AMIGA MENOR QUE YO Y SU MADRE(Capitulo Cinco)

sexodependiente · 3 Jul 2019

DON PEPE dijo: ↑

Muy bueno. Atento a las continuaciones.
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Halagado de su completa lectura estimado DON PEPE...

DON PEPE · 3 Jul 2019

sexodependiente dijo: ↑

Halagado de su completa lectura estimado DON PEPE...
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Una calidad esta historia. Sigo pendiente de los próximos.

Carreta 2020 · 14 Dic 2023

sexodependiente dijo: ↑

AMIGA MENOR QUE YO Y SU MADRE(Capitulo Cuatro)

Si me dedicara a contar cada historia de estos 3 años… mejor escribo un libro.

Por lo que me remitiré a contar los pasajes más entretenidos o de mejor relato en esta historia.

Bien… recordarán que en el capítulo 4 la hija me llamó justo cuando estábamos en el Motel…

Resulta que uno de los fines de semana que viajó “a pueblo” después de una semana intensa de estudios, mientras conversamos, me reprochó el no haberla llamado, como habíamos acordado.

Ella: nunca me llamaste ese día poh negro… yo esperando tu llamada.

Yo: aaaahhhh lo que pasa es que no me desocupé nunca, no habríamos podido hablar tranquilos.

Ella: está bien… pero sabes que, te llamé porque mi mamá minutos antes de llamarte a ti… me motivó para que te llamará… no sé qué onda, pero parece que le gusta la idea de que yo esté contigo

Inmediatamente se me vino a la mente la imagen de aquella llamada donde la madre se alejó de aquella pieza de motel para responder y luego al volver, la historia que ustedes recordarán. La dejé guardada, para cuando volviera a encontrarme con ella y preguntarle ¿qué onda?

Yo: Tú conoces a tu mama poh… sabes perfectamente como es…

El tema es que ella en la semana estuvo de cumpleaños y ese día la idea era celebrar, el punto es que no teníamos donde, en mi casa mi familia, en la de ella su mamá con una tía y primos de visita. La cosa es que se le ocurrió pedirle el auto a la mamá para que saliéramos. Y así nomás fue. Me paso a buscar a la casa y salimos…

Por un momento reflexioné sobre el hecho de que su mamá en el mismo auto cada vez que me iba a buscar llegaba máximo 3 cuadras antes… y la hija comenzaba a pasarme a buscar a la puerta de mi casa. Y yo pensaba, en este pueblo tan re-chico, espero que nadie se dé cuenta de ese detalle. Me convencí de que tendría que ser más precavido.

Fuimos a comprar algo piola pensando en que ella tenía que manejar y na que ver que yo por no andar manejando tomara y ella no. Algo bien livianito y nos fuimos a un mirador bien “popular” en los cerros de la ciudad. De hecho al llegar al lugar ya había autos y camionetas estacionadas, nosotros pasamos de largo y nos ubicamos metros más arriba. Desde un principio la idea era conversar y echar la talla. Estábamos en eso cuando suena su teléfono, cuento corto, unas amigas, les responde, las invita y a la media hora estaban con nosotros en el lugar. Tres amigas que de verdad estaban “cortadas con tijera”. Ellas si andaban con algo más fuerte y sacaron de esos “cigarros verdes algo extraños, de esos que te dan risa” (parafraseando al mula de Arjona).

Después de mucho rato de conversas ella se aleja con una de las amigas y yo me quedo con las otras 2 conversando. Y comenzó mi calvario, que cuántos años tienes, que haces, que mi familia, que pretendo con su amiga, que si la mamá sabe y uffffffffff… fui políticamente correcto para responder, situación que las descolocó bastante. A los minutos vuelven las exploradoras y se integran a lo que la amiga que había acompañado a mi “estudiante” me saca para un lado y me comienza a hablar. Bastante más elevado el nivel intelectual de esta interlocutora que se mostraba feliz de saber que su amiga estaba muy contenta conmigo.

Amiga: oye, debo decir que me tiene sorprendida mi amiga, se le ve feliz y muy tranquila… parece que le has hecho bastante bien.

Yo: la verdad es que a mí me gusta la idea que ella se sienta bien, pero no creo que sea solo por mi.

Amiga: gueon es que tú no la conociste cuando estaba con su ex, de hecho si hubiera estado con él, ella no habría venido para acá. El gueon era muy penca con ella.

Yo: algo me contó su mamá

Amiga: aaahhhhh y esa es la otra… por lo que me di cuenta la tía (la mamá) no le ha puesto ningún atao contigo.

Yo: si… la verdad ha sido muy buena conmigo (lejos de incomodarme, de verdad que con cierto grado de maldad, por dentro me reí)

Amiga: y la verdad yo no sé qué te vio, porque mi amiga bastante linda al lado tuyo (entre talla y verdad el tonito)

Yo: debe ser que no le gusta la idea de andar buscando "minitos" que ha mitad de camino la dejan tirada por otra más minita o una nueva (mi tono fue algo más enérgico)

Amiga: Vamos con las demás…

Esta conversación iba a traer consecuencias en el futuro… (Por eso la cuento)

Nos separamos de las amigas y nos fuimos literalmente para un sector forestal, con caminos forestales y mucho árbol. Comenzamos a besarnos con bastante intensidad, habían pasado 3 semanas de aquella noche en su departamento. Luego de varios minutos intensos donde nuestras manos recorrieron todos nuestros cuerpos, con su voz bastante agitada me dice… lo hacemos aquí o vamos a un motel. Pucha todavía me quedaba una pizca de criterio, no es que no quisiera pagar un motel, ese no era el drama, pero hace poco había estado con su madre en un motel, como que me molestaba en la conciencia esa imagen… (Si… si… díganlo… gueon cara de raja, no tienes conciencia)

Decidimos quedarnos donde estábamos, total con las luces apagadas, veíamos pasar los autos por el camino principal y el auto en el que estábamos se camuflaba perfecto entre el camino secundario, ladera y los árboles. Ya bien cómodos continuamos con lo que dejamos pendiente. Y la verdad ya bien calientes, pasamos a la acción, desabroche su sostén y comencé a lamer sus pezones, morder sus duritas y lindas pechugas, mientras desabrochaba su pantalón y lo comenzaba a quitar, si bien estaba oscuro, se veía todo muy bien desde el punto que estábamos pues la ladera se inclinaba a las luces de la ciudad, por lo que cuando se acomoda para dejar el pantalón en el asiento de atrás veo su calzoncito marcado en ese hermoso trasero que había cumplido 19 años recién en la semana, aprovechando esa posa la tome y comencé a morderle el trasero mientras le iba quitando el calzón, la dejé ahí mientras con mi lengua y mis dedos le comía toda su conchita y su clítoris, las que en 2 minutos se mojaron por completo, ella se quejaba pero no gritaba ni nada tan exagerado, yo quería escucharla por lo que me fui a la faena, mientras presionaba su clítoris con mi lengua, de aprovechar lo lubricada que estaba para con mis dedos explorar ese hermoso culo que sus genes le dio. Ahí comenzó a quejarse más fuerte y la verdad es que hice un “enroque” mis dedos pasaron a su clítoris y mi lengua a culito y no aguanto más. Callo rendida en el respaldo del asiento del auto. Inmediatamente se repuso y se sentó, me corrió el asiento más atrás y el respaldo de la silla, me bajó todo y comenzó a chupar con todo, me corría la paja mientras tenía su boca en la cabeza y pasaba la lengua, en eso yo aproveche su posición y con mis dedos comencé nuevamente a jugar en su conchita y en su culito que estaban mojaditos. Me daba cuenta que a medida que se calentaba más, más rápido chupaba y se quejaba, antes de volver a acabar incluso paró y yo miraba su cara de excitación y su boca abierta y quejándose. NO… PARA… NO… PARA… TE TOCA… Me decía… y yo no paré hasta que se fue nuevamente.

Me acariciaba, me besaba, exhausta me repetía… que riiiicooooo… que ricoooo… porque no te conocí antes… (En mi interior yo pensaba, habrías sido menor de edad en ese entonces… imposible)

Se repuso y de inmediato me dice ahora te toca a ti…

Corrió el asiento del copiloto más atrás aún donde yo estaba… mi pene obvio estaba durísimo, pues yo me había dedicado por completo a ella. Se sentó y comenzó a moverse, yo la tomaba de la cintura y recorría sus caderas con mi mano, mientras ella se movía muy sexy sentada arriba mío, recorría todo su cuerpo con mis manos, la espalda, la caderas, su trasero, sus pechos, pero logré darme cuenta que cuando tomaba su cuello y la cabeza, se excitaba más, tanto fue esa sensación, que comenzó a gritar como nunca mientras se movía y yo con una mano en su cuello y la otra la tenía tomada del pelo… ¿qué creen? Se fue nuevamente, en menos de una hora.

Ahí yo la pase para atrás, no puedo decir que la puse en 4, porque una pierna arrodillada en el asiento, la otra estirada debajo del asiento delantero, una mano en el reposacabeza del asiento delantero y la otra el vidrio trasero… ese era mi panorama para tomarla de la cintura y comenzar a machacar, porque de verdad que estaba muy caliente, me calentaba verla excitada, me calentaba escucharla y verla disfrutar. A eso súmenle el panorama de su culo, su cintura, su silueta… nooooo cabros de mierda… de verdad que tendrían que haber estado en mi lugar para entenderme, si el solo hecho de recordarlo se me para la “miseria”. Me aseguré de que siguiera excitada, yo estaba a punto de acabar y le pedía que acabara junto conmigo, mientras en esa agridulce posición le daba cada vez más duro para terminar, la escuchó decir… YA… YA… YA… y ese fue el aviso para que rematara con un par de estocadas más fuertes y terminara yo… era mi oportunidad.

Esa noche fue otra noche más de muchas primeras veces; primera vez en un cerro, primera vez en un auto, primera vez que una mujer acababa 4 veces conmigo, primera vez que yo decidía pasar a segundo plano. En fin… esta historia de aprendiz y de “profe” estaba tomando ribetes insospechados, yo comenzaba a descubrir cosas nuevas y no porque me las estaban enseñando, estaba cambiando mi forma de pensar, cambiaba también mi forma de ver a las mujeres y con ello el sexo.

En el capítulo anterior en algún punto les dije “por mi crianza” fui criado por mi abuela, donde no hubo educación sexual, me criaron súper cartucho y a eso súmenle que la frase que más escuché desde mi infancia fue “TIENES QUE RESPETAR A LAS MUJERES”… y resulta que siguiendo esa enseñanza llegue a los 25 años sin historia, sin gracia, sin habérmela jugado por nadie. El paradigma cambiaba y me daba cuenta que el “respeto” era verdad, pero era solo una etapa en el proceso de interacción, pues la musa madre un día me dijo “Una dama en la mesa y una puta en la cama”.

Yo comenzaba a saborear el "aprendizaje práctico" junto con el "aprender haciendo" y poco a poco, mientras avanzaba en esa vorágine, lo que más me daba cuenta es que mi apetito de aprender no paraba, con el paso del tiempo me fui dando cuenta que lo mío, clínicamente tenía nombre y eso se llamaba…

SEXODEPENDIENTE…

AMIGA MENOR QUE YO Y SU MADRE(Capitulo seis)
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“Una dama en la mesa y una puta en la cama”. Esta frase es una rima: "En la mesa una dama y una puta en la cama" Tu relato me recuerda una situación de juventud!

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