Expertos advierten que la selección de Pompeo aumenta las probabilidades de que EE.UU. ataque a Irán

Nombrar al director de la CIA para que dirija el Departamento de Estado “fomenta una tendencia peligrosa en la que Trump se rodea cada vez más de bélicos de política exterior que apoyan plenamente su política exterior errática y beligerante”.

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Por todas las razones para estar preocupados por la nominación del presidente Trump del actual director de la CIA Mike Pompeo para reemplazar a Rex Tillerson como secretario de Estado, los expertos advierten el martes que un mayor riesgo de una guerra iniciada por Estados Unidos contra Irán debería estar en lo más alto de la lista.

En una reacción el martes, el Consejo Nacional Iraní Estadounidense (NIAC), preocupado abiertamente de que la nominación de Pompeo por Trump “podría tener profundas implicaciones para el destino del acuerdo nuclear iraní y la perspectiva de una nueva guerra en Oriente Medio”.

Jon Rainwater, director ejecutivo de Peace Action, también expresó su profunda preocupación. “Al designar a Mike Pompeo para que sea Secretario de Estado”, dijo Rainwater, “Trump está entregando las llaves de la diplomacia estadounidense a uno de los miembros más bélicos de su administración. Por todos los defectos de Tillerson, servía como verificación a las posiciones más bélicas de Trump. Con Pompeo se reforzarán los peores instintos de Trump sobre Irán y Corea del Norte”.

En noviembre de 2016, como señala CNBC, Pompeo advirtió que el gobierno iraní “tenía la intención de destruir a Estados Unidos”, caracterizó el acuerdo nuclear forjado por la administración Obama como “desastroso”, y dijo que esperaba con impaciencia “dar marcha atrás” al acuerdo.

En un momento en el que Trump ha amenazado repetidamente con romper o anular el acuerdo, Rainater lamentó cómo “los puntos de vista políticos extremos de Pompeo amenazan con destruir aún más la capacidad diplomática de Estados Unidos al hacer de la guerra la opción más acertada en vez de como último recurso”.

Dado que Pompeo también ha sugerido que los ataques militares serían más efectivos que la diplomacia cuando se trata de Irán, el NIAC dijo que hay “serias dudas sobre su aptitud para servir como el mejor diplomático de Estados Unidos”.

Según el presidente de NIAC, Trita Parsi, Pompeo como jefe del Departamento de Estado es “una receta para la guerra“.

“El despido de Tillerson y el nombramiento de Pompeo fomenta una peligrosa tendencia en la que Trump se rodea cada vez más de bélicos de política exterior que apoyan plenamente su política exterior errática y beligerante”, añadió Parsi en una declaración posterior a Deutsche Welle. “A pesar de que Tillerson no fue muy eficaz, fue un obstáculo para que Trump deshiciera el acuerdo nuclear con Irán. Pompeo, por otra parte, ha sido un ferviente opositor de este acuerdo multilateral. El acuerdo nuclear iraní está cada vez más en el soporte vital como resultado de esta decisión”.

De hecho, Trump citó explícitamente el pensamiento de Pompeo sobre Irán cuando los reporteros le preguntaron el martes por la mañana sobre la expulsión de Tillerson.

“No estuvimos de acuerdo en las cosas”, dijo Trump del secretario de Estado saliente. Mientras que Trump dijo que cree que el trato con Irán es “terrible”, Tillerson dijo que “estaba bien”.

“Así que realmente no estábamos pensando lo mismo”, agregó Trump. “Con Mike Pompeo, tenemos un proceso de pensamiento muy similar. Creo que va a salir muy bien”.

Para los que se preocupan por las posiciones agresivas y duras de Pompeo, sin embargo, no está nada claro que los resultados se acerquen a muy buenos resultados.

“Desafortunadamente”, advirtió NIAC en su respuesta, “el efecto neto de Pompeo en el Estado puede que no sea sólo el mayor aislamiento de Estados Unidos y la erosión de nuestra credibilidad en el escenario mundial, sino que puede resultar en una dramática escalada de tensiones en Oriente Medio y una guerra con Irán”.

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Trump elige a una ‘verdadera torturadora’ para dirigir la CIA​

“Si Obama hubiera permitido que se procesara por tortura de la CIA, ‘gente como Haspel, muy plausiblemente, podría haber ido a prisión’. En vez de eso, ella va a dirigir la CIA”.

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Los defensores de los derechos humanos expresaron su indignación el martes después de que el presidente Donald Trump nominara a la subdirectora Gina Haspel – “una verdadera torturadora” – para ser la próxima directora de la CIA, a pesar de su papel principal en la administración de un black site (sitio negro) donde los detenidos fueron abusados sistemática y espantosamente.

Haspel está programado para reemplazar al actual director de la CIA, Mike Pompeo, a quien Trump se le ha presentado como el próximo Secretario de Estado ahora que Rex Tillerson ha sido despedido.

“Este nombramiento debería ser una advertencia para los aliados de Estados Unidos en el Reino Unido, Europa y el resto del mundo”, declaró Maya Foa, directora de Reprieve, con sede en Londres. “Haspel fue una de las torturadoras en jefe del presidente Bush y ella simplemente no es apta para ocupar un cargo que requiere, en su propio corazón, el compromiso de defender los valores de la Constitución. Este es otro ejemplo de la confianza de Donald Trump en las personas y los métodos que han fracasado”.

Varios críticos apuntaron a un perfil publicado por New Yorker el año pasado -después de que Trump la nombrara subdirectora- en el que se explicaba cómo, a principios de la década de 2000, “Haspel era una alta funcionaria que supervisaba un programa secreto de la CIA que sometió a docenas de sospechosos de terrorismo a salvajes interrogatorios, que incluían privarles del sueño, estrujarlos en ataúdes y forzarles a tomar agua por la garganta”.

En Tailandia, Haspel supervisó los “interrogatorios brutales” de al menos dos detenidos, Abu Zubaydah y Abd al-Rahim al-Nashiri. “Sólo a Zubaydah se le aplico la tortura del submarino 83 veces en un solo mes, se le golpeó la cabeza repetidamente contra las paredes y soportó otros métodos duros antes de que los interrogadores decidieran que no tenía ninguna información útil que proporcionar”, informa The New York Times.

Una investigación de ProPublica publicada el año pasado detalló cómo Haspel “estuvo más involucrada en la tortura de Abu Zubaydah de lo que se ha mostrado públicamente, según los registros y relatos recientemente disponibles por los participantes”. En un intercambio descrito en un libro escrito por un interrogador, Haspel acusó a Zubaydah de “síntomas falsos de angustia física y crisis psicológica”, y supuestamente le dijo: “¡Buen trabajo! Me gusta la forma en que estás babeando; eso añade realismo. Casi lo estoy comprando. No creerías que un hombre adulto haría eso”.

Haspel también desempeñó un papel en la destrucción de las pruebas en video que mostraban a agentes estadounidenses torturando detenidos en las prisiones secretas de la CIA. En 2005, como señala el Times, “Haspel servía en la sede de la CIA, y su nombre estaba en el cable que llevaba las órdenes de destrucción”.

“El ocultamiento de esas cintas de interrogación, que violaron órdenes judiciales múltiples así como las demandas de la comisión del 9/11 y el consejo de los abogados de la Casa Blanca, fue condenado como ‘obstrucción’ por los presidentes de la comisión Lee Hamilton y Thomas Keane”, señaló Glenn Greenwald en The Intercept. “Un fiscal especial y un gran jurado investigaron esas acciones, pero finalmente decidieron no procesar”.

Greenwald no se mostró sorprendido por el nombramiento de Haspel, sino que afirmó que “esto no es una salida radical para la CIA”, considerando la historia pro-tortura de la agencia.

Algunos críticos que pesaron sobre el nombramiento señalaron que el año pasado, el Centro Europeo de Derechos Humanos y Constitucionales con sede en Berlín presentó una intervención legal ante las autoridades alemanas, con la esperanza de obtener una orden de detención para Haspel, basada en su papel en la facilitación y el intento de ocultar las torturas en los black sites de la CIA.

El presidente, por su parte, expresó su entusiasmo por el nombramiento de Haspel.

“Gina, por cierto, a quien conozco muy bien y con quien he trabajado muy de cerca, será la primera mujer directora de la CIA”, dijo Trump el martes. “Es una persona extraordinaria”.

Para hacerse cargo oficialmente de la agencia, Haspel tendrá que someterse a una audiencia de confirmación con el Senado de Estados Unidos, donde probablemente enfrentará algunas preguntas difíciles. El Senador Ron Wyden (D-Ore.), quien criticó el nombramiento de Haspel como subdirectora, emitió un comunicado oponiéndose a su nuevo nombramiento el martes:

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