras cada vez se volvía más loco, con más ganas que antes me fue penetrando hasta que se detuvo porque estaba a punto de eyacular, lo ayudé a calmarse, que recuperara la respiración. Lo besé mientras tanto, jugueteamos con las lenguas hasta que se sintió seguro de volver a intentarlo. Me volvió a embestir con más fuerzas y mientras yo gemía lo escuché preguntarme si se podía ir en mi boca, a lo que yo le respondí que no. Se vio decepcionado, como que metió la pata, así que le agarré el trasero y lo presioné contra mi sin siquiera decir nada más. Lo único que quería en ese momento era sexo, se me notaba poco jaja.
Pasó un ratito y me volvió a decir que se estaba yendo, así que me lo quité de encima, lo acosté y luego de sacarle el condón, lo sorprendí poniendo su pene en mi boca. Comencé a chupárselo muy rápido mientras lo masturbaba. Ni me imagino la cara que habrá puesto, porque no lo miré jjaaa. Lo que si sé es que me sujetaba la cabeza para presionarme hacia él, como para ver si todo su pene caía dentro.
Me habrán dado unas leves arcadas hasta que sentí que salía el semen, un poquito nada más, no fue como cuando estaba con otros hombres, igual me decepcionó un poco eso. Pero estuvo muy rico cuando sentí el líquido calentito en mi boca.
Le dejé el pene bien limpio y me fui a duchar, mientras él se volvía a vestir. Le dije que sacara algo del refri para comer y cuando salí, lo fui a dejar a su casa con el mismo plan de que estuviera con el asiento reclinado y cubierto con la manta, ya era de noche y finalmente lo dejé para volver a dormir, ya mañana sería otro día.

Ciertamente no fue una experiencia tan caótica ni tan sexual como otras publicaciones que he hecho, sin embargo fue un recuerdo que conseguí mientras estaba en un semestre de tesis. El trabajo salió bien y me fui con los mejores recuerdos de los chicos. Con Matías no volvió a pasar nada más, fue un asunto de una vez, pero se le vio muy contento el resto del semestre jajaja.
Saluditos a todos los que me leen y perdón por haber estado tan desaparecida, es que entre trabajo y viajes, estoy muy ocupada. Los quiero <3