AMIGA MENOR QUE YO Y SU MADRE(Capitulo seis)

AMIGA MENOR QUE YO Y SU MADRE(Capitulo Cinco)

Mañana de lunes del mes de agosto (pedí permiso otra vez en la pega), 07:30 AM despertaba al lado de mi pequeña tentación (había sido una rica noche exquisita de cariños, besos, abrazos y de cada vez mejor sexo), levanté las sábanas y la veo desnudita completa al lado mío con ese forro que me hacía meditar sobre la suerte mía por esos días. La vine a dejar a “la ciudad”, resulta que después de mucho esfuerzo me compraba mi “primer tocomocho”, nada del otro mundo, pero para mí el fruto de muchos esfuerzos, postergaciones y abstinencias varias. Nos vinimos el domingo en la tarde, aprovechamos de traer algunas cosas de ella en el auto “desde pueblo”. De hecho la mamá no estaba cuando la fui a buscar, la hija la llamó por teléfono para avisarle que se iba conmigo.

Nosotros teníamos una conversación pendiente, yo miraba a mi pequeña, hablaba con ella y yo sabía eso, incluso dentro de todo pasaba por mi mente que en cualquier momento me iba a decir “toma… mi mamá quiere hablar contigo”, yo cruzaba los dedos para que eso no sucediera. En fin terminaron de hablar y a los 5 minutos suena mi telefono, miro la pantalla… era CARLITA PRIMA (recordarán ustedes que capítulos anteriores les comenté que la misma madre me propuso cambiar el nombre de cómo estaba guardada en el teléfono, en caso de…)

Ella: córrete de ahí para que puedas hablar.

Yo: si… tranquila si está dentro de la casa y yo crucé a la vereda del frente (mientras hacía esto me percataba que el RQL SAPO de al frente corría la cortina para mirarme)

Ella: oye cabrito… así que te compraste auto, me alegro mucho por ti.

Yo: ¿sabes qué? Nosotros tenemos una conversación pendiente, pero no va a ser por teléfono

Ella: ¿a… si? Mira tú oye… y de que se trataría?

Yo: dime que día puedo ir a tu casa en la semana

Ella: el que tú quieras, siempre que nos coordinemos con anticipación.

Yo: ok, llegando “a pueblo” te llamo.

Ella: me parece bien. Oye… trátame bien a la cabra. Tú sabes.

Volviendo al lunes en la ciudad, mi pequeña había tomado la decisión de no ir a clases en la mañana, por un lado porque el ramo ya lo tenía en el bolsillo y por el otro porque yo me volvía “a pueblo” al medio día. Cuando voy al living a tomar desayuno me encuentro con que había un puesto más, la compañera de departamento se sumaría a tomar desayuno con nosotros. Al rato llega con algo para el pan. Desayuno entretenido que fue matizado por una excelente conversación, y bueno, lo asumo, me dediqué a observar a la compañera, no solo de pies a cabeza, también en su forma de ser y personalidad. (Si es que lo quieren saber; rica, alta, buenas medidas anatómicas y colorina). Nos disponíamos a arreglar mis cosas para irnos, mi pequeña en la pieza y la amiga viene y me dice

Amiga: oye… tienes mucha suerte tú, ella no solo es muy linda, es una gran persona y se nota que te quiere y te respeta demasiado

Yo: gracias… lo tengo muy claro… igual gracias por decírmelo.

Amiga: oye… y la próxima vez que lo hagan en la mañana, esperen a que yo me vaya poh… si una no es de fierro.

Yo: (entre riéndome y haciéndome el hueon) claro… heee… si… que esti bien, nos vemos.

La universidad quedaba camino a la salida de “la ciudad” por lo que salíamos con algo de anticipación a la hora de entrada de mi pequeña a clases. De camino ella me tomaba la mano mientras manejaba y me tiraba tallas tiernas, como por ejemplo: Qué lindo que te ves manejando, uy… mi chofer personal, tan concentraaaadoooooo que va manejando… y de pronto… cambió el tono y me dice… ME CALIENTA VERTE MANEJANDO y junto con eso va tu agarrón de “paquetito”, yo quedé plop, ella era más bien piola en ese aspecto, pero al mirarla a la cara, de verdad que noté que realmente estaba caliente y me dice: estaciónate al final del parque (que quedaba como a 4 cuadras de su facultad). Cumplí con su petición y al llegar no se demoró mucho en bajarme los pantalones y lo demás, para empezar a chupar exquisitamente mientras yo estaba frente al volante. Se acomodó como pudo en 4 y yo miraba la imagen de su cintura con ese culo paradito, mientras seguía entre que me corría la paja, langueteaba “la cabecita” se lo comía todo, volvía a la pajita y lengüeteaba sin parar, en eso me dice; “el fin de semana me va a tocar a mí porque no puedo ir sucia a la Universidad”. Y vuelve a atacar otra vez con más intensidad y rapidez. Mientras lo hacía yo comenzaba a preocuparme porque veía más técnica, más entrega y mucho mayor conocimiento en lo que hacía (por lo que fue inevitable pasarme el rollo de que quizás tenía algo con alguien más). Mano, lengua, lengua mano y más rápido otra vez… ella notó que yo venía… y lejos de salirse, metió su boca con todo y lengua para seguir intensamente hasta que le avisé que ya estaba listo, que saliera y no lo hizo, con más fuerza se quedó hasta que yo me fui con cuática y ella siguió como si nada hubiera pasado, se había tragado todo y me dejaba como nuevo, listo para subir mi ropa sin preocupaciones, después de algunos minutos de abrazo y cariños tenía que salir de la duda, no me iba a quedar así.

Yo: ¿Oiga mi negra… que fue eso?

Ella: ¿que… no te gusto?

Yo: OSEA… me pasaría de gil si no me gustara. Pero qué onda… ¿Estás viendo películas… instruyéndote?

Ella: quizás algo he visto por ahí… pero no… tengo al que contarte

Yo: Ahí me saltó “la cuchara”… (Mierda dije en mi interior)

Ella: pero no pongas esa cara me dice… si no es nada malo… osea yo creo que no es malo. Lo que pasa es que con mi amiga (la compañera de pieza) hemos agarrado mucha confianza y un día que estábamos en la pieza en la mañana, ella escuchó todo. Entonces una de estas noches de tertulia entre las dos comenzamos a conversar y quizás yo le conté algunas cosas

Yo: ¿pero como? Le contaste lo que hacemos?

Ella: la verdad es que si… tenía la necesidad de entender algunas cosas po negro, entiéndeme, sin con decirte que me dio hasta por masturbarme pensando en ti en la semana.

Yo: ¿en serio? (Si de tan solo imaginarla… la sola idea ya me calentaba)

Ella: sí… y por eso es que lo converso con ella, pues ella tiene mucho más experiencia que yo y hemos conversado tanto, hemos tomado tanta confianza, que ella misma me dio algunos “tips” como los de hoy día.

Inmediatamente recordé la frase al despedirme de la amiga del departamento “la próxima vez que lo hagan en la mañana, esperen a que yo me vaya poh… si una no es de fierro”… si una no es de fierro… Ahí entendía todo, esa mujer sabe más de lo que imaginaba. Y no solo sabe las cosas que hacemos o hemos hecho con mi pequeña… en si… esta mina al parecer es una sexyclopedia.

Pasé a dejarla a su facultad y tomé rumbo “a mi pueblo”, en ese viaje que antes lo hice en bus, ahora lo estaba haciendo en mi auto, relajadamente escuchando a Radio Head y mientras pensaba en la amiga… me las imaginaba conversando a ambas, en la pieza, en ropa interior, pero malvadamente me concentraba más en esa colorina, que con el solo relato de que ya sabía de mi intimidad y de las cosas que le enseñaba a mi pequeña… uffff mi instinto comenzaba a jugarme en contra, pues perdía de a poco los valores inculcados desde la infancia y comenzaba a alimentar con ideas e imágenes a un animal incontrolable que crecía dentro de mí.

AMIGA MENOR QUE YO Y SU MADRE(Capitulo Siete)